Por Marcial Báez
Amigos (as) lectores (ras), tal vez al leer el título de este artículo pensaron que trataría sobre medicina o algo parecido; pero sucedió que visitando a Freddy Ginebra, treinta años después, tuvo la cortesía de regalarme su libro titulado “Antes de que pierda la memoria”, advirtiéndome que en el próximo encuentro me preguntaría acerca de mis consideraciones sobre el mismo, y éstas son las que quiero compartir con ustedes.
Y es que, como tendiendo ropas de colores al sol, de cara a la naturaleza, nos va mostrando algunas etapas de la historia de su vida y al mismo tiempo esas cotidianidades representativas de los pueblos, sobre todo el nuestro con sus peculiaridades, introduciéndonos en el ayer, en ese niño que no queremos que muera... A las cuatro de la tarde los turnos para el baño y el olor a Camay ahogaba la casa al igual que el olor de los polvos y los talcos... los anuncios no faltan... Las píldoras del Dr. Ros le ayudan a vivir mejor.
Los pasajes históricos desde nuestros orígenes, contados en broma... Se dice que uno de los Colones violó a una india y sus descendientes tienen un colmado al doblar de la esquina ... y en serio, la Tiranía de Trujillo incluyendo su represión... En las noches se prende el radio para escuchar noticias bien bajito... y los momentos artísticos con la Semana Aniversaria de la Voz Dominicana...Casandra Damirón,, Elenita Santos, Silvana Pampanini amenazando con bañarse desnuda en una tina de leche... y la Guerra de Abril del 65... los ánimos están caldeados la gente habla de muchos muertos y de que la revolución ha sido vencida.
Para escribir esta obra, el autor necesariamente tenía que ser Freddy Ginebra ya que “ha sido maestro de escuela, mensajero de una oficina de ingenieros, periodista por un día del periódico El Caribe, animador y productor de televisión, actor, coreógrafo, animador cultural, vendedor de boletos aéreos, relacionador público, dependiente de una tienda de juguetes, abogado y últimamente publicista a tiempo completo”, en la que nos brinda cápsulas de vida para no morir jamás:
No perder de vista que la verdadera felicidad está en lo pequeño y no en las grandes cosas.
No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Aprender a necesitar menos.
Aprende a amar el dolor, solo se ama de verdad cuando duele.
Hazte amigo de tu silencio, no hay mejor consejero.
La vida es un soplo, soplemos nuestra alegría y contagiemos a los demás.
El verdadero sentido de la vida esta en entender que somos pasajeros en tránsito obligados a hacer de este limón la mejor limonada del mundo.
Para citar en su obra a un grupo de personalidades nacionales e internacionales, de ayer y de hoy, teniendo una relación de amistad con muchas de ellas, entre las que se encuentran poetas, literatos, cineastas, músicos, cantantes, pintores, humanistas y escribir con facilidad de temas como la vida, el amor, la tristeza, la alegría, la familia, el arte, etc. debe ser una persona “que respira pasión por todo lo que sea cultura” y que posee una sensibilidad que trasciende lo humano. La respuesta está en que Freddy Ginebra se deja guiar por su mentor y lo nombra en 30 de las 50 narraciones que componen su libro: Dios.
Al terminar de leer estos originales escritos, se nos “remenea” la esperanza en el corazón con una sonrisa en los labios y una carcajada en los ojos... ¡Se los aseguro!.
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