jueves, 29 de enero de 2009

Tintinolo una mascota muy especial



Lic. Marcial Báez

Desde el principio de los tiempos, el ser humano de una forma u otra ha tenido que recurrir a los animales, a las aves para utilizarlos en alguna tarea de su cotidianidad, en la siembra, en el acarreo, el la comunicación, etc. y este contacto directo con los mismos, ha devenido en la transmisión de un trato especial, un cariño que se va convirtiendo en una necesidad que va más allá de la relación hombre –animal; esta es la mascota, la que para muchos son el sustituto hasta de los hijos, cuando Dios no le ha dado la oportunidad de tenerlos.

Antes, cuando se mencionaba mascota se pensaba en perros, gatos, monitos, avecillas, situación que ha ido cambiando al paso de los años; ya podemos tenerla como las hicoteas, ratones, culebras, sapos, escarabajos y un sin fin de cosas más, tras la búsqueda de un ir y venir en la respuesta que nos permita encontrar nuestro interior hacia los demás y hacia la naturaleza circundante.

En nuestra familia siempre hemos tenido mascotas, sobre todo perros y gatos, a excepción de mi mamá que en su adolescencia tenía por mascota a un ovejo (Cuchy), a medida que fue creciendo se puso insoportable, ya que en sus juegos daba cabezasos y se convirtió en un peligro, el mismo fue sacrificado el día del matrimonio de mi madre, claro, sin el consentimiento de ella.

Diez años atrás habíamos decidido el no tener mascotas, pero en una práctica de la cátedra de Modificación de Conducta en mi carrera de Psicología, tuve que utilizar unos pollitos; al terminar el experimento, mamá optó por no deshacerse del que había sobrevivido; en fin que al crecer se convirtió en un gallo manilo blanco, grande y hermoso, con una cresta roja impresionante, el cual era la admiración de todos y todas, las que visitaban la casa, los vecinos que pasaban al frente, especialmente los niños que al ver a un gallo en medio de mi madre y yo en la galería como si nada, se sorprendían; solo faltó que lo pusieran a escribir autógrafos, ya que la mayoría al pasar cuando no lo veían preguntaban por Tintinolo.

Después de tres años y seis meses, justo el 17 de julio pasado, Tintinolo dejó de existir y como me dice mi madre cada vez que nos sentamos a conversar en la galería,”nos ha hecho mucha falta”; ¿pero es que era una mascota?. Más que eso, fue creando su espacio, ya que en el recuento de su existencia están que al despertar cada día nos saludaba con su canto mañanero, la visita temprana al pie de mi cama, el saludo frente al espejo de la coqueta de mi madre, atento siempre al llamado que se le hacía, el picar la falda de mi madre para decirle que era la hora de su comida o el pararse a picotear en el estante donde estaba su alimento, el estar junto a nosotros en el rosario diario, en el baño, en la cocina, el subirse a la cama y posarse en nuestras caderas a la hora de la siesta y el dirigirse tranquilamente todas las tardes a su cama, o al despertarse cuando no había visto a uno de nosotros para decirle en su lenguaje las buenas noches. Eso sí, algunas visitas al llegar a la casa antes de entrar pedían que encerraran a Tintinolo, entre los que se encontraban Doña Yolanda Valdez y Diógenes Valdez, porque se convirtió en un excelente guardián, al caerle a picotazos a aquellos zapatos que no conocía, hasta nosotros mismos teníamos que ponernos los zapatos nuevos justo al salir de la casa. ¿Se imaginan?
Tintinolo dio origen a este artículo que se remite a las mascotas cualquiera que sea su género o su especie; el trato que deben prodigar a estos animalitos, el saber cuidarlos, y el darse cuenta si se está preparado para tenerlos en su casa, una herramienta idónea para cultivar la sensibilidad en los niños. La experiencia será terapéutica y gratificante; hasta en eso pensó papá Dios cuando nos creó.

1 comentario:

  1. Lo sentí como mi gallito, Lindo, un hermoso gallo como describes a Tintinolo, era mi hijo, mi guardián; la estructura más poderosa de mis recuerdos de niñez. Gracias por este texto!! todavía recuerdo a mi “bebe“ como ayer, una de las cosas más hermosas que he vivido. Saludos!!

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