Marcial Báez es un hombre de arte, ese universo tan complicado de atrapar en palabras y que él procura ilustrar y darle literatura cada día. Su vida parece un intento desesperado de buscar sentido y belleza en las cosas. Su obra nos muestra que hay un camino para superar la maldad y el caos que se impone en el día a día del dominicano. Sus pinturas reflejan que podemos ser mejores de lo que somos y que siempre, en algún lugar, hay esperanza.
P: ¿Quién es Marcial Báez?
MB: Soy un artista plástico, escritor, sicólogo y docente universitario,
pero diría que todo eso se puede resumir en las respuestas que como ser
humano le he dado a la naturaleza.
JP: Para el mundo de la cultura, Marcial, usted es una persona bien
querida acá en su provincia de San Cristóbal, ¿está de acuerdo con esa
afirmación?*
MB: Pienso que esa afirmación deben entenderla los lectores desde un
recorrido por mi historia personal. Yo inicié en el año 1977 con mi primera
exposición pictórica en Santo Domingo y es gran parte de mi vida la que he
dedicado a este mundo apasionado de plasmar en obras mi universo interior.
Ese cariño es quizás el reconocimiento del pueblo a alguien que ha tratado
de ayudarlo a sanar desde el arte.
P: ¿Usted siente que la crítica ha sido consecuente con su obra?
MB: Como todo artista, siempre he sido un ser humano que su deseo mayor
parte de mostrar su obra, luego, muchas veces me he sentido sorprendido por
la buena acogida que ha tenido la misma, pero una vez que sale a la luz
pública sé que el contenido deja de ser mío con exclusividad y pasa a ser
interpretada de muchas formas por todo el que la consume. Ahora, de lo que
estoy seguro es de la luz de mis trabajos, que no nacen de la búsqueda
desesperada de un reconocimiento a nivel nacional o internacional, pues el
arte siempre ha sido para mí una forma de crecimiento interior que me ha
ayudado a sentirme como una persona emocional y equilibrada.
JP: Su última obra Ilustraciones Únicas se ha estado presentando con gran
acogida en el Instituto Politécnico Loyola donde usted es profesor. ¿Cómo
surge la idea de armar esta exposición?
MB: Como he mencionado anteriormente me inicié en este mundo en 1977,
por lo que con esta exposición celebro mis 45 años de vida artística.
Además, he incluido como sorpresa adicional para los espectadores algunas
pinturas nuevas, lo que convierte el salón en una especie de remake.
Aprovecho esta oportunidad para invitar a todos los sancristobalenses para
que pasen por el IPL a disfrutar de mis Ilustraciones Únicas, que son una
especie de recolección de imágenes que he publicado en libros, revistas,
suplementos de periódicos, afiches, tarjetas, todo lo que he creado
vinculado a la ilustración.
JP: Marcial, ¿sus Ilustraciones Únicas tendrán oportunidad de ser
observadas en otros espacios fuera del Instituto Politécnico Loyola?
MB: Ya me han hablado de esa posibilidad, pero todavía no he pensado sobre
eso, pues me ha gustado mucho el enfoque de la misma en el IPL. La
exposición está montada como como una guía museográfica, donde la persona
transita entre unos objetos como si estuviera caminando por un jardín entre
los arboles. La galería del Loyola se adapta bastante a una exposición digna
y la gente que viene me dice: “¡wao!, qué monumental Marcial”. A mí en lo
particular me gustaron mucho los monumentos de la entrada que son como una
especie de tótems hechos por mí
JP: Usted es profesor en una universidad donde se estudia ingeniería y
muchos se pueden preguntar ¿cómo un artista puede convivir en un mundo de
ciencias puras?
MB: Es que el arte es sensibilidad y si usted es un ingeniero y no tiene
sensibilidad cómo va a complementarse con su familia, sus trabajadores, su
vocación. El arte en sí es también matemática, organización y por eso en
el IPL abogamos por una educación integral.
JP: ¿Cree usted que el arte puede ayudar a sanar a la sociedad dominicana,
puede ayudar a cambiar al menos en algo el entorno de violencia que a veces
primerea en los barrios de San Cristóbal?
MB: La idea con la galería del IPL era motivar a los pintores de nuestra
provincia para que ellos expusieran sus obras y crear un diálogo permanente
entre artistas y público, pues aún recuerdo cómo en 1978 hicimos varias
exposiciones en la gobernación para motivar a la juventud de la época a
crear un universo de paz a su alrededor. Esa es una de las funciones del
arte y se puede utilizar más.
JP: Detrás de una obra siempre hay personas que desde el anonimato
contribuyen, en el caso de Marcial ¿quién le viene a la mente en el momento
de los aplausos?
MB: Mira, a mí la genética me ayudó mucho y siempre me viene a la mente
mi mamá que estudió en un colegio de monjas y le enseñaron a amar el
universo artístico. Ella me inscribió en una academia de arte y me dio el
impulso para crear aprovechando mi hiperactividad y deseos de crecer
espiritualmente.
JP: Marcial, ¿puede darle algún consejo a los jóvenes artistas que inician
su escalada en el universo creativo del arte?
MB: Para mí la palabra clave es imaginación. Siempre me ha gustado mucho
leer, que es algo fundamental para desarrollar las imágenes que uno trae
dentro, y esas lecturas fueron los que me llevaron en 1980 a realizar mi
primera ilustración que fue la del libro La Telaraña de Diógenes Valdez.
JP: Un artista siempre está en constante creación, por eso para terminar
ahora ¿en qué nuevo proceso creativo está Marcial Báez?
MB: Yo, sobre todo, sigo pintando, y en cuanto al mundo literario tengo ya
en proceso de edición mi quinto libro de poemas en ediciones La Flan. Hablo
de un texto especial para mí, donde he incluido unos poemas de mi
madre.