sábado, 25 de abril de 2009

Eduquemos a los Vecinos Ruidosos / Marcial Báez




El ruido definido como la “percepción sonora no deseada por el receptor” se ha convertido un agente contaminante, en una de las principales causas del deterioro de la calidad de vida. En San Cristóbal esta situación tiene un ejemplo real, sin querer magnificarlo, muchos quieren en cada esquina colocar un chimichurris, estacionar sus vehículos en colmadones, en las calles con grupos de amigos y dar rienda sueltas a las bocinas de sus vehículos para demostrar el poder que tienen las mismas, como decimos por acá “ para echarles vainas a los otros”. ¿Qué les parece? Dentro de la gran cantidad de manifestaciones ruidosas está la que originan los vecinos ruidosos, debida en la mayoría de los casos a que el individuo siente una necesidad imperiosa de hacerse notar y sobresalir para llamar la atención del resto de las personas y para ello no duda en comportarse en forma ruidosa, ya que carece de las aptitudes para destacarse en un rol importante en la sociedad en que vive. “Los vecinos ruidosos” deben pensar en los demás, que la música que ellos escuchan no es la que quieren escuchar los otros... que tal vez hay personas en duelo, o enfermas, o en tertulia, o estudiando, o leyendo, o durmiendo...que todos los días no son de fiestas, de cumpleaños... Y es que, “los vecinos ruidosos” cuando se mudan a un lugar, deben ubicarse, pues no es lo mismo vivir en la selva, en el campo, en un barrio populoso, hacinado, donde la cultura del ruido se ha ido incrementando debido a una pobre situación educativa, social y económica, que convivir en una comunidad donde el equilibrio de convivencia se guía por las buenas costumbres y el respeto a los demás. Y es que al desentonar, rompen con la tranquilidad, cosechando la animadversión, lo que han sembrado con su comportamiento y son etiquetados como personas baratas y sin clase.

Eduquemos a los vecinos ruidosos, manifestándoles que: “El ruido actúa directamente sobre el cerebro produciendo una serie de efectos en el organismo que inciden en las funciones circulatorias, cardiacas, respiratorias y de secreciones de hormonas entre las que se destaca la adrenalina. Esta provoca hipertensión y sobreexcitación y puede ser motivo de conductas “desorganizadas”. Que nos molestan cuando sube el volumen de su aparato de música, que existen leyes y reglamentos sobre el tema, que tienen prohibiciones especificas, determinando como ruidos contaminantes, excesivos, perturbantes y estridentes, entre otras acciones a los radios, instrumentos musicales, velloneras, amplificadores, etc. Que ellos tienen derechos, pero cuando el ruido que provocan en sus hogares irrumpe en el de los demás, entonces tendrán que someterse a las autoridades que han sido creadas para dichos fines y a las cuales los que nos sentimos afectados, debemos acudir sin temor, al exigir que se nos permita vivir en paz, contribuyendo al buen desarrollo de nuestro pueblo, ya que evitando el ruido, también disminuimos la violencia, el desvelo, la intranquilidad, las drogas, las bebidas alcohólicas, la impotencia y muchos males más.

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