martes, 30 de junio de 2009

Diez Décadas de un legado sempiterno: JUAN BOSCH


Por Marcial Báez

Detenerme en un espacio de diez décadas
en un tiempo y en un todo,
holístico, abarcante en la sumatoria de dones,
legado sempiterno
más allá de las fronteras,
una impronta,
una individualidad.
Maestro de emociones,
de ideas que influyen
en las sensibilidades de seres ,
de pueblos,
de generaciones.
Elevándose en un plano más que real
dejándonos una voluntad sostenida
una vigilancia constante,
una conscientización
y un análisis al margen
de lo subjetivo,
lo objetivo,
lo claro
lo indirecto
siendo artífice
de una tekne muy personal: JUAN BOSCH



Una palabra,
un oficio en horas de vida,
una semincosciencia
cuyo dominio lo enseñorea
y lo coloca entre el costumbrismo de los suyos,
de los otros,
a la estatura de preclaros prohombres
con la obligación
con su cristalina vocación,
de bonhomía como estandarte
de poner el don de la escritura
al servicio de la sociedad: JUAN BOSCH.




Una gesto,
una frase,
una mirada,
una frente pensante,
un hombre,
un amante,
un esposo,
un padre,
un escritor,
un articulista
un cuentista,
un ensayista,
un novelista,
un orador,
un político,
un fundador
un presidente,
y gente,
mucha gente,
muchísima gente,
que visualiza a la gaviota blanca
en alto vuelo,
que un poeta
colocó en el cielo azul
simbolizando
un mensaje de unidad,
de probidad,
de paz
y de libertad: JUAN BOSCH.

Junio 25,2009

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