martes, 12 de febrero de 2013

LOS AMERICANOS EN SANTO DOMINGO (1980)




¿EXISTE UN PELIGRO YANKI ? (Fragmento)
Melvin M. Knight

…Sin embargo, existe un verdadero “peligro yanqui” en Santo Domingo.

Los más dramáticos elementos de la política, la diplomacia y las aventuras militares, tendieron a menudo a ocultar la marcha implacable de las fuerzas económicas. En capítulos anteriores nos pareció oportuno señalar el parasitismo de os negocios extranjeros en tres aspectos: 1) El problema de las tierras con el azúcar y su consecuencia; la tala de bosques; 2) La técnica de nuestro comercio exterior, la cual, ayudada por la cercanía y por el arancel nos ha permitido sostener una supremacía sobre el país igual a la que teníamos cuando santo domingo era más primitivo; 3) El crecimiento de las relaciones bancarias extranjeras, como un apéndice a nuestras empresas industriales e el exterior.

…Todavía existen muchos terrenos en Santo Domingo, tan buenos cono los que están bajo cultivo, a los cuales se puede llegar construyendo carreteras. Es decir, que si en un futro no lejano pudiera detenerse la adquisición de terrenos por extranjeros, el país se salvaría de la suerte que le ha cabido a Puerto Rico, y el nativo podría ser dueño de una parcela de terreno. Hay un movimiento en Sato Domingo, todavía en una prometedora infancia, para detener esta amenaza extranjera por medio de la ley: desde luego, es posible que el Gobierno Americano se levante en cólera de buena voluntad y evite esa solución con la amenaza de utilizar la fuerza. Si esto llegara a ocurrir, no tendríamos que preocuparnos mucho en cuanto al término aplicable; una penetración económica, conscientemente apoyada por la fuerza pública de un estado es, sin duda, imperialismo

Para oponerse a ese burdo imperialismo económico, el gobierno dominicano podrá crear, gradualmente, el control de la adquisición de latifundios por extranjeros. Para comenzar, es necesario proteger las cosechas y las industrias, en todo lo posible, para permitir que los nativos se conviertan en dueños de sus propias haciendas, trabajándolas con poco capital. El azúcar nunca hubiera obtenido señalados favores, como la generación, de impuestos, en la creencia de que la industria iba a ser beneficiosa para el país. No hay razón para exonerar de impuestos a los implementos agrícolas, usados en su mayor parte por las corporaciones extranjeras, a menos que estas sean deseables.

… Los bucaneros modernos de la finanza y el comercio, practican una etiqueta mejor que la de los antiguos. Mientras los modernos apelan a la avaricia del hombre, o amenazan sus medios de vida, los antiguos lo sometían con un sable corto. Y los gobiernos no conceden a escondidas cartas patentes, ni los monarcas se apropian, astutamente, la mitad el botín; se acerca la aurora del nuevo día en que será de mal tono “expresarse con barcos de guerra”. La técnica varía de siglo en siglo; mas, los principios fundamentales son siempre estables. Los bucaneros no causaron jamás ni una fracción del daño que produjeran los colonizadores y los concesionarios. Mientras mejores son las intenciones de estos, tanto peor es para aquellos a quienes expropian o suplantan.

No conduce a nada el considerar el imperialismo como si fuera un melodrama: es un proceso. El verdadero “peligro yanqui” en la República Dominicana es un aspecto del proceso de norteamericanizar económicamente al Hemisferio Occidental. No es probable que Santo Domingo sea extensamente colonizado por los Estados Unidos-el clima se opondrá a eso. Pero cabe la posibilidad de que nos apropiemos  su prosperidad, dejándole lo que sobre: una horda de trabajadores ocupados en hacer azúcar para las tazas de café que saborearan los habitantes de las Zonas Templadas.


LOS NORTEAMERICANOS EN SANTO DOMINGO / Melvin M. Knight. 178 páginas. Editora de Santo Domingo.1980

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