Por Marcial Báez
La idea se despertó sobre las inquietudes actuales y tal vez con razón se hizo la palabra escrita y sonora, para crear en gran parte lo que somos a través de códigos, expresiones que convertidas en prosa dieron origen a una literatura para los siglos, olvidada por estos lares como norte importante en las óptimas relaciones humanas.
Hacernos con insistencia la que pregunta que surge diáfana en cada entrega diaria que nos suministran los Medios de Comunicación, en su desmedido afán de crear imágenes, creencias que aún débiles, irán creando una sociedad inconstante: ¿ QUE LEEN NUESTROS COMUNICADORES?
Generalizar desde ya, en este medio que se hace inmediatamente conflictivo cuando la palabra da escozor, es lo ideal en el presente conversatorio que no deja de tener un eco latente en el verde color, de matizantes sensaciones, que al unísono tomara la defensa de una buena dicción, fluidez, entonación, ortografía y cultura el circulo cerrado se interpone y el olvido, la dejadez o lo popular... canalizan el interés conductual hacia las gavetas, estantes o cestos de basura.¿De quiénes? de todos... y cada uno de los dioses de esta media isla convertida en un Olimpo moderno.
Al devenir de corrientes cristalinas, el obstáculo del círculo cerrado se interpone y el olvido, la dejadez o popular… canalizan el interés conductual hacia las gavetas, estantes o cestos de basura. ¿De quiénes? De todos… y cada uno de los dioses de esta media isla convertida en un Olimpo moderno.
Preciso es hacer vigente la Literatura a quinientos años del descubrimiento de América, tras la conquista de otro nuevo mundo, donde la INSTRUCCIÓN traiga de la mano los verdaderos valores morales y cívicos, LA DOCUMENTACIÓN sea un puntal trascendente en el desarrollo social, y lo HUMANO se deje sentir por la unidad y por la verdad.
Aquella delirante fe, la misma que profesaba Eugenio María de Hostos: “Dadme la verdad y os doy el mundo. Vosotros, sin la verdad destrozaréis el mundo; y yo con la verdad, con solo la verdad, tantas veces reconstruiré el mundo cuantas veces lo hayáis destrozado”.
Extraer de las primeras fuentes literarias las características que conformaron el camino a los derechos naturales del hombre, sobre las sensibilidades que en conjunto hicieron posible la justificación de los actuales poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y de los Medios de Comunicación.
No es justo el martillero constante a las buenas costumbres tras el disfraz de la experiencia, la práctica muchas veces distorsionada está fuera de época, ya que los incontables problemas de hoy también arrastran a los más jóvenes a tomar el rumbo indebido en la definición de su creciente personalidad.
Cuando nuestros guías y comunicadores sociales tomen conciencia de la Literatura y la hagan formar parte de su modus vivendi, la prosa será más florida, la expresión no tendrá vicios y la definición de los días presentes y futuros, será tan real y positiva como la vida misma.
El SOL. Sto. Dgo. Jueves 19 de septiembre de 1991. Pág. 6
El Siglo XX Quedó Atrás. Sto. Dgo. 2000. Pág. 65
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