lunes, 25 de mayo de 2020

EN TORNO AL LICEO MUSICAL PABLO CLAUDIO (2002) / MARCIAL BAEZ.


El Arte sin lugar a dudas es una pieza importante en el desarrollo de los pueblos, ya que permite al ser humano a definirse, a organizarse y a ser, “haciendo que la sociedad perpetúe su existencia”.

Los sancristobalenses contamos con el “Liceo Musical Pablo Claudio” medio idóneo para ir despertando y profundizando estas actitudes en las nuevas generaciones, como lo hizo con la nuestra y cuyo resultado es un excelente ejemplo a seguir; pues muchos de los egresados son destacados artistas, tanto nacional como internacionalmente en cada una de las áreas que aprendieron en dicha institución.

En estos momentos esta edificación está siendo reparada manteniendo, en las personas preocupadas por la situación, la esperanza de que con este nuevo resurgir, la misma adquiriera la brillantez de sus inicios y aun mas, que tenga el mobiliario y los instrumentos necesarios para poder realizar una labor positiva, la que estos tiempos exigen y que la enseñanza del arte pueda ser aprovechada no solo por los citadinos sino también por estudiantes de la zona rural en un contexto más amplio y que además dela pintura y la música se impartan nuevas cátedras: el teatro y la danza. Esto nos permitirá disfrutar en un futuro no muy lejano de un coro, de un grupo de danza y de una orquesta juvenil que nos represente dignamente.

Entonces el nombre del Liceo Musical habría que cambiarlo por otro que abarque todas esas materias pudiendo sr “Liceo de las Artes Pablo Claudio” el cual podría tener una categoría regional, pues las provincias más próximas no cuentan con una obra como esta.

Eso sí, para que no vuelva a hacer en la situación anterior es necesario crear un patronato que se encargue de fiscalizar y mantener laborando este importante centro de enseñanza; conformándolo personas, entre otras, que a través del tiempo se han preocupado porque el Liceo se haya mantenido impartiendo docencia por encima de sus precariedades.

Como uno de sus egresados, la nostalgia me vienen a la mente y los recuerdos vividos en esa oportunidad, me permiten valorar cada vez más la importancia de esta institución para cualquier ciudad; porque la misma me ayudo a ir conformando una personalidad apegada al equilibrio, al amor, a la naturaleza a través del arte, el respeto a los demás como artista despertando en  nuestro mundo interior como ser humano a partir de las enseñanzas de las líneas, el color, la composición, la textura y la simetría, escuchando el sonido de los instrumentos musicales y el solfeo que llegaban ambientando las aulas, mientras estudiábamos.

“Por el arte, lo que está en el alma toma forma se hace realidad visible; por el arte, la realidad visible, hasta aquí únicamente física toma un sentido humano y adquiere un alma. El hombre se reconoce en él, halla en el sus pensamientos y sentimientos”; ésto nos da la pauta para que juntos, en comunidad hagamos de este centro de enseñanza un símbolo práctico e imperecedero en el tiempo.


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