jueves, 11 de febrero de 2010

¡Tituá! Vecina llegó El Exótico vendiendo más barato que nunca


Marcial Báez

Con la misma güagüita blanca… Se escucha el perifoneo cada mañana, a la hora de siempre, recordándonos a los pregoneros de antaño, que además de anunciar a pleno pulmón por las calles de la ciudad, la venta de sus productos comestibles o algún hecho noticioso de importancia para los ciudadanos, también fue tomado como reloj para la orientación en el tiempo.

… y es que llegó José Alberto de los Santos, alias “El Exótico” de 23 años de edad, de la sección Borbón, Parque Villegas en San Cristóbal, haciendo honor a su tradición familiar de venduteros, de pregoneros; ya que desde pequeño ayudaba a su padre con el triciclo, luego en un motorcito y hace 6 años con alto parlante y la misma güagüita blanca.



Las metas de Juan Alberto no se quedan ahí en la venta, sino que está terminando el bachillerato, que lo realiza después de las 3:00 de la tarde, hora que termina la faena de la venta, que se inicia a las 5 de la mañana. Le gustaría estudiar Mercadeo o Contabilidad; así como Locución.

"El Exótico" con su talento de publicitar los productos de manera pegajosa, nos detiene en esa caminata diaria, para reflexionar sobre la creatividad, de su autoría, particularmente muy bien hilvanada que con un poco de música, de melodía trascendería a cualquier lugar y género musical:



Vecina... ¡Tituá! llegó El Exótico
vendiendo más barato que nunca.
Dale piña, pero que piña pan de azúcar,
dale tres berenjenas por tres pesos,
dale china, llegó plátano
pero que plátano, que macana de plátano.
¡Tituá! Llegó coco, dale apio, dale zanahoria,
dale papa, dale remolacha, dale lechuga,
a comer ensalada para los que decían que no.
Dale melón, dale china, dale yuca agua tibia.
Vecina llego El Exótico en su misma güagüita blanca.
Llegó coco, pero que coco,
llegó ensalada,
la ensalada más fresca del mercado la trae El Exótico.
Llegó zanahoria, vecina que bonita palabra jugo de zanahoria.
Dale melón, pero que melón,
llegó coco, pero que coco,
llegó guineitos verdes.
¡Vecina! Llegó El Exótico...
¡Tituá! vendiendo más barato que nunca
en su misma güagüita blanca.

Ildefonso Pereda Valdés: precursor de la poesía negroide en América



Diógenes Valdez

Sólo después de haber leído un extenso artículo escrito por Eduardo Roland, en la revista Dossier (año 1, No. 4) me convenzo de que ni el cubano Nicolás Guillén y ni el portorriqueño Luis Palés Matos, son los precursores de la poesía negrista en América Latina, sino un uruguayo de nombre Ildefonso Pereda Valdés. El trabajo de Roland, por cierto muy documentado, hace valiosos aportes que despejan cualquier nebulosa que pudiera surgir en torno a quién, por vez primera pone en altorelieve los aportes de la raza negra de la cultura de nuestro continente. El artículo en cuestión se titula Ildefonso Pereda Valdés, Precursor del negrismo en América. Lo blanco negro de las letras uruguayas, Nicolás Guillén, era mestizo y Palés Matos también, aunque en algunas publicaciones he leído que era de raza blanca, pero creo que como todo buen caribeño Luis Palés Matos era uno de esos blancos “que tenía el negro detrás de la oreja”.

Que un “mestizo” escriba desde el punto de vista del mestizaje en atención a “ese negro” que lleva detrás de la oreja, no resulta extraño, sin embargo ese no fue el caso de Pereda Valdés, que aún siendo blanco por los cuatro costados, poéticamente se expresaba como un auténtico negro.

Ildefonso Pereda Valdés nació en Montevideo, en 1899. Tuvo una longeva y productiva vida literaria, ya que falleció a los noventa y siete años. De su fecunda labor intelectual hablaría positivamente un estudioso norteamericano muy ligado a la cultura dominicana, Ralph Steele Boggs, esposo de la también de nuestra etnóloga y folclorista Edna Garrido de Boggs.

Eduardo Roland señala que el caso de Pereda Valdés es doblemente llamativo, porque además de ser “el primer poeta negrista” de América con proyección universal, fue también el pionero de la historiografía literaria uruguaya.

Roberto Fernández Retamar da constancia de que, “quienes introdujeron el negrismo poético en Cuba fueron el uruguayo Ildefonso Pereda Valdés” , que publicó sus poemas negroides en 1927 en la Revista de Avance y el afroamericano Langston Hughes, de quien la Revista Social publicó traducciones en 1928, llevadas a cabo por José A. Fernández de Castro. El conocido intelectual cubano considera que el paso de Hughes por La Habana fue un evento de gran importancia.

Cuba habría de ser el principal escenario americano donde la poesía de la negritud — o del negrismo, como algunos prefieren llamarla— inició un sendero que la proyectaría más allá de las fronteras de nuestro continente. Innegable resulta predicar que fue la voz poética de Nicolás Guillén la que hizo posible que esta clase de poesía fuese bien recibida en centros académicos y en cenáculos literarios. “Los motivos del son” verían la luz pública en 1930 y, la novela “Ecue-Yamba-O” de Alejo Carpentier, tres años más tarde; en 1933. Luis Palés Matos, un año mayor que Pereda Valdés, publica su primer libro a los dieciséis años (Azaleas), de corte modernista, muy influenciado por los escritos de Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones, y Rubén Darío y no sería hasta 1937, cuando publicaría Tuntún de pasa y grifería, con la cual se inscribe dentro de la tendencia negrista en la poesía.

Ildefonso Pereda Valdés en cambio publica el primero de sus dos únicos libros, “La guitarra de los negros”, en 1926 y el segundo, “Raza Negra”, en 1929. Es decir, se anticipa con varios años a las publicaciones de Nicolás Guillén y Alejo Carpentier y al puertorriqueño Palés Matos.

DE URGENCIA



Marcial Báez

De urgencia se nos consume el alma,
se nos oprime el corazón,
se nos seca la garganta,
se nos va la respiración,
se nos escapan los recuerdos,
se nos achica el tiempo,
se nos nubla la razón,
el cielo ya no es cielo,
la tierra ha oscurecido
porque la luna,
se ha llevado al sol en su interior.

De urgencia la soledad regresa,
se nos ha perdido la voz,
las palabras no responden,
el latido se convierte en dolor,
un torrente de lágrimas fluyen,
a los sentidos los abandonó la pasión.

De urgencia se debilita la esperanza,
de urgencia clamamos al creador,
una grieta profunda, desbordante, ardiente,
desde el fondo de nuestro corazón,
palpitante como un susurro,
observa el rostro de Nuestro Dios.

INSOMNIO ANALITICO



Perla Massiel Mella Viera

Insomnio analítico es… PENSAR EN VEZ DE DORMIR... ZZZZ!

Era la madrugada del veintiocho del mes de junio, creía que las ansias de redactar mi vida, la vida en este mes, había llegado a su fin, cuando de repente abrí los ojos y me encontré en el mundo de los que duermen, rodeada de sutiles y agresivos ronquidos, liquidada por la envidia sana de no poder unirme a su sinfónica mal organizada.

Todo este tiempo de las manos con mi Dios he luchado para enlistarme al ejército de los que duermen felices, de aquellos que descansan la mente, ya que la mía en muchas ocasiones trabaja desmedidamente, provocando en mí un estado de alerta mental constante e imposible de llevar.

La vida sin Cristo es justamente eso, el despertar de un sueño profundo sin explicación alguna, ojos pelados, incapaces de volver a su estado cerrado. ¿Eran los quejidos de la abuelita Dolores?, ¿la preocupación de la abnegada Genoveva?, ¿el regreso de mi amiga boricua o la presencia de JB? ¿Los puntos que completaron las íes que exprimieron en esta madrugada mis ganas más profundas por dormir, al igual que todo el pueblo de San Cristóbal, O SIMPLEMENTE DIOS?

He visto a diario cómo en realidad la puerca vuelve a su vómito, observando la obsesión y el interés desmedido del ser humano en tratar de encontrar en elementos visibles los componentes necesarios para poder sobrevivir en este mundo con su menú de primera, artillado de despropósito, banalidades, vaciedad, pérdida del norte y todos sus contornos.

El hombre no nace bruto. Esto al igual que casi todo en la vida es una elección. Él mismo elige ser un mediocre, un ignorante espiritualmente hablando y en todos los demás aspectos. Al ser humano se le hace muy dificil creer en alguien que no se ve, por ello pasan sus días buscando y enfocando su fe en hombres que según ellos, en su oscuridad espiritual, están dotados de sabiduría divina, y olvidando claramente que lo que se ve fue hecho de lo que no se ve. “Maldito el hombre que confía en otro hombre”.

También he visto cómo algunas personas especiales en este mundo no se proponen ser seguidos, pero su especialidad trasciende de manera tan sensacional ante aquellos menos especiales que éstos se ven en la necesidad de adorarle, de seguirle, sin éste habérselo pedido; y es entonces donde nacen tantos ídolos e idólatras, de la necesidad de apoyarce en algo o en alguien que tiene la gente, pero más fácil si es visible. Por eso muchos se desvían, por eso muchos claudican.

El carácter transitorio está intrínsicamente mezclado a las cosas del mundo, a diferencia de las cuestiones de Dios, con su majestuoso carácter de eternidad, lo que en realidad nos da esperanza, elemento primordial para un peregrino emprender su viaje por la vida.

¡A lo mejor todo ésto es lo que se ha robado mi sueño al compás de las ganas inmedibles que hay en mi interior, puestas por el mismo Dios, de hablarle al mundo de algo diferente, valor, brío, impavidez, osadía. Todo ello fluye como un manantial en mí cada vez que he decidido mirar a Cristo, servirle, serle fiel y descansar plenamente en Él.

Son muchas ideas diversas en un solo escrito. ¿Acaso no es así la mente del ser humano? Gracias doy a Dios por Cristo en mi vida, ya que únicamente la conciencia, sabiduría y discernimiento que vienen de Él permiten a alguien humano y pecador dejar de dormir para pensar en el estado caído de los demás hombres.

Seguiré predicando sin palabras y haciendo uso de ellas cuando así sea preciso como dijo Agustín de Hipona. Cuánto se reconoce lo pecadores que somos, cuánto se ve nuestra suciedad, cuánta esta nuestra preocupacion por agradar a Dios cuando somos alumbrados por Su luz, aquella luz que no emite ni la más pequeña mancha.

Así se hincha el interés por ser mejores para Cristo, por actuar a diario de manera agradable para Él, pues ya hemos entendido de lo que se trata la vida, del motivo de nuestra creación y de aquel sacrificio para nuestra resurrección en Cristo Jesús.

Ya no podía escuchar los ronquidos. Estaba lejos de la ciudad de los que duermen, porque me uní a los desvelados, a los zombies, a los búhos. Ya no era el lamento de la viejita Dolores Rivera y mucho menos la angustia de doña Génova. Sólo éramos Cristo, mi escritura y yo. Entonces caímos en el silencio y por un instante casi mágico, sobrenatural, todo terminó.

Grafico sur.com. Domingo 7 de febrero 2010.