Luciano Frías
A diferencia del candidato a la alcaldía que resultó ganador en las elecciones municipales pasadas, el Lic. José Montás apoyó su campaña en la propuesta de un plan de gestión municipal. En un ejercicio con escasos o ningún precedente en el ámbito político, el síndico saliente fue uno de los pocos aspirantes que articuló un programa que recogía lo que entendía debía ser el accionar de la administración edilicia, a partir de un análisis de los principales retos que se ciernen sobre la demarcación municipal.
Por otro lado, independientemente de las críticas que pudieran hacérsele, la sindicatura de José Montás tiene aspectos incuestionablemente positivos, sobre todo en los dos últimos años del período. Por razones que en su momento se habrán de examinar (que de hecho son tema de discusión en diversos corrillos políticos), el candidato Mondesí resultó favorecido por el voto de la mayoría.
Más adelante, luego de conocido y asimilado el resultado de la contienda electoral, se dio a conocer a través de los medios locales, la disposición de la administración municipal de coordinar una transición correcta y carente de sobresaltos. El síndico nombró una comisión que se dispuso a reunirse con el equipo designado por el candidato electo para procurar asegurar, en la medida de lo posible, una entrega de mandos exenta de problemas.
Por todo lo antes mencionado, llama la atención el hecho de que, a pocos días de la asunción de las nuevas autoridades, los servicios municipales prácticamente hayan colapsado. La basura se acumula en las aceras, esquinas y espacios de nuestro tejido urbano. Si tomamos en cuenta las lluvias torrenciales recientes, el brote de dengue y otras enfermedades infecto-contagiosas, el cúmulo y descomposición de desechos constituyen una amenaza adicional a una salud pública ya deteriorada.
Se dice que el pago de salarios de los empleados del cabildo está muy retrasado, lo cual sería una de las razones de las deficiencias en los servicios. Es muy posible que las actuales autoridades refieran algunas otras causas como excusa. De todas formas, sean éstas u otras los orígenes, hay que buscar una rápida solución a esta situación.
Si como siempre afirmaron sus colaboradores y él mismo durante la campaña electoral, la preocupación por la suerte de nuestro municipio era una de los motivos que llevaron al Lic. Montás a buscar un segundo período en la alcaldía, debe seguir demostrándolo. Entregar una administración menoscabada a las autoridades entrantes no conviene a la carrera política del Lic. Montás, que puede tener futuro todavía. Tampoco conviene, aunque a ciertos sectores así les parezca, al Partido de la Liberación Dominicana. Sin que sea nuestra intención ser agoreros, sería ofrecer justificaciones a eventuales desvaríos de los próximos incumbentes.
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