miércoles, 26 de septiembre de 2012

SOLO EN NUESTRO PAÍS PASAN ESTAS COSAS




Ligia Minaya
Denver, Colorado

Me satisface mucho que hayan quitado policía y militares de la casa de funcionarios y personas particulares. Mire esto: Tengo una amiga que en tiempos de Balaguer su marido era funcionario de segunda categoría y tenía tres policías en su casa, uno le bañaba la mona Isaura, le pelaba los plátanos y le lavaba el baño; el otro le llevaba y le iba a buscar los hijos al colegio y a la universidad, y el tercero, en la puerta de la casa, dormitaba. Otra amiga tenía cuatro: Uno le cocinaba, el otro le manejaba el carro, el tercero le limpiaba la casa y la mierda de los perros y el cuarto le hacía los mandados a su madre. Y usted me dirá ¿y eso qué es? Para mí, una vagabundería, una humillación y una falta de respeto a esos hombres y mujeres que son para hacer lo que tienen que hacer dentro de la institución a la que pertenecen.

Me ha dado pena y pique saber que los legisladores comen lo que nunca han comido: langostas, salmones, camarones, carnes de primera calidad, todo importado y de diversas formas, con ensaladas de todos los estilos, arroz cocinado de mil maneras, pastelones, postres de todos los colores y sabores y vodka, vinos carísimos, y otras tantas bebidas. Lo que sobra, que debe ser mucho, se tira a la basura. Y eso lo pagamos nosotros, los dominicanos, con nuestros impuestos. Si usted, querido lector, estimada lectora, conoce alguno de ellos, sabrá que en su casa solo ha comido arroz con habichuelas, albóndigas y una mínima ensalada. Por eso dijo uno de ellos que ha aumentado diez libras desde que entró en el Congreso. Y si a eso le agrega que se alojan en un hotel de cinco estrellas y disfrutan de sus shows, piden sus antojos y todo lo que les dé la gana, ya me dirá usted para qué son esos "señores".

Añádales a eso diputados que cometen delitos y se quedan mirando para otro lado y los compañeros y muchas compañeras buscando la forma de que no se les condene. Habrá excepciones que, como siempre, confirman la regla. ¿Y los de ultramar, para qué sirven? Hay muchos dominicanos presos en NY, sin abogados, sin pruebas de lo cometido, asesinados por policías que dicen confundirlos con ladrones ¿Y qué hacen estos ultramarinos? Nada. Pero tienen sueldos en dólares que pagamos nosotros, viajes a RD en primera clase, hospedados en hoteles de lujo, y otras tantas cositas que arrasan nuestros bolsillos.

Y usted me dirá: Eso sucede en otros tantos países. Yo le respondo, el que mi vecino sea ladrón, no incluye que yo lo sea. Solo digo algunas cosas, porque de contarlo todo, llenaría el periódico. Aquí, en Denver, tenemos un senador, con carro de muchos años y viviendo en un modesto apartamento. El Alcalde maneja su propio vehículo. USA, a pesar de la crisis, es un país millonario, un imperio. Y por qué los nuestros son tan..., mejor no digo.

Punto y seguido: Y ahora, la alfabetización ha sido politizada por partiditos de tres gatos que dicen que mandarán miles de sus afiliados para hacer ese trabajo. ¿Y tiene tantos? Para alfabetizar no solo vale saber leer y escribir.

Diario Libre.com. Saudades. 22 septiembre 2012.

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