lunes, 19 de agosto de 2013

DESCRIPCION CUEVA DE BORBON No 1(1995).


Espeólogo Grupo de Santo Domingo.

La Cueva no 1 presenta tres aberturas de acceso, siendo la más utilizada, tanto por los grupos aborígenes como por los grupos históricos y modernos, la entrada que se abre hacia el oeste (la que llamaremos entrada “A”). Otra entrada (“B”) se abre a 30 m al Norte de la entrada “A”, pero evidencia haber sido poco utilizada. Actualmente se encuentra algo cubierta y disimulada por la vegetación.

Accediendo por la entrada “A”, encontramos un conjunto de bloques que quedaron en el piso de la cueva como resultado de la disolución de los estratos a que pertenecían, y que construyen a dividir este primer gran salón de la cueva en dos salas que se extienden, una (nombrada Sala de las Penumbras) hacia el noroeste, y la otra hacia el Suroeste. El punto en donde convergen ambas salas se le conoce como la Sala de los Grandes Edentados. Estos nombres les fueron  dados durante los trabajos de reporte de arte rupestre realizados por el Mueso del Hombre  Dominicano (Pagan Perdomo 1978).

La cueva desarrolla un circuito circular que vamos a describir comenzando con la sala que se extiende al suroeste, y que se conoce como Sala Boinayel (dios taino de la lluvia). Esta sal mide 36m de largo por 18 m  en su parte más ancha. A 15 m de la  entrada de la cueva, el techo es bajo, por lo que presenta un lapso bajo en el que aparecen las primeras concreciones estalagmitas y de coladas, algunas de las cuales fueron aprovechadas para< el tallado de petroglifos indígenas. Más al interior de la sala, se aprecian concreciones mayores, como la colada que está en la pared, a unos tres metros sobre el nivel del piso. En el techo se parecían estalactitas y colgaduras activas que dieron origen acumulos estalagmiticos sobre os bloques   deprendidos del techo por efecto de la disolución entre estratos. Esta sala esta también unida a la sala de os grandes edentados mediante un pasillo que pasa por detrás de un macizo columnar con apariencias de ser la   resultante de una erosión diferenciada, aunque se parecía bastante bien que la constitución de ese macizo columnar es del mismo tipo de caliza en el que se abre la cueva.
La Sala Boinayel presenta dos espeluncas que se abren hacia el Noreste y una hacia el sureste, evidencia de la orientación misma de los grandes estratos en que se abre la cueva. En las dos primeras se encuentran decenas de pictografías Tainas.
La cueva continua con una galería que se extiende por unos 30 m, iniciándose con un techo muy bajo, y un piso cubierto por un gour” (ocasionalmente activo) de unos ocho metros de extensión. Son real aprte central del gour se eleva una concreción que marca el punto de nacimiento  del gour. Sobre el gour hay una diferencia de nivel con el piso de la sala Boinayel de unos 80 centímetros.
Luego de esta particular formación no hay otras concreciones en la galería, la que se amplía según se extiende desde los 2.5 metros (final del gour) hasta los 4.7 metros, en parte más ancha al final de ella. Por igual, el techo es más alto, partiendo de los 1.1 metros (sobre gour) y elevándose hasta 4 metros casi al final de la galería, en la que aparecen también un buen numero de figuras antropomorfas y zoomorfas de origen Taino. Al final del gour, a la izquierda, baja una chimenea de aproximadamente te ocho metros de alto por dos metros de ancho, pero que no conduce a parte alguna de la cueva. Se trata de uno del os accesos por donde penetraba el agua y que fue cerrándose con el tiempo. Es evidente que el nivel del piso no es el natural. Aparte de la existencia de excavaciones practicadas en dos lugares de la galería; se nota la extracción de guano en las partes de este y casi todos los espacios  de la cueva en donde hubo acumulación  de murcielaguina, aunque  es más evidente esta extracción en la sala de los grandes edentados y la sala de las penumbras.

La cueva continúa por un estrecho pasadizo al que se accede “a gatas”  y que se encuentra sobre 1.8 metros del piso. A continuación se abre un gran salón nombrado Sala de las anguilas, y en el que se observa un caos de bloques y concreciones de muy variada forma y amaño. En este punto de la cueva, elevado cerca de seis (6) metros sobre el nivel inicial de la cueva, puede apreciarse claramente el efecto tectónico resuelto totalmente verticales. En este punto de fracturamiento el efecto de las aguas desaguo grandes bloques reduciéndolos y fragmentándolos.

El mismo proceso de fracturamiento dio origen a grietas que permitieron una copiosa filtración, dando origen, en consecuencia, a cientos de formaciones de dimensiones que van desde estalactitas y columnas de algunos centímetros, hasta concreciones y coladas columnares de varios metros de diámetro, erigidas tanto sobre el piso natural de la cueva, como sobre los mismos bloques.  Este salón se extiende del Este al Noroeste por casi 60 metros, mientras que su extensión desde el suroeste al Noroeste es de  unos 46 metros. Su punto más alto, con relación al piso natural del salón es de aproximadamente 4 metros, en tanto que el techo, desde el mismo punto bajo, se distancia unos 12 metros.
Orientada mas al S, la cueva se extiende por una estrecha gatera que lleva a otra galería un tanto tortuosa en la que se aprecia con toda claridad la disposición de los estratos calizos, unos sobre otros, pudiendo continuarse a través de un amplio intersticio estratificado hacia la Cueva No 2. Dicha gatera está alineada con la continuación de la cueva hacia el Norte, evidenciando la línea de presión ascendente que produjo el levantamiento y posterior fractura de los estratos de caliza.
Hacia el extremo Noroeste del salón en cuestión, se encuentra la Sala de los Murciélagos, donde el piso de la parte mas profunda y oscura del salón esta cubierto de murcielaguina. Además este piso se halla en un nivel interior, más bajo que el resto del salón, posiblemente al mismo nivel que el punto de entrada viniendo desde la galería descrita anteriormente. Junto a la pared oeste del salón, a aproximadamente cinco metros del piso, se encuentra una claraboya de aproximadamente 4 m 2, por donde es posible acceder a la cueva, y a la que podemos llamar C.
Continuando por el N, la cueva se extiende por una galería de casi 46 metros (hasta una pared), iniciándose en un intersticio de apenas 50 centímetros, que permite un descenso de unos 3 metros, y que luego va ampliándose hasta llegar a una pequeña sala de 10por 8 metros, con un piso inclinado que al llegar a la sala indicada, marca una diferencia de aproximadamente 2 metros de desnivel. La cueva describe entonces una curva hacia el Este, dejando atrás la estrecha galería conocida como Galería de las Garzas, para llegar a una amplia sala nombrada Sala de las Tinieblas, al que presenta una dimensión de 22 por 16 metros, esta sala presenta una notable efecto hacia la pared Noroeste, en la que se puede ver el efecto de disolución que dio origen a la cueva. En ese punto, la pared se presenta como un gigantesco “arabesco” que das al impresión efectista de una agresiva corrosión.

Hacia el Sur de la Sala de las Tinieblas, una espelunca lleva hasta un hueco en el piso que comunica inmediatamente con un nivel inferior que no es más que el nivel de la sala siguiente, conocida como Sala de la Ermita, y que se extiende por unos 230metros hasta una pared, y que es su parte más ancha es de 13 metros. Hacia el Noroeste de esta misma sala, se extiende una galería que en sus inicios es de 6metros de ancho, pero que se estrecha hasta unos 40 centímetros, para luego ampliarse y desembocar en la Cueva No 3. Luego de la sala de la Ermita, la cueva continúa por un estrecho pasillo, de menos de  1 metro de ancho, y poco más de un metro de alto, que se extiende por 6 metros hasta dar con la Sala de las Penumbras, que como dijimos, es la sala que junto a la de los grandes edentados, forma el salón de de entrada de la cueva no 1 en la sala de las Penumbras, adonde da acceso la Entrada b, hay dos extensiones; una hacia el Norte  otra hacia el Noroeste. La primera, de aproximadamente 14 metros, se estrecha al terminar en una angosta espelunca. La segunda, una amara de 7 por 2 metros (en su parte mas ancha), es conocida como la Cámara de Schomborgk, su descubridor.

La sala de las penumbrosas tiene 26 metros en su pate más ancha, mientras que para llegar hasta la entrada de la cueva, deben caminarse 46 m, y completar así el circuito, sumando en total unos 254 m, pero en realidad su desarrollo, es decir, sumando todas sus extensiones, alcanza cerca de los 500 metros. Tanto en la sala de los grandes Edentados, así como en las salas de las penumbras, sala de al ermita y en la sala de al tinieblas, no abundan concreciones de ignorancia y belleza. Estas pueden encontrarse en el Salón de las Anguillas, y algunas en la Sala Boinayel.

 Manifestaciones rupestres:
Todas las salas y salones de la cueva No 1 tienen en sus paredes, o en algunas de ellas de ellas, manifestaciones rupestres indígenas: pictografías y petroglifos.

Petroglifos: Los petroglifos son manifestaciones grabadas o esculpidas regularmente sobre concreciones. Estas suelen aparecer en las zonas de cuevas en donde llega la luz solar, aunque en ocasiones puede encontrárseles en zonas  de penumbras y muy rara vez en zonas oscuras. En la cueva No 1, localizamos 11 conjuntos petroglifos, todos ubicados en el Gran salón (Sala de los grandes Edentados y Sala Boinayel) al que se accede por la entrada “A”. Los conjuntos suman 51 unidades, prácticamente todos de representación antropomorfa, lo que fueron medidos y reproducidos mediante calcos y fotografías.


Pictografías: a diferencia de los petroglifos, la pictografías (manifestaciones pintadas sobre superficie regularmente lisa y muy rara vez sobre concreciones suelen aparecer en cualquier sitio de las cuevas, tanto en paredes altas como bajas, dentro de grandes espacios o en pequeñísimas espeluncas. En la cueva No 1 hemos encontrado y catalogado 278 pictografías. Sin embargo, luego hemos detectado otras en algunos lugares recónditos de la cueva, por lo que pueden llegar hasta 300 manifestaciones pictográficas. Todas las pictografías han sido realizadas en negro, a simple vistas, utilizando una mezcla en la que predomina el carbón vegetal. Agrupadas por sus formas, las pictografías de la Cueva No1 fueron catalogadas en 9 conjuntos distribuidos en cinco áreas a lo largo de la cueva, y que en total contienen 158 representaciones zoomorfas, en las que predominan las aves con 154

¿POR CUAL CAMINO TRANSCURRE LA VIDA?


Ligia Minaya
Denver, Colorado.

Así es, todos transcurrimos por buenos y difíciles caminos en la vida. Dentro se lleva el miedo, soledad y lágrimas, pero la alegría crece dentro y fuera del alma.

Imagínate un camino amplio y florecido, lleno de almiras, amapolas, árboles frutales, rosas y jazmines. Por él transcurre un amor tierno y seguro, una bonanza económica, un matrimonio feliz, hijos sanos y obedientes. Es lo que quieres en la vida. Pero un día te das cuenta de que el camino se vuelve angosto, con atajos, que los árboles no florecen, que no llega a ningún lado y menos a la meta deseada. Pero aun así, no cesas en tu empeño, continúas tu firme voluntad y eres capaz de enfrentar una tempestad.

Piensas en cuando te sientes solo, lloras en silencio y te sientas en la penumbra de un rincón. Renuncias a tus gustos y a tus placeres. No te permites un descanso, ni un respiro. Aun así, continúas caminando porque estás convencido de seguir y no rendirse. A pesar de los pesares, tienes prisa por llegar y controlar cada paso. Con el tiempo viene a la memoria cuando estudiabas hasta altas horas de la noche. Y también recuerdas cuando ya casado dejabas de visitar a tu madre, te ibas a la playa y te olvidabas del trabajo. Te recuerdas también cómo olvidaste darle una vuelta al barrio en que creciste para tomarte unas cervezas con tus amigos de siempre.

Hasta hoy tu cuerpo y tu mente han dejado atrás los pequeños placeres que antes te gustaban tanto. Imagínate entonces que ese camino que deseaste, tan ancho y lleno de belleza, lo has tenido que enfrentar con coraje porque se ha hecho corto y estrecho. Y también te das cuenta que ese esfuerzo por no equivocarte desaparece de repente. Ahora no respondes a los parámetros de éxito que el mundo halaga, pero que muchas veces conducen a la soledad y a la angustia. Es tarde. Sientes miedo, sudas, tiemblas. Sientes pánico. Hasta el ruido de una mosca te sobresalta.

Todos se han ido. El barrio cambió. Ya no están los amigos. Los hijos tienen vida aparte. Un día decides no salir a la calle y te encierras en el silencio. Un silencio que te molesta. No te encuentras cómodo con los hierros oxidados de ese nuevo camino por el cual caminas sin detenerte. Solo tú te das cuenta que tienes miedo de ti mismo. Quizás, lo sano, lo posible, lo ideal, sería ver a tu alrededor. No caminar solo con la vista adelante, sin ver lo que pasa o quienes pasan a tu lado. Mira tu vida, el pasado, el presente y lo que te queda de futuro.
Y como dice "Canción de la Vida Profunda", poema del colombiano Porfirio Barba Jacob: "Hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles/ como en abril el campo que tiembla de pasión: / bajo el influjo próvido de espirituales lluvias/ el alma está brotando florestas de ilusión… /Hay días que somos tan sórdidos, tan sórdidos/ como la entraña oscura de oscuro pedernal: /la noche nos sorprende, con sus profundas lámparas, / en rutilas monedas tasando el bien y el mal... / ¡Un día en que discurren vientos ineluctables!/ ¡Un día en que ya nadie nos puede retener!



www.diariolibre.com. Saudaces.17 ago 2013, 

VISITA A FREUD (GOG). Fragmentos.


Giovanni Papini

Todos creen-añadió- que yo me atengo al carácter científico de mi obra y que mi objetivo principal es la curación de las enfermedades mentales. Es una enorme equivocación que dura desde años y que no he conseguido disipar. Yo soy un hombre de  ciencia por necesidad, no por vocación. Mi verdadera naturaleza es de artista. Mi héroe ha sido siempre, desde mi niñez, Goethe.

Literato por instinto y médico por la fuerza, concebí la idea de transformar una rama de la medicina-la psiquiatría-en la literatura. Fui y soy poeta y novelista bajo la figura de hombre de ciencia. El Psicoanálisis no es otra cosa que la transformación de una vocación literaria en términos de psicología y de patología.

El primer impulso para el descubrimiento de mi método nace, como era natural, de mi amado Goethe. Usted sabe que escribió el Werther para librarse del incubo morboso de un dolor: la literatura era para él  catarsis. Y en que consiste mi método para la curación del histerismo sino hacérselo contar todo al paciente para liberarle de la obsesión no hice nada más que obligar a mis enfermos a obrar como Goethe. La confesión es liberación, esto es  curación. Lo sabían desde hace siglo los católicos, pero Víctor Hugo me había enseñado que el poeta es también sacerdote y así osadamente al confesor. El primer paso estaba dado.
El Psicoanálisis había nacido no, como dicen, de las sugestiones de Breuer o de los atisbos de Schopenhauer y de Nietzche, sino de la transposición científica de las escuelas literarias amadas por mí.
Me explicare más claramente. El romanticismo, que, recogiendo las tradiciones de la poesía medieval, había proclamado la primacía de la pasión y reducido toda pasión al amor, me sugirió el concepto del sensualismo como centro de la vida humana. Bajo la influencia de las novelistas naturalistas, yo di del amor una interpretación menso sentimental y mística, peor al principio era aquel.

El naturalismo, y sobre todo Zola, me acostumbro a ver los lados más repugnantes peor más comunes y generales de la vida humana: la sensualidad y la avidez bajo la hipocresía de las bellas maneras: en suma, la bestia en el hombre. Y mis descubrimientos de los vergonzosos secretos que oculta el subconsciente no son nada más que una nueva prueba del despreocupado acto de acusación de Zola.

El simbolismo finalmente, me enseño dos cosas. El valor de los sueños, asimilados a la obra poética, y en lugar que ocupan el símbolo y la alusión al arte, esto es, en el sueño manifestado. Entonces fue cuando emprendí mi gran libro sobre la interpretación de los sueños, como reveladores del subconsciente, de ese mismo subconsciente que es la fuente de la inspiración. Aprendí de los simbolistas que todo poeta debe crear su lenguaje y yo he creado, de hecho, el vocabulario simbólico de los sueños, el idioma onírico.

Para completar el cuadro de mis fuentes literarias añadiré que los estudios clásicos-realizados por mí como el primero de la clase- me sugirieron los mitos de Edipo y de Narciso; me enseñaron, con Platón, que el estro, es decir el sugerir del inconsciente, es el fundamento de la vida espiritual y, finalmente, con Artemidoro, que toda fantasía nocturna tiene su recóndito significado.

Mis estudios sobre la vida cotidiana y sobre los movimientos del espíritu son verdadera y genuina literaria  y en Tótem y Tabú me he ejercitado incluso en la novela histórica.


En el Psicoanálisis se encuentran y se compendian, expresadas en la jerga científica, las tres mayores escuelas literarias del siglo XIX: Heine, Zola y Mallarme se unen en mi, bajo el patronato de mi viejo Goethe. Nadie se ha dado cuenta de este misterio que está a la vista y no lo hubiera revelado a nadie si usted no hubiese la optima idea de regalarme una estatúa de Narciso.