De Ligia Minaya
El norteamericano no discute. Si no está de acuerdo, guarda un silencio embarazoso o te sonríe amablemente. (Ligia Minaya. Denver. Colorado).
El norteamericano no discute. Si no está de acuerdo, guarda un silencio embarazoso o te sonríe amablemente. (Ligia Minaya. Denver. Colorado).
Cuando llegué a vivir a Estados Unidos era enero y Denver con sus calles iluminadas, la nieve bordando las ramas secas de los árboles, los pesados abrigos calentando los cuerpos, parecía una postal de Navidad. La alegría que se ve el los comerciales de la televisión, no estaba en el vecindario. Nadie en la calle después que se ocultaba el sol, porque Denver es soleado, aún con nieve. En los años que llevo aquí, he aprendido poco a poco cómo son y cómo piensan los norteamericanos. En apariencia son como nosotros. Usamos los mismos jeans, tomamos Coca-Cola, usamos los mismos aparatos, cantamos sus canciones, y hasta hablamos su idioma. Aún así, he constatado lo poco que saben de nosotros. Cuando me oyen hablar español me preguntan si soy mexicana. No, dominicana. República Dominicana les suena por Sammy Sosa, Pedro Martínez y otros peloteros de Grandes Ligas; a otros, por Bávaro o Punta Cana, pero cuando le digo que tenemos un buen Teatro Nacional, con temporadas de ópera, de teatro, de música clásica, se sienten perdidos.
Estar al día en USA, es muy complicado. No todos son así, pero casi todos responden a ese esquema. La verdad es que son amables, dan los buenos días, sonríen, y te invitan en Thanksgiving y en Easter Sunday. Las citas de negocios o con amigos se hacen con uno o dos meses de anticipación.
Una agenda para los negocios y otra para la vida social. Pero no pases más de dos horas en un almuerzo o una cena, está mal visto, como mal visto está entablar una discusión. El norteamericano no discute. Si no está de acuerdo, guarda un silencio embarazoso o te sonríe amablemente. Eso de ser revolucionario, de izquierdas, tampoco. A lo más, ser liberal, es lo correcto. Ni gritos, ni mencionarse la madre, ni de malas palabras, y de partidos políticos, y de religión, jamás. Quizás no expresar opiniones es la manera de soportarse sin matarse, como hacemos nosotros. Hace 150 años, USA era la mitad salvaje e inexplorada, y tal vez de esa manera han conseguido ser el primer país del mundo. Pero a pesar de ellos, el mundo se define aunque no expreses opiniones a favor o en contra. Quizás todo responda a un tópico, sin embargo estudios universitarios dicen que la mayoría responde al esquema. Que no saben mucho de lo que ocurre fuera de sus fronteras, que supieron dónde estaba Vietnam, Irak, Pakistán o Irán, por las guerras, y que si le preguntas de algún país de Latinoamérica pueden llegar a responder Camboya. El mundo exterior no existe. Quizás sea así, porque lo tienen todo. O por lo menos, mucho de lo que a nosotros nos falta.
Lo correcto es tener una casa, dos hijos, uno o dos carros, perros o gatos, un empleo fijo, vacaciones por dos semanas, preferiblemente a Cancún, una ex mujer o un ex marido y que los niños se repartan los fines de semana. Sé que USA es un país enorme de tamaño, que entre un Estado y otro te puede llevar diez horas, pero ni los años que llevo viendo aquí, ni los viajes que hice antes, son suficientes para conocerlo todo.
DIARIO LIBRE DIGITAL. Saudales. 4 de abril de 2009.Santo Domingo.
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