sábado, 11 de junio de 2011

Interpretando a Marcial Baez.



CORTESIA Y DISEÑO DE FRANK VALETTE

BOLEROS



Ligia Minaya
Denver, Colorado


En mi generación, los hombres se sentaban en el bar
de la esquina y en la vellonera ponían una y otra
vez, hasta diez veces, el mismo bolero para expresar
enamoramiento o su decepción. Expresarse
con canciones era la clave


Me encantan los boleros. Cuentan historias de amor y desamor. Si una no tiene las palabras correctas para expresar su cariño o su dolor por un olvido amoroso, ahí está el bolero con la frase correcta para expresar a la mujer amada cuánto lo quiere, para decirle que está amargado por dejadez. Incluso, con un bolero puede canalizar su rabia por el amor que se le escapó. En mi generación, los hombres se sentaban en el bar de la esquina y en la vellonera ponían una y otra vez, hasta diez veces, el mismo bolero para expresar enamoramiento o su decepción. Expresarse con canciones era la clave.


"Vuélveme a querer como antes me querías. Vuélveme a besar como antes tú lo hacías, porque sin tu amor, anhelo de mis ansias, se marchitará mi corazón..." Y no había que maltratar a la mujer que lo había dejado, al contrario, podía ser que, sabiendo que ese hombre apenado se expresara de ese modo, ella volviera. Lo hacía también la mujer, aunque no en el bar de la esquina, pues en mi generación eso no estaba permitido, pero sí en la radio: "Te fuiste sin dejarme un beso, ni un adiós siquiera, pensando que alguien va a quererte como yo te quiero, tu infamia lloré, cuando tu amor me dejó..." Y así, unas y otros expresaban su dolor sin tener que decirse malas palabras, humillarse y menos aún acuchillarse.

Pero las cosas han cambiado para mal. Y no es que en ese tiempo los hombres no agredieran a las mujeres, que sí lo hacían y la norma femenina era guardar silencio, pero creo que el bolero ya olvidado era una ruta para canalizar la ira por desamor. Expresarse en palabras ayuda a sanar los dolores del alma. Si no me cree, pregúntenselo a un psicólogo. Cuando una cuenta lo que le pasa, naturalmente, a un amigo o amiga del alma, las cosas negativas van perdiendo fuerza. Por eso reflexionaba, con mi amigo José Ginebra, escuchando boleros, por supuesto, que si las nuevas generaciones de hombres agresivos escucharan boleros acompañados de una copa de vino o una cervecita bien fría, sin emborracharse, y hasta de un buen cafecito, la violencia contra la mujer sería menor. En medio de un divorcio la cosa se pone fea.


Imagínese usted, sentada en una terraza, a la luz de la luna, con un cielo bordado de estrellas y escuchando a Luchy Vicioso: "Cuando yo te olvide, que quizás sea pronto, porque nada impide que el amor se canse de tanto esperar..." Es un bolero para reflexionar y pensar en que las cosas pasan y hay que dejarlas pasar, y luego vendrá algo mejor. El amor y el desamor son hermanos gemelos y si se visten de canciones, será mejor vivir con ellos. "Ella quiso quedarse cuando vio mi tristeza, pero ya estaba escrito que aquella noche perdiera su amor..." La vida en pareja es difícil. Si ella lo bota, cántele "Cómo borrar esta amarga tristeza que deja tu adiós, cómo poder olvidarte si dentro estás tú. Cómo vivir así, en esta soledad, tan llena de ansiedad de ti..."


No la mate, no le tire Ácido del Diablo y, usted, mi doña, no se lo corte. Siéntese en una mecedora con una copa de vino, balancéese, respire hondo, escuche boleros, cante y verá que por ahí llega el amor o se va el desamor.

VULGUS TABULARIUS



Agustín Perozo Barinas


El dominio de las finanzas, las inversiones y la contabilidad es amplísimo. No obstante, estas son las herramientas contables elementales para un buen desempeño de tus ahorros y facilidades financieras, siempre gestionando la fórmula del mejor vivir, con mayor calidad y requiriendo menos recursos para lograrlo. Resistir el aforismo “la satisfacción de una necesidad automáticamente genera una nueva y más compleja” y asumir invariablemente a la vanidad y el hedonismo como adversarios, pues la primera nos hace dilapidar para aparentar ante otros y la segunda es la búsqueda de gratificación inmediata que resta más que lo que suma. Son accesorios del malvivir y ninguno sirve para ennoblecernos. Resguarda tus utilidades y excedentes materiales para cubrirte a futuro, adhiriéndote a la admonición “no es como hayas vivido, sino como termines”.


Cientos de miles de buenos(as) dominicanos(as) han emigrado desde nuestros barrios y campos solamente con sus manos esperanzadas y determinada voluntad para trabajar en el exterior por una mejor suerte existencial, principalmente a los Estados Unidos y la Unión Europea. Resignando a su Patria atrás, la gran mayoría alberga en su ser un gran deseo: volver a su tierra con su vivienda propia, y si el destino allende los enterrara, al menos el techo para su familia. Ellos y ellas han contribuido al país con remesas que incorporan en promedio más de dos mil quinientos millones de dólares anuales en la última década sin que a la nación dominicana le haya costado inversiones para desarrollar esta fuente de divisas. Para ellos este artículo, con admiración y gratitud...


Ya has construido una casa ideal en República Dominicana y en los últimos meses los precios de los materiales de construcción se han incrementado en un 20% y la moneda se está devaluando, por lo cual, para construirla ahora hay que invertir mucho más dinero que antes. Eso es plusvalía: vale más que lo que costó construirla. Cuando hay procesos inflacionarios y devaluación de la moneda, entre los que se benefician de esos eventos son los que tienen bienes raíces (casas, edificios, solares, fincas, etc.) en áreas que no hayan burbujas inmobiliarias (sobreprecios especulativos) y donde preferiblemente exista un factor que se explica como “avidez de adquirir” que no es otra cosa que el deseo de comprar que tiene la gente en un sector determinado y refuerza el aumento de los precios de los inmuebles.


En contabilidad, para asentar y examinar la creación de riqueza, hay que tener en cuenta algunos conceptos básicos, que son: pasivo, activo y capital (o patrimonio). El pasivo es el origen del dinero, ya sea: efectivo obtenido por ahorros del trabajo, beneficios de negocio, préstamos, herencias, premios de lotería, etc. El activo es el destino de ese dinero: inversiones financieras, maquinarias, edificaciones, terrenos, etc. Y el patrimonio o capital es la diferencia entre la resta del pasivo al activo. Si empleaste tres millones de pesos (es un pasivo) en comprar un solar y construir una casa, y al concluir ésta, vale cinco millones de pesos (es un activo), entonces tu patrimonio o capital es la resta del pasivo al activo, por lo cual cinco millones de pesos (activo) menos tres millones de pesos (pasivo) es igual a dos millones de pesos, que es el patrimonio o capital tuyo conexo a la casa en cuestión.


¿Y cómo puede desarrollarse el patrimonio alcanzado por la inversión que hiciste en construir la casa?. Dándole tiempo a que se acumule mayor plusvalía en tu propiedad. Mayor precio de venta (valor en el mercado) se traduce en mayor plusvalía acumulada. Se incrementa tu activo, pero no tu pasivo pues ya invertiste en construir la casa, y a mayor activo en relación a tu pasivo, mayor patrimonio.


Asimismo puedes acrecentar tu patrimonio en el futuro invirtiendo más en la casa, como construir una segunda planta, por ejemplo. Y aunque ello te genera otros pasivos, los compensas siguiendo los conceptos que aquí se detallan. Si tu patrimonio consiste en una propiedad inmobiliaria, ésta prácticamente no se devalúa como otros bienes -la devaluación erosiona tu capital-. Para salvaguardarla, simplemente debes asegurarla contra eventos catastróficos, darle mantenimiento y evitar sobre uso. Y vender cuando la aceleración de acumulación de plusvalía haya madurado. Lo que nunca debes hacer es comprometer tu capital para cubrir compromisos personales o realizar inversiones en negocios de riesgo, pues eso deteriora tu patrimonio. Muchos han quebrado por eso.


¿Cómo se tipifican los ingresos que obtienes por alquilar la casa?. Los activos, pasivos y capital se muestran en un estado financiero que se llama Balance General, que es como una fotografía del escenario financiero del individuo o empresa en un período específico: lo que debe y lo que posee.
Los ingresos y egresos se muestran en otro estado financiero que se llama Estado de Situación, que es como una película que muestra el flujo financiero y liquidez del individuo o empresa durante su gestión activa: lo que gana y lo que gasta. Los estados financieros determinan tu grado de solvencia.


La renta por alquiler de la casa es un ingreso corriente. Por lo tanto, lo que percibes como alquiler (renta) del inmueble entra como “ingresos” en tu Estado de Situación. Si al final de año tienes un saldo positivo –entre ingresos y egresos- en el Estado de Situación, entonces ese monto se arrastra a tu Balance General como un “activo corriente” y se sub-clasifica como “efectivo en bancos”, si de hecho es depositado en tu banco. Recuerda que un activo es el destino del dinero. Su destino fue “depositarlo en tu cuenta de banco”. Ahora bien, si gastas contra esos ingresos, como por ejemplo un aporte mensual a un familiar, esa partida entra en “egresos” descrito como “gasto familiar” en tu Estado de Situación.


Un inversionista prudente busca optimizar el uso de sus activos para aumentar su patrimonio y, como un saldo positivo en su Estado de Situación se traduciría como un activo corriente en su Balance General que incrementará su capital, es lógico suponer que debe supeditar, en la medida de lo posible, los egresos en relación a los ingresos. Siempre en procura de concluir cada año con un saldo positivo en su Estado de Situación, y mientras mayor sea ese resultado, mejor.