Lic. Heidy Camilo
En nuestra sociedad la violencia intrafamiliar se ampara bajo un manto de mitos, sosteniendo así un sistema de abuso contra la mujer, estos mitos brindan al hombre que ejerce violencia toda una gama de justificaciones que lo excusan de los malos tratos hacia su pareja.
La normalización y naturalización es el resultado de la aceptación de estas narraciones, que entrando en nuestro sistema de creencias pasan a ser parte de nuestros pensamientos y estos a su vez a nuestro modo de vida.
En la sociedad dominicana encontramos un discurso culpabilizador hacia las mujeres abusadas por sus parejas y ex parejas, distando esto de la realidad. En hombres agresores la socialización, les predispone a emplear la violencia como método de control. Ya que cuando agreden a la pareja, lo que se pretende con ello es CONTROLAR-INTIMIDAR Y SOMETER mediante el uso o amenaza de una agresión física o emocional.
Entre lo mitos podemos encontrar: “Es que él estaba borracho y no se dio cuenta” cuando la realidad es, que investigaciones recientes no demuestran que el alcohol o las drogas sean la “causa” de las agresiones. Simplemente indican que los hombres que agreden acostumbran a tener problemas con el alcohol y las drogas mientras que muchos otros sencillamente no consumen ningún tipo de sustancias e igualmente agreden a sus parejas.
Las mujeres de estos hombres desarrollan la creencia de que si él dejara de tomar o de drogarse todo iría bien.
Una de las frases más frecuentes que encontramos cuando un hombre agrede a su pareja es: “Qué hiciste para que él te hiciera eso, porque algo tú le hiciste”; Nada que una mujer pueda decirle a un hombre le da a éste derecho a maltratarle, por lo tanto, las mujeres no pueden precipitar la agresión masculina. Las personas nunca merecen se golpeadas por sus parejas, ya que son actos criminales, usted puede enojarse pero ningún acto justifica el maltrato.
Otro de los mitos que encontramos en nuestro sistema de creencias: “En pleito de marido y mujer nadie se puede meter”, la violencia no es de ámbito privado pertenece a la esfera pública y constituye un problema de salud pública, cada mujer maltratada es un ser humano lastimado por otro, la violencia es una de las problemáticas sociales más serias en nuestro país, siendo una de las principales causas de muerte en mujeres jóvenes, en edad reproductiva y productiva, además de tener consecuencias no sólo para ella sino para su sistema familiar, social y laboral.
“Si ella se queda es por que le gusta”, esto es otro de los mitos que encontramos en el tema de la violencia, en las investigaciones y trabajos terapéuticos con las víctimas se encuentran que cuando la mujer decide dejar al agresor las posibilidades de ser gravemente heridas o asesinadas aumentan de manera gradual durante los dos primeros años después de haberse separado de sus maridos.
A menudo las mujeres no disponen de recursos económicos para abandonar el hogar, especialmente si tienen hijos. Parte de esta limitación es el control que ejerce el marido hacia ella. Tras haber sido sometidas a abusos físicos y emocionales durante un tiempo, las mujeres son sistemáticamente despojadas de su autoestima, hasta el punto de que erróneamente llegan a creer que necesitan a sus maridos para sobrevivir, a pesar de la violencia.
Son muchas los mitos que se encuentran plasmados en nuestra sociedad, la violencia en ninguna de sus formas debe ser admitida como una manera adecuada de relacionarnos, el maltrato es perjudicial para la salud emocional, física y social de una mujer, de su entorno y de la sociedad misma.
Si eres víctima de malos tratos por parte de tu pareja o ex pareja debes buscar ayuda porque la violencia por sí sola no se detiene, tienes el derecho a vivir no a sobrevivir.
La normalización y naturalización es el resultado de la aceptación de estas narraciones, que entrando en nuestro sistema de creencias pasan a ser parte de nuestros pensamientos y estos a su vez a nuestro modo de vida.
En la sociedad dominicana encontramos un discurso culpabilizador hacia las mujeres abusadas por sus parejas y ex parejas, distando esto de la realidad. En hombres agresores la socialización, les predispone a emplear la violencia como método de control. Ya que cuando agreden a la pareja, lo que se pretende con ello es CONTROLAR-INTIMIDAR Y SOMETER mediante el uso o amenaza de una agresión física o emocional.
Entre lo mitos podemos encontrar: “Es que él estaba borracho y no se dio cuenta” cuando la realidad es, que investigaciones recientes no demuestran que el alcohol o las drogas sean la “causa” de las agresiones. Simplemente indican que los hombres que agreden acostumbran a tener problemas con el alcohol y las drogas mientras que muchos otros sencillamente no consumen ningún tipo de sustancias e igualmente agreden a sus parejas.
Las mujeres de estos hombres desarrollan la creencia de que si él dejara de tomar o de drogarse todo iría bien.
Una de las frases más frecuentes que encontramos cuando un hombre agrede a su pareja es: “Qué hiciste para que él te hiciera eso, porque algo tú le hiciste”; Nada que una mujer pueda decirle a un hombre le da a éste derecho a maltratarle, por lo tanto, las mujeres no pueden precipitar la agresión masculina. Las personas nunca merecen se golpeadas por sus parejas, ya que son actos criminales, usted puede enojarse pero ningún acto justifica el maltrato.
Otro de los mitos que encontramos en nuestro sistema de creencias: “En pleito de marido y mujer nadie se puede meter”, la violencia no es de ámbito privado pertenece a la esfera pública y constituye un problema de salud pública, cada mujer maltratada es un ser humano lastimado por otro, la violencia es una de las problemáticas sociales más serias en nuestro país, siendo una de las principales causas de muerte en mujeres jóvenes, en edad reproductiva y productiva, además de tener consecuencias no sólo para ella sino para su sistema familiar, social y laboral.
“Si ella se queda es por que le gusta”, esto es otro de los mitos que encontramos en el tema de la violencia, en las investigaciones y trabajos terapéuticos con las víctimas se encuentran que cuando la mujer decide dejar al agresor las posibilidades de ser gravemente heridas o asesinadas aumentan de manera gradual durante los dos primeros años después de haberse separado de sus maridos.
A menudo las mujeres no disponen de recursos económicos para abandonar el hogar, especialmente si tienen hijos. Parte de esta limitación es el control que ejerce el marido hacia ella. Tras haber sido sometidas a abusos físicos y emocionales durante un tiempo, las mujeres son sistemáticamente despojadas de su autoestima, hasta el punto de que erróneamente llegan a creer que necesitan a sus maridos para sobrevivir, a pesar de la violencia.
Son muchas los mitos que se encuentran plasmados en nuestra sociedad, la violencia en ninguna de sus formas debe ser admitida como una manera adecuada de relacionarnos, el maltrato es perjudicial para la salud emocional, física y social de una mujer, de su entorno y de la sociedad misma.
Si eres víctima de malos tratos por parte de tu pareja o ex pareja debes buscar ayuda porque la violencia por sí sola no se detiene, tienes el derecho a vivir no a sobrevivir.
Fotografía: Alejandro Marcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario