lunes, 18 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI (1920-2009) IN MEMORIAM.


Mario Benedetti (1920-2009). Escritor uruguayo; un destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico, y, junto con Juan Carlos Onetti, la figura más relevante de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX. En marzo de 2001 recibió el Premio Iberoamericano José Martí en reconocimiento a toda su obra. Ha sido Director del Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Humanidades y Director del Centro de Investigación Literaria en La Habana.

En la obra de Mario Benedetti pueden diferenciarse, al menos dos periodos marcados por sus circunstancias vitales, así como por los cambios sociales y políticos de Uruguay y el resto de América Latina. En el primero, Benedetti desarrolló una literatura realista de escasa experimentación formal, sobre el tema de la burocracia pública, a la cual él mismo pertenecía, y el espíritu pequeño-burgués que la anima.

Realizó varios trabajos antes de 1945, año en que inició su oficio de periodista en La Mañana, El Diario y Tribuna Popular, entre otros. El gran éxito de sus libros poéticos y narrativos, desde Poemas de la oficina, 1956 y Montevideanos, 1959, se debió al reconocimiento de los lectores en el retrato social y en la crítica, en gran medida, de índole ética, que el escritor formulaba. Esta actitud tuvo como resultado, un ensayo ácido y polémico: El país de la cola de paja, 1960, y su consolidación literaria en dos novelas importantes: La tregua, 1960, historia amorosa, de fin trágico, entre dos oficinistas, y Gracias por el fuego, 1965, que constituye una crítica más amplia de la sociedad nacional, con la denuncia de la corrupción del periodismo como aparato de poder.

En el segundo periodo de este autor, sus obras se hicieron eco de la angustia y la esperanza de amplios sectores sociales, por encontrar salidas socialistas a una América Latina subyugada por represiones militares. Durante más de diez años, Mario Benedetti vivió en Cuba, Perú y España como consecuencia de esta represión. Su literatura se hizo, formalmente más audaz. Escribió una novela en verso: El cumpleaños de Juan Ángel, 1971, así como cuentos fantásticos: La muerte y otras sorpresas, 1968. Trató el tema del exilio en la novela Primavera con una esquina rota, 1982.

En su obra poética, se vieron, igualmente, reflejadas las circunstancias políticas y vivenciales del exilio uruguayo y el regreso a casa: La casa y el ladrillo, 1977; Vientos del exilio, 1982; Geografías, 1984; Las soledades de Babel, 1991. En teatro denunció la institución de la tortura con Pedro y el capitán, 1979, y en el ensayo ha hecho comentarios de literatura contemporánea, en libros como Crítica cómplice, 1988. Reflexionó sobre problemas culturales y políticos en El desexilio y otras conjeturas, 1984, libro que recoge su labor periodística desplegada en Madrid.



UN AMIGO, UN HERMANO
José Saramago. El gran cronista de los sentimientos

La obra de Mario Benedetti, amigo, hermano, es sorprendente en todos los aspectos, ya sea por la extensión en la variedad de géneros que toca, ya sea por la densidad de su expresión poética como por la extrema libertad conceptual que usa. El léxico de Benedetti ha ignorado deliberadamente la supuesta existencia de palabras "poéticas" y de otras que no lo son. Para Benedetti, la lengua, toda ella, es poética. Leída desde esta perspectiva, la obra del gran poeta uruguayo se nos presenta, no sólo como suma de una experiencia vital, sino, sobre todo, como la búsqueda persistente y lograda de un sentido, el del ser humano en el planeta, en el país, en la ciudad o en la aldea, en su casa simplemente o en la acción colectiva. Son muchas las razones que nos llevan a la lectura de Benedetti. Tal vez la principal sea ésa, precisamente: que el poeta se ha convertido en voz de su propio pueblo. O sea, en poeta universal.

EL PAIS.COM. 18 mayo 2009.






LA MUERTE Y OTRAS SORPRESAS
Libro de cuentos (1968)).

Selección:

El otro yo


Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se formaban rodilleras, leía historietas, hacia ruido cuando comía, se metía los dedos en la nariz, roncaba la sesta, se llamaba Armando. Corriente en todo, menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El otro yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su otro yo y le hacia sentirse incomodo frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era melancólico y , debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llego cansado del trabajo, se quito los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchazo no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, peo enseguida pensó que ahora si podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le llenó de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable”.

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír, y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se había llevado el Otro Yo.



LA CASA Y EL LADRILLO
Libro de poemas.(1977)

Subrayados:

Otra Noción de Patria.
Vamos a ver, hombre; cuéntame lo que me pasa, que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes. César Vallejo.

Hoy amanecí con los puños cerrados
pero no lo tomen al pie de la letra
es apenas un signo de pervivencia
declaración de guerra o de nostalgia
a lo sumo contraseña o imprecación
al cielo sordomudo y nubladísimo

sucede que ya es le tercer año
que voy de gente en pueblo
de aeropuerto en frontera
de solidaridad en solidaridad
de cerca en lejos
de apartado en casilla
de hotelito en pensión
departamentito casi camarote
a otro con teléfono y water-comedor

además
de tanto mirar hacia el país
se me fue desprendiendo la retina
ahora ya la prendieron de nuevo
así que miro otra vez hacia el país

llena pletorita de vacíos
mártir de su destino provisorio
patria arrollada en su congoja
puesta provisoriamente a morir
guardad por sabuesos no menos provisorios
pero los hombres de mala voluntad
no serán provisoriamente condenados
para ellos no habrá paz en la tierrita
ni de ellos será el reino de los cielos
ya que como es publico y notorio
no son pobres de espíritu

los hombres de mala voluntad
no sueñan con muchachas y justicia
sino con locomotoras y elefantes
que acaban desprendiéndose de un guinche
ecuánime
que casualmente pende sobre sus testas
no sueñan como nosotros con primaveras y
alfabetizaciones
sino con robustas estatuas al gendarme desconocido
que a veces se quiebran como mazapán

los hombres de mala voluntad
no todos sino los verdaderamente temerarios
cuando van al analista y se confiesan
somatizan el odio y acaban vomitando

a propósito
son ellos que gobiernan

gobiernan con garrotes expedientes cenizas
con genuflexiones concertadas
y genuflexiones espontáneas
minidevaluaciones que en realidad son mezzo
mezzodevaluaciones que en realidad son macro

gobiernan con maldiciones y sin malabarismos
con malogros y malos pasos
con maltusianismo y malevaje
con malhumor y malversaciones
con maltrato y malvones
ya que aman las flores como si fueran prójimos
pero no viceversa

los hombres de pésima voluntad
todo lo postergan y pretergan
tal vez por eso no hacen casi nada
y ese poco no sirve

si por ellos fuera le podrían
un durísimo freno a la historia
tienen pánico de que esta se desboque
y les galope por encima pobres
tienen otras inquinas verbigracia
no les gustan los jóvenes ni el himno
los jóvenes bah no es una sorpresa
el himno porque dice tiramos temblad
y eso les repercute en el duodeno
pero sobre todo les desagrada
porque cuando lo oyen
obedecen y tiemblan
sus enemigos son cuantiosos y tercos
marxistas economistas niños sacerdotes
pueblos y más pueblos
que lata es imposible acabar con los pueblos
y casi cien catervas internacionales
que tienen insolentes exigencias
como pan nuestro y amnistía

no se sabe
los obreros y estudiantes no los aman

Sus amigos entrañables tienen
algunas veces mala entraña
digamos pinochet y el aparthied
dime con quien andas y te diré go home.

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