miércoles, 15 de abril de 2009

Fronteras en Psicoterapia



Por Roselín de los Santos M. A.

Fragmento

Las fronteras o límites entre las personas al igual que las que existen entre los países validan a unicidad y la individualidad. La manera como manejamos estos límites pueden ser un factor decisivo para el surgimiento de la confianza en toda relación.

Por eso, las fronteras en psicoterapia juegan un rol crítico en determinar la respuesta del paciente al tratamiento.

Las fronteras brindan información básica acerca del rol del terapeuta, del rol del paciente y la naturaleza del proceso terapéutico.

Los siguientes factores que ayudan a establecer una atmósfera de confianza y credibilidad en la relación psicoterapéutica:

1.- Que haya consistencia entre el método terapéutico utilizado y el terapeuta.

2.- Que el terapeuta asiste a sus sesiones de manera regular, consistente y puntual.

3.- Que las interrupciones telefónicas sólo se deben a llamadas de emergencias.

4.- Que los pacientes sean advertidos con tiempo si el terapeuta va a faltar a alguna sesión.

5.- Que se garantice que el paciente podrá recibir ayuda de otro colega. (en ausencia del terapeuta).

6.- Que se mantenga la consistencia en relación a quien participa en el tratamiento. Debe de referir a un colega cuando se trata de familiares o amigos.

7.- El terapeuta debe referir a un(a) colega se trata de familiares o amigos. La afectiva impide la objetividad. Por ende, se desprende que el terapeuta no socializa con sus pacientes.

8.- El terapeuta debe evitar participar como perito forense de los pacientes en tratamiento.

9.- Que el terapeuta estimule la autonomía del paciente.

10.- La orientación dinámica considera que el pago de la consulta terapéutica simboliza diferenciación y respeto, por lo que se asume que tiende a fortalecer las fronteras en psicoterapia.

11.- El terapeuta debe mantenerse alejado de regalos o de obtener ventajas de la posición social o económica de sus pacientes.

12.- Confidencialidad: el paciente es el único dueño de sus pensamientos, emociones y secretos.

13.- Anonimato: este es un tema muy relacionado con la transferencia. EL terapeuta debe abstenerse de dar información innecesaria de su vida personal.

14.- El terapeuta nunca se involucra de manera sentimental o sexual con su paciente; la relación es estrictamente profesional.

En conclusión, el ambiente psicoterapéutico es un espacio sagrado, que obedece a reglas, que de ser violadas tendrán un efecto negativo en la evolución del paciente. “Divinum est sedare dolores”.

Boletín Especial. Colegio Dominicano de Psicólogos. Año 1. No1. Santo Domingo. 2003.

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