martes, 19 de julio de 2011

LIBROS DOMINICANOS





Ligia Minaya
Denver, Colorado



Algunos creen que quien lee lo hace porque
es un intelectual, y no es así. Cada quien puede leer
o que quiera y lo que le guste.


Desde que llegué aquí he querido que los dominicanos residentes en Colorado, que no son tantos como los de New York, conozcan a los escritores dominicanos. Para ello, tengo programada una presentación de libros dominicanos en Denver. Será un acto sencillo, por dos días, en los que se leerán cuentos, poemas, se comentarán novelas y libros de historia. Allí participarán también profesores hispanoamericanos y un público al que quiero darle a conocer que en República Dominicana no sólo se vive del merengue, la bachata y beber cerveza en colmadones, lo cual no es malo, sino que también somos más que eso. Muchos de los que tienen años sin visitar el país, cuando lo hacen, además de reencontrarse con la familia y los amigos, se van a los resorts y no se dan cuenta de que tenemos un hermoso Palacio de Bellas Artes, un Teatro Nacional donde hay tiempo de ópera, ballet, teatro, unos escritores y escritoras que nada tienen que envidiar a los famosos.

Un libro es un tesoro que al leerlo ilumina la vida. Si esperas en la antesala del médico, las largas horas en un avión, si la nieve o la lluvia te impiden salir, si estás en cama, la lectura alivia el cansancio, la espera, la soledad y hasta las enfermedades. Y conocer a los nuestros es lo mejor que nos puede pasar. Por eso esta exposición y presentación de Libros Dominicanos en Denver. Para ello, en mi último viaje a RD traje una caja y dos maletas rebosantes de libros, más otros dos cajones repletos que me envió el Ministerio de Cultura. Libros nuevos, no tan nuevos y, sin embargo, presentes en el pensamiento y reeditados. Si logro que los dominicanos en Denver se aficionen a la lectura de autores dominicanos, me sentiré dichosa. Mi meta es que cada vez que vuelvan al país, no solo se vayan a las playas, lo cual es un regalo de la vida, sino que también se paseen por las librerías y descubran el gran tesoro que tenemos entre escritores y escritoras.

Hay quien dice que no tiene tiempo para leer ¿pero sí tiempo para sentarse por horas a ver la televisión? Algunos creen que quien lee lo hace porque es un intelectual, y no es así. Cada quien puede leer lo que quiera y lo que le guste. Que un niño, un adolescente, y hasta una persona mayor, lea "paquitos", no es nada malo, por el contrario, puede que esa lectura les lleve hasta otras y de ahí a los mejores. Otra cosa, se permite saltarse párrafos y hasta páginas, y no es un pecado. Puede que te regalen un libro y no te llame la atención, lo dejas, y un día el libro te agarra y no te suelta hasta el final. Se permite dejarlo a mitad o releerlo. Los libros, como los buenos amigos, se quedan a nuestro lado para siempre. Pueden dormir a tu lado, mecerse contigo en la mecedora y acompañarte en el parque. En fin, que un libro es muchas cosas, y más cuando está escrito por los nuestros, los dominicanos.

Libros Dominicanos en Denver será mi reto. Si gano la batalla, continuaré cada año. Traeré cada vez más, y quedará una huella visible de los nuestros. Eso espero. Un regalo de la dominicanidad el 5 y 6 de agosto de este año.

Diario Libre. Saudades. 16 julio 2011.

ING. MELVIN BRIOSO ZAPATA PRESIDENTE CLUB ROTARIO SAN CRISTOBAL 2011-2012

























EL LEVIATAN CRIOLLO




Agustín Perozo Barinas.

Cuando el Estado es secuestrado como franquicia de una minoría soberbia, el ciudadano termina con sus derechos coartados, inmerso en precariedad de servicios y oportunidades. Así, la sociedad llega a ser rehén de algo que se puede interpretar como un Leviatán bíblico en cuyo dominio hacer política no es para los puros y en el que la razón no convencería a un electorado alienado y manipulado.

Los tentáculos de este Leviatán abarcan y someten a los que lo sostienen con los elementos más efectivos en el corazón de muchos hombres: la codicia y la vanidad. Ninguno de éstos se desliga del dinero y son de naturaleza insaciable. Son vicios parasitarios que drenan los recursos de la nación -humanos, urbanos, hídricos, costeros, forestales, económicos, ambientales, etc.- hasta exponerla a la inviabilidad.

Este engendro se regenera a sí mismo con vital puntualidad cuando su existencia es amenazada. Ingenioso y falaz, si es denunciado sentenciosamente lo niega, como el adúltero, para luego exponer sistemáticamente sus faltas, hiperbolizándolas hasta generar apatía en nuestra sociedad. El propio juicio de muchos ciudadanos ajenos al pillaje se nubla.

De esta manera, malversar y corromper son temas soporíferos en mentes tan martilladas diariamente que no confrontan el origen de sus males en este señorío corruptor de voluntades. Éstas se creen libres y se engañan a sí mismas con una ilusión de un mejor porvenir que nunca llega, pues sólo para los apoderados del Leviatán criollo hay provecho material y es a cambio de la sensibilidad social y la subordinación.

En las últimas elecciones cerca de la mitad de la población dominicana con derecho al sufragio votó por los candidatos de La Tripleta, la estructura partidocrática tripartita que se reinventa y recicla constantemente. El camuflaje del camaleón en su hábitat simbolizaría la combinación colorida de estos redundantes partidos tradicionales y a sus satélites. Con una mayoría mecánica, La Tripleta ha habilitado todo lo desmedido e inicuo. Y el abstencionista, como autómata, ha validado lo imperante pues “quien calla, otorga”.

La sociedad dominicana será estirada aún más hasta que el degolladero se quiebre. Al presente vive como se le impone, con dignidad negociada, en permuta del despeñadero que está más adelante, que es el cumplimiento de las obligaciones financieras del país. Mientras la ubre otorgue, este Leviatán criollo, que no es otra cosa que La Tripleta misma, perseverará entre tanto se le permita; incluso con coacciones y chantajes contra los cuestionamientos legítimos a su existencia en nuestra democracia figurada, mientras continúa el endeudamiento acelerado y la imposición de agregadas cargas tributarias para financiar su permanencia.

agustinperozob@yahoo.com