sábado, 4 de abril de 2009

El Peregrino Ruso


Anónimo / Subrayados:

La oración interior y continua es el vuelo libre del espíritu humano hacia Dios. Para lograrlo, conviene pedir a Dios con frecuencia que nos enseñe a orar sin cesar. Ora intensa y fervorosamente, y la misma oración te ira haciendo comprender como se puede orar sin cesar. Pero necesitarás tiempo.

Qué es la oración y cómo se aprende a orar, encuentran escaso eco en los predicadores, porque son preguntas difíciles y exigen menos la erudición sacada de los libros, que la ciencia mística. Y lo que es más triste: la sabiduría mundana tiende a medir la sabiduría divina por criterios humanos. Hay quienes piensan que la preparación y las buenas obras engendran la oración, cuando en realidad sucede lo contrario, que es la oración la que produce buenas obras.

La continua oración interior a Jesús es la invocación continua e ininterrumpida de su nombre divino con los labios, el corazón y la inteligencia; consiste en representarlo siempre presente en nosotros e implorar su gracia en todo tiempo y lugar incluso durante el sueño. Esta invocación se expresa con estas palabras: “Señor Jesús, ten misericordia de mí”.

Siéntate solo y en silencio, inclina la cabeza, cierra los ojos, respira tranquilamente, e imagínate que estas mirando a tu corazón. Acompaña a tu inteligencia desde la cabeza hasta el corazón. Acompaña tu respiración con estas palabras: “Señor Jesús ten misericordia de mí”.

En mi observación pude notar que los efectos de la oración interior seguían tres direcciones: el espíritu, los sentidos, la inteligencia. En el espíritu sentía la dulzura del amor de Dios, la paz interior, el vuelo del espíritu, al limpieza de los pensamientos, el resplandor de la idea de Dios; en los sentidos, un agradable calor en el corazón, un bienestar generalizado, la alegría exterior, la agilidad, la serenidad en las enfermedades o en las penas; en la inteligencia, iluminación en la razón, comprensión de la Sagrada Escritura, entendimiento de la creación, rechazo de la vanidad, nuevo concepto de la santidad y de la vida interior, certeza de la cercanía de Dios y de su amor.

Es preciso acostumbrarse a invocar el nombre del Señor más que a respirar, en todo tiempo y lugar; y en todas las necesidades. El Apóstol dice: “oren sin cesar”. Con esto nos enseña a acordarnos de Dios sin cesar: en todo tiempo y lugar, y en todas las ocasiones. Y si haces algo, debes pensar en el supremo hacedor de todas las cosas; si miras la luz, debes pensar en quien hizo la luz y la dividió de las tinieblas; si contemplas el firmamento, debes pensar que Dios hizo el cielo y el mar, y cuanto contienen. Si te pones un vestido, piensa de quien te viene, y agradécele a quien te concede lo necesario para vivir. Dicho brevemente, que todo te sirva para glorificar al señor; así orarás sin cesar y tu alma estará siempre llena de gozo.

Basta con sumergirse silenciosamente en el propio corazón, invocando con la mayor frecuencia posible el nombre de Jesús. Inmediatamente se descubre una luz interior y todo se hace más comprensible. Hasta los misterios del reino de Dios se hacen más accesibles. Es ya una gran iluminación darse cuenta de que todo esto es posible y ver las reacciones que a uno le dominan desde ese momento. No es difícil discutir con las personas, pues las razones del corazón son anteriores, y más universales, que las razones de la inteligencia. El espíritu puede siempre cultivarse por la ciencia o la experiencia; sólo donde hay inteligencia, es inútil toda educación.

Lo que nos pasa a los mortales, es que estamos muy lejos de nosotros mismos y no nos interesa entrar en nuestro interior. Huimos de nosotros mismos; nos perdemos en cuatro bagatelas con tal de no encontrarnos en profundidad con nosotros mismos. Buscamos escapatorias, con lo que nuestros deseos se quedan en palabras. Con frecuencia nos decimos.: me gustaría hacer oración, mirar a mi interior…, pero no tengo tiempo. Las ocupaciones y negocios me impiden dedicarme a ello. Tendríamos que preguntarnos de verdad qué es más importante, si la vida del ama que tiene limites de eternidad, o el cuerpo, que tiene una vida pasajera. De hecho nos afanamos más por esta última. Estas dos referencias, alma y cuerpo, hacen a las personas sabias o necias.

El que haya llegado a la oración y amor verdadero, no verá la diferencia que hay entre un justo y un pecador, ama igualmente a todos los hombres y no los condena; obra como Dios, que hace salir el sol sobre buenos y malos y manda su lluvia sobre justos e injustos.

Sí, ama a Jesús y dale gracias. Pero cuídate bien de tener tus visiones por revelaciones directas. Tu visión puede explicarse de una forma completamente natural. El alma humana no esta ligada a lugares ni distancias. Puede ver en la oscuridad, tanto los objetos próximos como los lejanos; sólo se lo impide la opacidad de nuestro cuerpo, de nuestros pensamientos e imaginaciones inútiles. Cuando nos conociéramos hasta prescindir de esas realidades corporales, entonces nuestra alma, o nuestro espíritu, alcanza su dimensión natural y vuelve a ser ella misma, sin impedimento corporal alguno. Y entonces puede suceder lo que te ha sucedido a ti. Mi difunto staretz me decía haber conocidos personas, no dadas a la oración, que tenían el poder de ver en la oscuridad y de penetrar en el pensamiento de los demás. Los verdaderos efectos de la oración son otros. Es sobre todo una alegría que nadie puede expresar del todo, y que no puede comparase con cosa natural alguna. Las cosas materiales son muy pocas cosa si se las compara con las verdaderas sensaciones de la gracia. Lo que pasa es que cuando no tenemos experiencia de éstas, las sensaciones sensibles y materiales las identificamos con éstas, y nos parece que son espirituales.¡Que error!

Hay un medio muy sencillo para llegar a ser una persona de vida interior. Se toma un texto de la Sagrada Escritura; se lee despacio; se concentra en el mayor tiempo posible. Pronto se comienza a percibir que el alma se va iluminando. Para orar vocalmente se hace algo parecido: reelige una oración breve, de pocas palabras pero cargadas de sentido, se la repite con frecuencia y durante mucho tiempo, y así la oración se hace gustosa:

1 comentario:

  1. La ORacion del corazon se hace hasta que hace eso... presisamente que el Corazon cante la La oracion de Jesus independientemente de tu mente y de lo que estes haciendo... es algo formidable y digno de experimentar, yo los invito a hacer esta Hermosa y Poderosa oracion que dice "Jesus, Hijo de Dios, ten piedad de mi, que soy un pecador..." ininterrumpidamente

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