Diógenes Valdez
Recientemente dos excelentes artistas, ambos de San Cristóbal han unido sus talentos para entregarnos una hermosa y sentida obra de arte. O a la inversa, porque el sentimiento lo pone la autora del libro y la hermosura, quien ha elaborado las viñetas que ilustran el interior del mismo.
Uno de éllos, o una, como todavía no me acostumbro a decir, es Blanca Kais Barinas, poeta y cuentista con una voz literaria muy singular, pues la suya es una voz muy tierna y femenina al mismo tiempo. Algunos se sorprenderán de la fusión de ambos calificativos, porque tal vez atribuyan la ternura a un sentimiento femenino; falso concepto porque también se puede ser tierno sin dejar de ser hombre ni un instante. Del mismo modo utilizo la palabra “poeta” en vez de poetisa, porque, porque tal manifestación escritural no tiene género; la poesía simplemente es buena o mala, sin importar quien la escriba. Para nuestra fortuna, estamos ante la presencia de un buen libro de poesía.
El otro artista que ha aportado su talento para que “El giro azul”, que es el título que la autora ha elegido para el poemario al cual estamos haciendo referencia y que ha permitido que éste se convierta en una de esas joyitas que rutilan dentro de lo más recóndito de la memoria, es José Francisco Pelletier, un joven talento del pincel, quien por su constancia, dedicación y amor a su arte, está destinado a convertirse en uno de los valores perennes de nuestra plástica.
Experiencia —la que posee Blanca Kais Barinas— y juventud —la que derrocha Pelletier— constituyen una combinación perfecta, porque cada uno ha dado lo mejor de sí, formando un dueto donde sólo se escucha una nota: la de la Excelencia, porque esa voz que penetra por nuestros oídos y se aloja dulcemente en nuestro cerebro, no es la de la autora del libro, ni tampoco la de quien ha ilustrado los poemas, sino la de Calíope, la musa protectora de la poesía y la de esa otra musa, todavía sin nombre, sacerdotisa todavía no inventada aún, que un día no muy lejano habrá de presidir las Artes Plásticas.
Gracias a Blanca Kais Barrinas por permitirnos el deleite de tener en nuestras manos su libro, un libro que habrá de embriagarnos de poesía y de azul y que no por ser breve, carece de grandeza.
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