lunes, 23 de marzo de 2009

La Pintura Viagrática



Orlando Alcántara

A mi entender, humilde en Cristo Jesús, el pintor y poeta Marcial Báez es el mejor en su clase después de Dionisio Blanco en San Cristóbal. ¡Que me perdone Miguel Mella!
La pintura de Marcial se inscribe un panorama viagrático, léase del Viagra. No estoy relajando. Lo digo en serio.

La famosa pastillita azul nos enerva, nos erecta. La panacea universal de los impotentes nos hace sentir más felices. El viagra nos levanta el ánimo; nos da sentido. Por eso dijo Dios. ”Hágase el Viagra” y millones de hombres resucitaron.

Hasta aquí la archifamosa píldora. Ahora viene Marcial Báez. No hablo de el como poeta, lo aludo como pintor: En su más creciente producción pictórica me ha deslumbrado y me ha salvado del marasmo.

El presente trabajo tiene como tema los indígenas taínos, desaparecidos a destiempo por obra y gracia de la mano exterminadora de los conquistadores.

El tema es apasionante. Se basa en las pictografías de las Cuevas del Pomier. Pero además Marcial le agrega un marcado sabor d trascendencia mediante el uso de signo universales que rompen con las fronteras del tiempo y del espacio. Y es ante todo una pintura humana, salvaje, bestial, donde la ruptura se enmarca por senderos de luz. Los rompimientos tienen carácter autónomo dentro de la visualidad creativa y el imaginario poético del autor.

Los elementos son fascinantes: cotorras parlanchina, árboles resecos al sol, (enfermos de ecología), las capas del relieve terráqueo, mujeres indígenas asfixiadas por el sufrimiento, participantes de la cohoba en éxtasis y fuera de sí por el alucinógeno, la hojas multicolores sirviendo de fondo para la tela, la serialidad, la colectividad, la singularidad, la individualidad humana, los pajaritos pintados con candor por el ojo taíno, los animalitos haciendo el amor y fecundándose, miles de soles risueños, los requebrajamientos, la espiral, en fin la catarsis, la ruptura.

Hay que destacar que Marcial Báez es un fiel creyente y practicante de la Iglesia Católica y también se ha destacado por su labor de evangelización con los presos. Marcial Báez es un hombre nuevo que camina alegremente por las calles de San Cristóbal haciéndonos ilusionar con sus poemas y sus pinturas.

En síntesis, la pintura viagrática de Marcial Báez abre nuevos senderos para la poesía como texto visual de múltiples connotaciones-Subjetividades-y una salida de connotación-objetividad-en el acto creativo.

LISTIN DIARIO. Viernes 4 de agosto de 1998. Santo Domingo

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