miércoles, 15 de abril de 2009

Compartiendo Experiencias Sobre Violencia Intrafamiliar



Lic. Zelided Alma de Ruiz.

Fragmento:

Por fin los titulares de los periódicos, los organismos internacionales y la comunidad en general, están preocupados por la incidencia de la violencia intrafamiliar y han comenzado a considerar su impacto negativo en todos los aspectos relacionados con la salud y el desarrollo del país. La conducta violenta se mantenía en secreto para proteger la imagen social de la familia, por miedo a las represalias del familiar agresor y como un derecho de los familiares de mayor poder para controlar a los más débiles. Una verdadera tragedia cotidiana para las víctimas que pasaba inadvertida y apoyada por el secreto y la impunidad. Hace solo unos años que en nuestro país tenemos mecanismos para el reporte de los actos violentos en la familia y se define y sanciona el abuso contra los niños y niñas así como la violencia familiar contra la mujer y los ancianos.

Se ha comprobado que el abuso contra los niños/niñas en la familia está muy relacionado con la violencia en la pareja. Esto significa que cuando en la pareja hay violencia del marido contra la mujer o de ambos, el riesgo de que los niños/niñas sean abusados es el doble. Desde un marco teórico estructuralista-estratégico reconocemos que la respuesta psicoterapéutica adecuada necesita tener una visón amplia que involucre no sólo al paciente sino a todo su contexto incluyendo, si fuere necesario, a la familia extendida o a otros actores importantes para le proceso de cambio. Es importante recordar que la conducta violenta es el producto de un complejo sistema de respuesta con innumerables factores biopsicosociales involucrados simultáneamente. Por eso, las explicaciones simplistas no aportan soluciones validas a ese trágico fenómeno.

En otros casos similares del pasado pudimos observar algunos aspectos comunes en el padre agresor: 1) demostraba celos exagerados hacia la esposa hasta el punto de provocarle estados de ansiedad constantes. 2) aparentaba mantener una relaciones estable hasta el momento en que la esposa pide la separación; 3) presentaba un exagerado sentido de obsesión hacia su familia nuclear; 4) presentaba rasgos obsesivo-compulsivos que alternaba con sintomatología depresiva.

Para concluir, el proceso para controlar y prevenir la violencia en general y muy especialmente, la violencia intrafamiliar compromete a todos los microsistemas que intervienen en el desarrollo humano.

Boletín Especial. Colegio Dominicano de Psicólogos. Año 1. No1. Santo Domingo. 2003.

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