martes, 17 de marzo de 2009

Subrayando sobre los Victoriosos y los Derrotados



Por Marcial Báez

“Cuando comprendas que has estado en la muchedumbre y, valientemente solo, regresas a tu casa, y ves que en el espejo tienes la misma cara...”
Manuel Del Cabral


Al finalizar la jornada electoral, los partidos políticos que se disputaban los cargos congresionales y municipales, iniciaron inmediatamente un “carnaval” de consideraciones del papel desempeñado por sus lideres, ganadores y perdedores, estos últimos justificando sus errores, los cuales se reflejan en las reacciones sicológicas de la derrota: la depresión. En cambio los vencedores tendrán una reacción victoriosa: la euforia.

Por consiguiente queremos compartir con ustedes las explicaciones que nos da sobre estas dos formas de liderazgo, Ainslie Mears en su obra LOS PODERES OCULTOS DEL LIDERAZGO, y que trata de las reacciones sicológicas inconscientes que la condición de líder provoca en los demás.

De esta forma tendremos una idea mas completa de los aspectos emocionales que se reflejan en los lideres y que nunca son divulgados por los medios de comunicación, sobre todo aquellos líderes que son internados clínicamente, acosados por el peso de la derrota.

Entonces subrayamos: “Tras la inicial reacción paranoide contra sus adversarios, es muy peculiar que el líder derrotado cambie de dirección y eche la culpa a las fallas de sus ayudantes y seguidores, protegiendo su amor propio del golpe frontal de la derrota. Todas las reacciones del hombre tienen su origen en una finalidad biológica. Bueno, pero ¿ Cuál puede ser la finalidad biológica de la depresión?. Si examinamos la cuestión veremos que la depresión se caracteriza por tener un mal concepto de uno mismo y se produce como respuesta al fracaso. Cuando fracasamos, en cualquiera de los aspectos de la vida, significa que tendremos que amoldarnos a una posición de categoría inferior. La depresión con su tristeza y su tendencia a no pensar nada bien de uno mismo produce el efecto de facilitarnos el dar ese paso hacia abajo, a aceptar esa categoría interior que se convierte en inevitable a causa de nuestro fracaso. En el líder fracasado se aprecia muy bien cómo se va produciendo esta reacción, pero si lo examinamos un poco detenidamente veremos claramente lo mismo se aplica a toda depresión subsiguiente al fracaso en cualquiera de los aspectos de la vida: fracaso del amor y hasta fracaso moral. De manera que el líder derrotado, como uno más de los que fracasan experimenta una depresión”.


En el caso contrario “La finalidad biológica de la euforia es ayudar al vencedor a adaptarse a la categoría superior que ha alcanzado gracias a la victoria. Con el triunfo, en cualquiera de los campos de la vida, nos elevamos un poco mas alto en la jerarquía social. Nos elevamos por encima de los que tienen su misma categoría. Esto es fácilmente observable en el primitivo combate físico e igualmente en el triunfo político; pero, al saber hablar inteligente, entre en sociedad, y hasta cuando notamos que hemos jugado mejor el tenis que el día anterior. Con la victoria mejora nuestro status; pero elevarnos en la escala entraña dificultades, nuevas tareas y nuevas obligaciones. Puede que ante estas dificultades nos sintamos angustiados e inseguros de nosotros mismos. Por eso el hombre ha desarrollado la reacción sicológica de euforia que le da la confianza en sí mismo, entusiasmo, mayor rapidez de reacción y la agilidad mental que le capacita para cumplir con éxito las obligaciones propias de la nueva posición de superior categoría. De este modo el jugador saldrá a la pista el próximo sábado con cierta euforia y con esa mayor confianza en si mismo y con esa mayor rapidez de reacción esperara mantener esa categoría algo superior que tanto esfuerzo le ha costado conseguir”.


Es necesario que profundicemos en estas reflexiones, ya que nos ayudará a realizar una mejor elección, nos documentará sobre las influencias que recibimos de los lideres, y que no todas son beneficiosas, sino que pueden afectar negativamente a la calidad de nuestra vida personal: “ Las relaciones con los compañeros, el amor y la compasión, la tranquilidad mental, la conciencia de la armonía natural de las cosas, la sencillez de ideas y sentimientos, el conocimiento y respeto de uno mismo, las satisfacciones que recibimos a través de los hijos, el vivir a tope de la capacidad biológica, sacar a la luz lo mejor que tienen los demás, sentirse formando parte de la humanidad, lograr el éxito, bien para uno mismo o para los demás y vivir la vida de acuerdo con la voluntad divina”.

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