lunes, 5 de septiembre de 2011

Clausura DIPLOMADO EN PEDAGOGIA TECNICA UNIVERSITARIA en el Instituto Especializado de Estudios Superiores LOYOLA 2011 (Primera entrega)



EL DERECHO A EQUIVOCARSE


Agustín Perozo Barinas.

En un sistema democrático un votante sin suficiente tino para evaluar y desentrañar las propuestas programáticas de los candidatos en un torneo electoral es maleable a las ofertas y promesas demagógicas de viejo cuño pero de probado resultado, y en el peor de los casos, con dádivas y prebendas, que a fin de cuentas no es otra cosa que echar un hueso a cambio de la masa. Que una población indocta decida su destino, por el voto manipulado, es como poner al cuidado de la casa a un escuincle con una caja de fósforos en las manos...

Y guste o no, es un axioma: Un pueblo iletrado es como un peque travieso e irreflexivo. Actúa por emociones e instintos básicos, no por razonamiento fáctico ni discernimiento lógico pues le falta aún desarrollar debidamente sus herramientas intelectuales para ejercer con criterio y compromiso su derecho al voto. Sin embargo, en un sistema “para contar narices” está en su derecho votar como le plazca, pues en su entendimiento las consecuencias negativas, si las hubiera, llegarían después o especula que tal vez no le afecten en lo absoluto. Su sentido de inmediatez marca todo su accionar. Gratificación presente, nada de “mañana”, que quizás nunca llegue.

Y en el otro extremo tenemos un régimen “democrático” y sus patrocinadores que justifican y preservan este estado de cosas. Un dominio entre el desafuero y el despropósito. Son aquellos que se benefician ampliamente de este falaz método que garantiza su permanencia radicícola, mientras los que pueden conquistar cambios reales, la sociedad sufragante en su conjunto, no reacciona ante la arbitrariedad y exfoliación a que han sido sometidos durante décadas luego de la muerte del Déspota en 1961. Como autómatas seguimos bailando al mismo tono disonante, sorteando lo evidente, hasta que la cruda realidad nos toque con mayor ímpetu.

El derecho del pueblo de equivocarse no puede coartarse. Como las consecuencias las pagamos todos, inclusive justos por pecadores, ¿por qué no empeñar tiempo y emprender charlas de formación política y cívica a los obreros, campesinos, artesanos y trabajadores informales, a través de las juntas de vecinos en los barrios, en centros comunitarios, cooperativas y también en las agrupaciones de las secciones rurales?. Exposiciones prácticas, concisas y racionales, tomando en cuenta el horizonte académico de nuestro pueblo llano.

El derecho de equivocarse lleva a la frustración, la decepción y las incapacidades. No tiene otras consecuencias. Lo lamentable es que siempre hay nuevos jóvenes que entran al sistema, año tras año, que son presa fácil del discurso demagógico y desbarro de los políticos tradicionales. Si mayor enseñanza ayuda a iluminar estas mentes para que no sean objeto proficiente de lo reiterativo, eduquemos pues. La juventud compone más de la mitad del poder de voto en nuestro país. Si no es tutelada apropiadamente ejercerá su derecho a equivocarse varias veces, cada cuatro años. Suficientes períodos para consumar la disolución de República Dominicana, proceso del cual ya tenemos síntomas ciertos.

UNA MUJER ESTA SOLA


Ligia Minaya



Denver, Colorado

"Una mujer está sola. Sola con su estatura. /Con los brazos abiertos. /Con el corazón abierto como el silencio ancho. /Espera en la desesperada y desesperante noche /sin perder la esperanza." Aída Cartagena Portalatín.

 
Aída Cartagena Portalatín, poeta nacida en Moca, ha sido una de las voces más potentes y pioneras en el trayecto de la mujer por lograr su meta. Este poema, Una Mujer Está Sola, dice mucho del renacer de la mujer consciente. Y así, las mujeres hemos luchado solas, sin ayuda de nadie, ni siquiera de nuestros padres, esposo, hermanos e hijos. "Una mujer está sola. Sujetando con sueños sus sueños/ los sueños que le restan y todo el cielo de Antillas. /Seria y callada frente al mundo que es una piedra humana, /móvil, a la deriva, perdido en el sentido / de la palabra propia, de su palabra inútil." Esta poeta mocana es un ejemplar de mujer liberada, de mujer que luchó contra todo hasta lograr sus metas.




"Una mujer está sola. Piensa que ahora todo es nada /y nadie dice nada de la fiesta a el luto /de la sangre que salta, de la sangre que corre, /de la sangre que gesta o muere de la muerte." Y llegando a esta parte del poema, parece que fue escrito por lo que hoy está pasando. No se ha hecho lo suficiente para castigar a los asesinos de mujeres. Incluso hay jueces que los dejan en libertad por falta de pruebas cuando todas las pruebas están presente, y estamos dando gritos, pidiendo justicia, no venganza, tan solo justicia. Es que este poema de Aída se ha quedado para siempre, por tantos años después. Pocos dicen de la sangre que corre, de la sangre que salta. Porque para Aída: "Nadie se adelanta ofreciéndole un traje /para vestir su voz que desnuda solloza deletreándose. /Una mujer está sola. Siente, y su verdad se ahoga /en pensamientos que traducen lo hermoso de la rosa, /de la estrella, del amor del hombre y de Dios."


 
Aída también fue maestra e historiadora, museógrafa y consejera de la UNESCO en París. Sus constantes viajes a Europa, África y Latinoamérica enriquecieron su obra literaria. Es la escritora dominicana más antologada. Murió en 1994. Aun así, su recuerdo permanece presente en quienes la conocimos y sus obras llenan los espacios como el tesoro más valioso de la dominicanidad. Los mocanos debemos sentirnos orgullosos de esa mujer, una mujer que "Ya izó las velas y se dejó llevar por el viento del Norte /en fuga acelerada ante los ojos del amor".

 
A los mocanos que la busquen, que reciten sus poemas en las esquinas, en los parques, bajo los frondosos árboles de flamboyán, en las calzadas de las casas, asomados a las ventanas. Aída Cartagena Portalatín tiene que estar ahí, junto a nosotros y para siempre.

 
Aída Cartagena Portalatín luchó sola, sola con sus conocimientos para conocer el mundo, para escribir sus poemas, para narrar sus historias, para ampliar su cultura, para dar un nuevo empuje a la poesía femenina.

 
Diario Libre Digital. SAUDADES. 03 Septiembre2011
Esta mujer luchó sola, sola con sus conocimientos para conocer el mundo, para escribir sus poemas, para narrar sus historias, para ampliar su cultura, para dar un nuevo empuje a la poesía femenina. Sola en su "Escalera para Electra", una novela que se ha constituido en un clásico en la literatura dominicana. Sola con su trascendencia, Aída Cartagena Portalatín, nos ha dejado un legado al que todos debemos acceder para poder escribir.

TALLER DE LOS COLORES/ CODOPSI SUR : AZUA