Luego de una campaña ruidosa, vacía de propuestas, ideas y compromisos, pasaron las elecciones. Primo el comercio de conciencias y lealtades, el aprovecharse de las necesidades de la gente más pobre. Ganaron los que se esperaba que ganaran aunque quizás en mayor medida de lo que ellos mismos suponían. Es que el poder pesa.
Hay mucho que analizar: entre otras cosas, la cantidad de las personas que dejaron de votar supera los votos recibidos por os que ganaron. Se habla de un 60 por ciento de abstención, lo cual debe poner a pensar. Eso significa que los que ganaron lo hicieron con una minoría de votos. Y es que parece que el sistema de partidos que actualmente tenemos ha perdido credibilidad. La gente ya se va dando cuenta para qué es que quieren subir. Los mueve el interés particular, no el deseo de contribuir con la solución de los problemas.
Mientras tanto seguimos viviendo en una sociedad extremadamente injusta. Donde la pobreza, la violencia, la exclusión, la degradación del ambiente alcanzan niveles intolerables. Mientras, por otro lado, un grupo, entre los cuales hay políticos, exhibe niveles de riquezas obscenos. El clamor del pueblo llega hasta Dios, hay que ir preparando la liberación, hay que ir proclamando y construyendo el reino. No podemos quedaros tranquilos, adormecidos, quejándonos un poco de vez en cuando, pero nada mas. Como siempre, Dios camina a nuestro lado, animándonos, fortaleciéndonos. Hagámosle caso.
Boletín Haciendo Camino. Parroquia Nuestra Señora de la Consolación. Año 3 No13. San Cristóbal. 25 mayo 2010.
Hay mucho que analizar: entre otras cosas, la cantidad de las personas que dejaron de votar supera los votos recibidos por os que ganaron. Se habla de un 60 por ciento de abstención, lo cual debe poner a pensar. Eso significa que los que ganaron lo hicieron con una minoría de votos. Y es que parece que el sistema de partidos que actualmente tenemos ha perdido credibilidad. La gente ya se va dando cuenta para qué es que quieren subir. Los mueve el interés particular, no el deseo de contribuir con la solución de los problemas.
Mientras tanto seguimos viviendo en una sociedad extremadamente injusta. Donde la pobreza, la violencia, la exclusión, la degradación del ambiente alcanzan niveles intolerables. Mientras, por otro lado, un grupo, entre los cuales hay políticos, exhibe niveles de riquezas obscenos. El clamor del pueblo llega hasta Dios, hay que ir preparando la liberación, hay que ir proclamando y construyendo el reino. No podemos quedaros tranquilos, adormecidos, quejándonos un poco de vez en cuando, pero nada mas. Como siempre, Dios camina a nuestro lado, animándonos, fortaleciéndonos. Hagámosle caso.
Boletín Haciendo Camino. Parroquia Nuestra Señora de la Consolación. Año 3 No13. San Cristóbal. 25 mayo 2010.
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