martes, 14 de julio de 2009

Consultorio de Familia


Por Soraya Lara de Marmol, M.A.

Pregunta del lector: Estoy desencantado de mi esposa porque no me satisface sexualmente. No le gusta el sexo oral ni anal porque es una vulgaridad. Pienso que ella no me quiere.

Respuesta de la terapeuta: Creo que la situación que usted me presenta no es para desencantarse sino para buscar ayuda. Ambos han de reconocer que cuando hay una situación que no pueden encarar solos, busquen ayuda para encontrar posibles soluciones.

Les recomiendo una asesoría con un especialista en terapia sexual. Ustedes se merecen tener calidad en la vida sexual.

Con su terapeuta sexual tendrán que investigar la historia de cada uno de su vida sexual.

Las creencias que tienen sobre las mismas. Las experiencias tempranas, las construcciones culturales que cada uno tiene acerca de la sexualidad entre un hombre y una mujer heterosexuales las cuales estarán matizadas por esos factores.


Existen parejas con dificultad para dialogar abiertamente sobre este tema. Hablar del mismo no implica sólo intentar convencer a la otra persona a aceptar lo que el otro quiere hacer, sino dilucidar sobre las causas que subyacen al rechazo de cada tipo de experiencia.

Le recomiendo que usted tome en cuenta por qué para usted es importante la penetración anal y para ella no.

Quizás la forma en que usted lo está proponiendo o intentado le resulta muy doloroso.

Su pareja podría estar pensando que el ano tiene otras funciones que no son las del placer sexual. Existen otras formas de sentir placer y disfrutar de su pareja.

Pregúntele si cuando usted le ha hecho sexo oral le ha resultado doloroso. El clítoris de la mujer es muy sensible y una fuerza realizada que supere lo tolerable podría ser muy dolorosa y en consecuencia ella rechazarlo.

No querer este tipo de experiencia no implica necesariamente que ella no le quiera. El que no la acepte no significa que no lo quiere. Estaría usted reduciendo el afecto de la pareja a la sexualidad propiamente dicha.

Por su pregunta asumo que ella disfruta de otras experiencias sexuales. Disfrute lo que es posible en este momento hasta encontrar un terapeuta sexual que le pueda orientar al respecto.
No se limite a creer que la experiencia oral y anal es la más excitante. Amar es una elección que no debe depender única y exclusivamente de una posición sexual. Piense y actúe.
Hoy digital. Consultorio de familia. 9 julio 2009.

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