martes, 20 de abril de 2010

LA NOVELA DE ANTHONY RIOS


Manuel Morra Serrano
Prólogo

Imagino que los lectores, sobre todo los fanáticos de Anthony Ríos el popular artista, se preguntaran que busca incursionando en un género tan exigente como a novela este hombre de la televisión, este ciudadano que a todo busca el lado humorístico, experto en el doble sentido sexual cuando sus presentaciones hace chistes y entretiene a la audiencia que ha cautivado durante años con su poderosa y rica voz, especialmente a las féminas de todas las edades, interpretando bellísimas canciones.

Los que han pido de su paso trascendental y conocen su vena poética, por os boleros y baladas de su autoría, lo han encontrado natural y les parece que el salto de la canción a la prosa narrativa no es difícil para un personaje tan polifacético.

Ahora bien, por venir de quien viene, un hombre de la farándula artística vernácula (aunque haya mantenido una cierta discreción al margen de los tumultos de moda, resguardando su personalidad del deterioro populista excesivo), podrían verlo os de la farándula literaria como algo frívolo y, quizás algunos tengan la idea de que este texto suyo es una especie de telenovela o de película de bajo presupuesto. Nada más lejos de la realidad.

Anthony Ríos no es, naturalmente, un Gabriel García Márquez, y no lo pretende, pero manteniendo su originalidad, fue a Jarabacoa, hizo investigaciones, escucho viejas historias y monetarios, a veces mas antiguos que llegó hasta los antepasados indígenas. Con ese rico material ase preparó para hacer lo que él llama, su primera novela publicada (tiene varias inéditas).

De pronto se dio cuenta que entre los relatos que le hicieron había extrañas coincidencias, y con su fino olfato para lo humorístico, comprendió que tenia en sus manos los elementos de un cuento largo o de una novela corta o noveleta y comenzó a escribir sin preocuparse a cual genero lieterao pertenencia lo que redactaba.

Lejos esta Anthony Ríos de ser narratólogo o experto en narratología, de preocuparse por la técnica narrativa más allá de saber, como todo Edmundo, que la acción y la intriga permanente son el motor fuera de la borda que mueve la narración e impulsa al lector por el río de las painas, lentamente o a la máxima velocidad.

Las historias que encontró encajaban e las paginas de un subgénero narrativo que no abunda mucho en el país (salvo contadísimas excepciones): Me refiero a las novelas de misterio, de suspense, de intrigas detectivescas y policíacas.

Se tiene la idea de que este género no pertenece a la literatura serie. Anthony se reiría a carcajadas de tal desplante. ¿Serio él? ¿Cuándo? de serio Nada; el humor rejuvenece. En este país es difícil encontrar auténticas novelas del género que sena realmente tales y mucho menos con autentico humor y con sabor original: sobran dedos de las manos, pero no encontraremos en detalles: damos el dato.

Primavera Roja (sangre en Jarabacoa) como a el le gusta el título, es una agradable sorpresa y los lectores sabrán lo que es canela fina cuando comiencen a leer y no puedan soltar el libro, que se le pegara de las manos.
Precisamente, eso es lo que ha logrado Anthony Ríos con su sangrienta novela; por eso y por otras razones que el lector entenderá cuando la tenga en sus manos, me atrevo a sostener que será un best seller sin precedentes.

Sus fanáticos (los tiene de ambos sexos, aunque mayormente entre las féminas), se arrebatarán este volumen ciertamente agradable de leer, intrigante y ameno, pero sobre todo novelesco, porque la trama que urde nuestro artista, no es de un neófito. Ya lo envidiarían algunos maestros del género, sobre todo, por el final sorprendente donde, aparece toda la picardía y la gracia desbordante del Anthony eterno.

No abundo sobre la rama ni sobre os personajes reales que cita, con sus ocurrencias, como las de Theven Rodríguez por ejemplo (bohemio de raza, os hay), porque no queremos quitarle brillo relatando las peripecias y circunstancias de la obra.

Ahora bien, puedo decir que se trata de una narración lineal, sin complicaciones de forma o de lenguaje, hecha para que la lea y la disfrute todo e mundo, sin importar edad, clase social o nivel escolar, vale decir, con al misma complacencia que gozan sus canciones y sus chistes.

Aparentemente, al margen de la ficción, la novela con un hecho real, algo que mantendrá a atención del lector hasta el mismo final.

El embrollo, empieza porque una gran cantidad de sangre apareció derramada en una carretera, y no se sabía si era de animal o de gente. Como no había sido producto de un accidente, se sospecho, con justas razones, que se trataba de un hecho criminal.

Un crinen de esa magnitud intrigo a la población y al comandante de la Policía y sus ocurrencias y sucedidos mantendrán en vilo al lector mas indiferente.

Nadie podar permanecer sin apasionarse leyendo los capítulos que siguen y desde la primera pagina quedara irremediablemente inmerso en la trama, convirtiéndose en detective junto al comandante federo de la Policía Nacional, y habrá más de un miembro distinguido de la comunidad involucrado en la sospecha.

Me atrevo a vaticinar, que este pequeño volumen va a tener muchas ediciones y será un clásico en su genero, porque nadie podrá soltarlo y o atesorarán las gentes de Jarabacoa y los que aman aquella localidad.

Ahora bien, destacamos el hecho de que Anthony Ríos se atreve a mencionar a personalidades vivas y fallecidas, pero activas, tanto de la política como de la oligarquía jarabacoense y a llamar a los sitios y lugares por sus nombres, incluyendo la propia ciudad, real protagonista de la obra; esto a y dará para que dejemos la mojigatería que hemos tenido de dar otros nombres a nuestros pueblos, evitando mencionar a las gentes por sus apelativos reales.

Vaticinamos otra vez el éxito de este libro. Las gentes se los quitará de las manos y es posible que con las tecnologías actuales, intenten piratearlo, pero con las reproducciones de color, puede suceder que sea más la sal que el chivo, porque nada, absolutamente nada, sustituye realmente al texto original y mucho menos a una edición príncipe.

Sin embargo, con todo el éxito la larga vida que le auguramos al texto, su transformación está en su ruta: La filmación de esta historia no se hará esperar: en ese sentido, nos retractamos y decimos que tiene mucho de película y mucho de novela televisible.

Siendo ello así, pronto tendemos a esta sangre corriendo por los cines o las pantallas de televisión. Con un buen director y buenos actores en el escenario real, se haría una película clásica de suspense y misterio, con episodios agradables, cómicos a veces, dramáticos otras, que mantendrán a los espectadores tan agarrados y tan apresados, como lo estuvieron los lectores.

Por haber incursionado en el mundo de la farándula de espectáculos, los de la farándula literaria me acusaran de traidor por prologar este texto de Anthony, como si el hecho de que yo pertenezca a ella, me impidiera entrar en el amplio imperio popular donde Anthony Ríos reina por derecho propio, a base de su talento, de su ingenio y de sus facultades vocales.

Podrán decir que se trata de una literatura Light. Es posible que lo sea, pero si son sinceros, cuando terminen de leerla, tendrán que admitir que es tan autentica como la que haga el más profesional de nuestros autores y si no son hipócritas (en realidad la mayoría lo son), envidiarán la facultad narrativa de este señor del canto y del chiste, que tan deportiva y olímpicamente ha tomado la vida.

Santo Domingo, 14 de enero del 2006.

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