ORLANDO ALCANTARA
Nace el primero de agosto del 1962 en Santo Domingo, República Dominicana. Desde su niñez se destacó como estudiante meritorio: mejor promedio académico del año (1979 y 1980). Ajedrecista del Año (1981 y 1982). Instituto Politécnico Loyola. Primer lugar de la Gran Copa de Ajedrez de Colombia en Queens, Nueva York, con jugadores aficionados de 17 países.1985. Inventor del juego virtual modular “resuJESUS”.
Nace el primero de agosto del 1962 en Santo Domingo, República Dominicana. Desde su niñez se destacó como estudiante meritorio: mejor promedio académico del año (1979 y 1980). Ajedrecista del Año (1981 y 1982). Instituto Politécnico Loyola. Primer lugar de la Gran Copa de Ajedrez de Colombia en Queens, Nueva York, con jugadores aficionados de 17 países.1985. Inventor del juego virtual modular “resuJESUS”.
Ha alcanzado premios y reconocimientos literarios en el Instituto Politécnico Loyola, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Primer Premio (Sociedad Cultural Alianza Cibaeña)1990, "La Muerte Inefable"(Mención de Honor en el Concurso Dominicano de Cuentos de Casa de Teatro) 1997.Cámara de Comercio y Producción de San Cristóbal (Premio a la Excelencia Empresarial y al Talento de San Cristóbal como Escritor del Año 1998), Dirección General de Promoción a la Juventud. Secretaría de Estado de Cultura y Ballet Folklórico de San Cristóbal (Reconocimiento "Eminencias Folklóricas del Siglo XX – Versión 2007" como Culturólogo) y otros.
Fue profesor de inglés en el Instituto Cultural Domínico-Americano y The English Center, de Santo Domingo. Artículista de fondo medios de comunicación escrita a nivel nacional. La Enciclopedia Libre Wikipedia lo citó como "teólogo y poeta dominicano" en el 2005 por sus aportes al pensamiento del filósofo holandés Baruch Spinoza en la definición del término "Pandeísmo" en inglés.
Publicó el libro antológico-crítico "¡Metapoesía de Mí!" en el 2003, incluyendo metapoetas de cinco países del Movimiento Internacional Metapoesía (MIM), fundado por el Dr. Jorge Piña en el 1990, y al cual Alcántara Fernández pertenece desde el 1991. Coordinó las exposiciones metapictóricas "Imagen Lúdica" y "Doce Metapoemas de Jorge Piña", en Casa de Teatro y la Fundación Casa de Arte Marcial Báez en San Cristóbal en el 2003 y el 2004, respectivamente. Su metapoema Livia "AMOR" fue finalista en el II Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco (España) en el 2005. "Por Nuestro Bien" ( Secretaría de Estado de Cultura).2007.
Es periodista del mensuario El Guardián, dirigido por el Lic. Víctor Martínez, y del periódico digital OpinionSur.Com, dirigido por su hermano Lic. William Alcántara Fernández.
¡METAPOESIA DE MI! ( Libro/Ensayo)Por Orlando Alcántara
Prólogo por Livia Díaz. (Fragmento).
El hombre se traspola y se transforma en receptor de un mensaje de segunda mano con intenciones primas. Un Orlando cualquiera, (Alcántara para más señas) Le entrega al hombre la tercera lectura de una realidad secundaria en primitiva creación. De aquí surgen palabras al desgaire “des-inquietas”, que fabricaron castillos en el aire. El hombre puede ir encontrando una lectura de la lectura que escribe apasionadamente cada palabra que conoce en el universo del poema. No existen “ni siquiera entregas… ni uncidos que amar”.
Prólogo por Livia Díaz. (Fragmento).
El hombre se traspola y se transforma en receptor de un mensaje de segunda mano con intenciones primas. Un Orlando cualquiera, (Alcántara para más señas) Le entrega al hombre la tercera lectura de una realidad secundaria en primitiva creación. De aquí surgen palabras al desgaire “des-inquietas”, que fabricaron castillos en el aire. El hombre puede ir encontrando una lectura de la lectura que escribe apasionadamente cada palabra que conoce en el universo del poema. No existen “ni siquiera entregas… ni uncidos que amar”.
POR NUESTRO BIEN ( Libro Cuentos)Por Orlando Alcántara
Cupido de Rojo (Fragmento)
El sofocante fuego de su negro mirar arde y fulmina el gris iris de sus verdes pupilas. Omar intenta sonreír. Quiere escapar de sus garras o amarla sin prejuicios. Trata de articular una simple frase cualquiera: De sus labios no brota ni siquiera un frágil silbido. En silencio maldice las leyes.¡Hombre! Como siempre, entre dientes, las leyes.¡Por Dios! Tan estrictas, las leyes: Si hay luz roja, se debe frenar, detener la marcha.”¿Y si cruzo?¿Qué pasa?¿lo intento?”¡NO! La ley prohíbe. Debes parar. Frena. Tienes que parar en seguida. Además piensa en la muerte súbita y fatídica de Lady Di. Piensa en la parca pacífica de Teresa de Calcuta”.
A través de la pantalla (Fragmento)
Estas preso, atrapado y sin salida. Simplemente preso, acorralado en las grises paredes enormes de la tele. Inerte, inerme y preso en tu Hitachi de trece pulgadas, televisor a blanco y negro. Amenazándote, desde la lejanía del cañón electrónico, con acelerar su ánodo y barrer la tele con tu imagen. Piensas en la terrible muerte de día y en el apacible dormir de Teresa de Calcuta. El oropel y la brizna han dicho adiós a este mundo. El altruismo y la caridad te han abandonado en la penuria.
Círculos Concéntricos (Fragmento)
Y Manolo, sobresaltado, que desistió de tan apacible y desteñida escena y decidió en su lugar pintar la desgarrante tragedia de un hombre atribulado tirándose desde lo más alto del puente ante la multitud consternada que presenciaba su fugaz, vuelo sin poder hacer nada por evitarlo; y sus manos encrispadas me hablaban del hombre desdichado que había subido por la escalerilla de una de las columnas del puente; y de la multitud de curiosos impotentes; y del tráfico detenido en la avenida congestionada; y Manolo me miraba con sus ojos de iluso diciéndome que captaría con fuertes pinceladas el instantáneo vuelo de aquel hombre saltando al vació desde el tope del puente; contándome que plasmaría con vivas estocadas el vuelo desgarrador de aquel hombre que luego de inciertas piruetas en el aire penetraba eufórico y reconciliado, triunfalmente en picada, a través de la superficie del río desapareciendo para siempre por el mismo centro de os círculos concéntricos pintados en el agua del río, debajo del puente.
Los Murticiélagos (Fragmento)
Y Jimmy, de acuerdo, si, solo lo hago por ti, y a pesar de complacerla en todo todavía no dejaba su manía de fumar en cadena, y cuando ella le rogaba que déjate de fumar, Jimmy, pareces un murciélago, Jimmuy entristecía, añorando sin palabras a M-W y M-J, los moturciélagos, esos locos murciélagos motorizados, nostálgico, como queriendo usar su Ray-Ban, sus pachuchos y babuchas, sus zapatos puntiagudos, y fumar sobre la moto, y vestir su camisa ancha sin planchar, su chaqueta negra alada, y recorrer las calles evadiendo como murciélagos los obstáculos.
Por Nuestro Bien (Fragmento).
Cupido de Rojo (Fragmento)
El sofocante fuego de su negro mirar arde y fulmina el gris iris de sus verdes pupilas. Omar intenta sonreír. Quiere escapar de sus garras o amarla sin prejuicios. Trata de articular una simple frase cualquiera: De sus labios no brota ni siquiera un frágil silbido. En silencio maldice las leyes.¡Hombre! Como siempre, entre dientes, las leyes.¡Por Dios! Tan estrictas, las leyes: Si hay luz roja, se debe frenar, detener la marcha.”¿Y si cruzo?¿Qué pasa?¿lo intento?”¡NO! La ley prohíbe. Debes parar. Frena. Tienes que parar en seguida. Además piensa en la muerte súbita y fatídica de Lady Di. Piensa en la parca pacífica de Teresa de Calcuta”.
A través de la pantalla (Fragmento)
Estas preso, atrapado y sin salida. Simplemente preso, acorralado en las grises paredes enormes de la tele. Inerte, inerme y preso en tu Hitachi de trece pulgadas, televisor a blanco y negro. Amenazándote, desde la lejanía del cañón electrónico, con acelerar su ánodo y barrer la tele con tu imagen. Piensas en la terrible muerte de día y en el apacible dormir de Teresa de Calcuta. El oropel y la brizna han dicho adiós a este mundo. El altruismo y la caridad te han abandonado en la penuria.
Círculos Concéntricos (Fragmento)
Y Manolo, sobresaltado, que desistió de tan apacible y desteñida escena y decidió en su lugar pintar la desgarrante tragedia de un hombre atribulado tirándose desde lo más alto del puente ante la multitud consternada que presenciaba su fugaz, vuelo sin poder hacer nada por evitarlo; y sus manos encrispadas me hablaban del hombre desdichado que había subido por la escalerilla de una de las columnas del puente; y de la multitud de curiosos impotentes; y del tráfico detenido en la avenida congestionada; y Manolo me miraba con sus ojos de iluso diciéndome que captaría con fuertes pinceladas el instantáneo vuelo de aquel hombre saltando al vació desde el tope del puente; contándome que plasmaría con vivas estocadas el vuelo desgarrador de aquel hombre que luego de inciertas piruetas en el aire penetraba eufórico y reconciliado, triunfalmente en picada, a través de la superficie del río desapareciendo para siempre por el mismo centro de os círculos concéntricos pintados en el agua del río, debajo del puente.
Los Murticiélagos (Fragmento)
Y Jimmy, de acuerdo, si, solo lo hago por ti, y a pesar de complacerla en todo todavía no dejaba su manía de fumar en cadena, y cuando ella le rogaba que déjate de fumar, Jimmy, pareces un murciélago, Jimmuy entristecía, añorando sin palabras a M-W y M-J, los moturciélagos, esos locos murciélagos motorizados, nostálgico, como queriendo usar su Ray-Ban, sus pachuchos y babuchas, sus zapatos puntiagudos, y fumar sobre la moto, y vestir su camisa ancha sin planchar, su chaqueta negra alada, y recorrer las calles evadiendo como murciélagos los obstáculos.
Por Nuestro Bien (Fragmento).
(Los curiosos corrieron a la iglesia sobresaltados, somnolientos, preguntándose ¡que pasa?,¿por qué tocan las campanas?, saliendo a las calles en pijamas y batas para enterarse. Y se encontraron con la sorpresa del cabo Rey:
-¡He matado, padre! ¡Soy un cobarde!¡No merezco ser hombre!
Y el cura Curiel, sin saber qué hacer, perplejo, atontado, mientras el cabo gritaba, poseído, Casimiro rey, para servirle, por mas señas cabo y hombre de bien. Y el cura Curiel, recuperando la calma, sosegándose; y el cabo Rey, hablando despacio, suavecito, a fuego lento, luego histérico, atormentado, terriblemente fuera de si, cura, curita Curiel, temblándole las manos contrariado; y el cabo Rey, vivía desde niño en este pueblo agreste, amigo de todos, enemigo de nadie, cura, curita Curiel, y a los dieciocho años me enganche e la guardia, para servir a la Patria como usted a Dios sirve, y la gente del pueblo me miraba con respecto o indiferencia, con recelo a veces, muchos rehusaban mi amistad, otros me reían un asesino cobarde, cura, curita Curiel; y los curiosos, boquiabiertos de tanto asombro; y el cura Curiel, pasmado, sin saber que decir ni que hacer; y el cabo rey, ya no me saludaban cortésmente cuando caminaba uniformado por las calles, pues yo prestaba servicio disciplinado y ellos parrandeaban a todo dar, padre, la sangre subiéndose a la cabeza, gritando a todo pulmón,¡he matado, padre!,¡soy un cobarde!,¡no merezco ser hombre!; y el cura Curiel, sosegate, por Dios, aclámate, apacíguate, hombre; y el cabo Rey, discúlpeme, cura, arrodillándose, curita Curiel, apretando los puños, mordiéndose los dientes; y el cabo Rey, ¡no es pecado meterse a la guardia1, ¡dios tiene que perdonarme!)
Andrómeda de Juan B. Nina. (Crítica/Fragmento)
Por Orlando Alcántara.
Andrómeda de Juan B. Nina. (Crítica/Fragmento)
Por Orlando Alcántara.
En Andrómeda el poeta se desahoga. El dolor crece a medida que fluye el poema. Un dolor estremecedor corre por las venas. Un dolor encendido ata la garganta. Un dolor. Un dolor indescifrable se desborda por todo el Cosmos y el poeta se siente anonadado ante su aplastante realidad matérica. El dolor es un protagonista omnipresente en el entramado poético. La niña que no ha nacido pronto morirá y el padre angustiado clama por su endeble vida en peligro de ser extinguida. El dolor recorre cada entresijo del poema.
La muerte, el dolor. Estas son dos constantes en el poema Andrómeda. Entre la muerte y el dolor oscilan las palabras desquebrajadas. Entre la muerte y el dolor fluctúa el corazón paterno en vilo y en verdadera fuga. El signo se convierte en símbolo cuando nos acercamos al dolor y a la muerte. Porque en Andrómeda el dolor no nos deja y la muerte nos mira desde cerca.
Bosch (Acróstico)Por Orlando Alcántara
Joyel de sapiencia
Ungido por las voces populares.
Amántito en León y Doña Carmen
Naciste como duartiano-marxista.
Buen hombre de nuestra nación herida
Orgullosos seguimos tus palabras
Sirviendo para liberar al pueblo.
Clamando por libertad y justicia
Haciendo de tu ejemplo nuestra Patria.
Amor y Vida (Poema)
Por Orlando Alcántara
Enhébrame en la vida el espíritu:
Cristo-Sangre, Cristo-Vino, Rey-Cristo.
Encúbrame las alas con tu espíritu.
Dame savia. Cristo-Agua, Juez mió.
Enhiéstame el alma con tu sonrisa.
¡Ríeme! ¡Apruébame! ¡Si! ¡Sonríeme!
Tú eres, Señor, mi única cornisa:
Mi única esperanza. ¡Sí! ¡Avívame!
Desmadejas las fauces del pecado:
Cristo-Trigo; Jesús: Poder Divino.
Y astillas por siempre al mismo Diablo.
Eres del Padre el fiel y amoroso Hijo.
¡Ven! ¡ Mora en mí, espíritu santo!
Por Cristo mi vida ya es Designio.
Bosch (Acróstico)Por Orlando Alcántara
Joyel de sapiencia
Ungido por las voces populares.
Amántito en León y Doña Carmen
Naciste como duartiano-marxista.
Buen hombre de nuestra nación herida
Orgullosos seguimos tus palabras
Sirviendo para liberar al pueblo.
Clamando por libertad y justicia
Haciendo de tu ejemplo nuestra Patria.
Amor y Vida (Poema)
Por Orlando Alcántara
Enhébrame en la vida el espíritu:
Cristo-Sangre, Cristo-Vino, Rey-Cristo.
Encúbrame las alas con tu espíritu.
Dame savia. Cristo-Agua, Juez mió.
Enhiéstame el alma con tu sonrisa.
¡Ríeme! ¡Apruébame! ¡Si! ¡Sonríeme!
Tú eres, Señor, mi única cornisa:
Mi única esperanza. ¡Sí! ¡Avívame!
Desmadejas las fauces del pecado:
Cristo-Trigo; Jesús: Poder Divino.
Y astillas por siempre al mismo Diablo.
Eres del Padre el fiel y amoroso Hijo.
¡Ven! ¡ Mora en mí, espíritu santo!
Por Cristo mi vida ya es Designio.
En particular este libro de cuentos me encantó... que gran personaje (mi tio por cierto), Felicidades! Muy buena entrada.
ResponderEliminarPerdón, no dije cuál, POR NUESTRO BIEN, espectacular.
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