miércoles, 17 de febrero de 2010

Liborio Mateo y la Academia de Ciencias Dominicana



Dagoberto Tejeda Ortiz

En una pared colonial del patio de la Academia de Ciencias de la República Dominicana se encontró un nicho donde era colocada una imagen religiosa. Su actual presidente, el psiquiatra y sociólogo Nelson Moreno Ceballos me mando a buscar y en la conversación llegamos a la conclusión de que la Academia de Ciencias, el centro más importante del pensamiento científico del país, debía de asumir su responsabilidad en cuanto a la lucha, la defensa y la difusión de la cultura popular y la identidad nacional.

Decidimos entonces, convertir el patio de la Academia en un espacio de expresión de la religiosidad popular, la manifestación privilegiada de resistencia espiritual del pueblo dominicano durante siglos. Y reproducimos 20 nichos más en la pared. Allí, por la creatividad de la artista Dolly Padua, logramos colocar una representación de las 21 Divisiones y una replica simbólica de una culebra que representaba a Dambalah.

Además, hay una muestra de toda la parafernalia utilizada por nuestras sacerdotisas y sacerdotes populares, con un brochoure de explicación sobre toda la muestra y su importancia para la definición de la identidad nacional. En la ambientación, con el objetivo de informar, hay una muestra de las diferentes plantas medicinales y rituales utilizadas en la medicina popular dominicana.



La muestra, dedicada a quien suscribe, se definió como un homenaje a Liborio Mateo, líder campesino, sacerdote de la religiosidad popular, cimarrón, guerrillero, revolucionario y antiimperialista, considerado por quien suscribe como el “personaje popular más importante y trascendente del siglo XX”.

Hacer esto en la Academia, implicaba redefinir el papel de este centro en un país como el nuestro, donde había predominado un pensamiento tradicional y prejuiciado sobre la cultura popular y el pueblo. Esta ruptura, implicó una lucha ideológica entre un pensamiento crítico y una visión conservadora dentro de la Academia. Pero aún más. La instancia máxima institucional oficial del patrimonio histórico-cultural, nos intimidó a que teníamos que destruir todo eso, porque no cabía en la ciudad colonial de Santo Domingo, considerada como un “espacio para la salvaguarda de la herencia española y porque lo que nosotros presentábamos allí era cosa de atraso e ignorancia que no representaba a la cultura dominicana”.

Personalmente y como Academia reaccionamos indignados ante esta blasfemia prejuiciada, racista, desfasada, ideológicamente inaceptable. Inauguramos la “Muestra de Religiosidad Popular Dagoberto Tejeda”, desafiándolo todo en julio del 2005. Desde el principio, entre dos palmas, al lado de un guerrero aborigen y “la diosa del agua”, soñamos con una escultura gigante de Olivorio Mateo, para hacer justicia y para que fuera la figura dominante y desafiante como contradicción para algunos en la misma sede de la Academia de Ciencias, el centro formar de la ciencia en nuestro país. ¡Eso era un atrevimiento profanador para todos los que han visto con desprecio a la religiosidad popular y a su figura máxima: Liborio Mateo! ¡Es más, sabemos que la figura de Liborio en ese lugar es una provocación subversiva para las elites gobernantes!
Durante cinco años, la Academia no tenía los recursos económicos para hacer la escultura que queríamos de Liborio Mateo. Conseguimos un donador y buscamos un artista joven, que se enamoró de Liborio y logró una creación excepcional. Discutimos con este artista el Liborio que queríamos. Queríamos y este artista lo logró, un Liborio desafiante, líder victorioso, donde se expresara su dimensión de sacerdote religioso y de guerrillero antiimperialista. Por eso, en una mano mansa, tierna, está la cruz y en la otra, el puño desafiante, decidido para la lucha, para el enfrentamiento y para el combate.

Como científicos que somos, buscamos fotos originales de su vestimenta, de su pañuelo, de su collar, de su macuto, de sus soletas, etc. Y esto está fielmente reproducido en la escultura. Y sobre todo, su expresión de ternura y de indignación, de lucha y de paz, de justicia y de amor.



Esta escultura será inaugurada próximamente. Para ello, pedí formar un Comité. Le escribí a Ike y a Glenis pidiéndole nombre de personas para organizar el programa. No le escribí, por ejemplo, a Sobieski y otros por no tener su correo electrónico. Queremos que su inauguración sea un acontecimiento. Hemos pensado traer varios sacerdotes y sacerdotisas para su bendición, grupos de palos, de salves, etc., algunos de los cuales deben de ser de la agüita, el batey, etc. y de otros lugares del país. Liborio es de San Juan, pero es un personaje nacional, pertenece al pueblo dominicano.

Lo de la Academia y Liborio no es un secuestro para humillarlo, sino un triunfo de los que hemos decido luchar desde donde nos estamos, en los espacios posibles, en los que sabemos que la lucha es larga, en los que creemos en el pueblo, en su cultura popular, en su religiosidad popular, en la identidad nacional.



Esto es un acontecimiento. Mientras en San Juan de la Maguana no ha podido hacerse o en centros académicos de vanguardia como es la UASD, lo hemos logramos en la Academia de Ciencias, donde parecía más difícil. Es más, esta ruptura no ha sido solo nacional, sino que la única academia de ciencias del mundo que ha sido capaz de reconocer a la cultura popular y a la religiosidad popular como elementos determinantes en la definición de la identidad nacional es la nuestra.

Desde hace más de quince años, le he estado enviando comunicaciones al Ayuntamiento de San Juan, he hablado con sus autoridades y cada vez que he tenido una presentación, charla, etc. en esta ciudad, he pedido una escultura de Liborio Mateo en la entrada del pueblo. La última fue el añopasado en el seminario que se realizó sobre la cultura e identidad de San Juan de la Maguana.
Puedo decirte, que diariamente van a la sede de la Academia de Ciencias a ver la muestra de religiosidad popular entre doscientas y trescientas personas. Con la escultura de Liborio Mateo se multiplicaran. ¡Esto es abrir la Academia de Ciencias al pueblo! Estoy convencido que la sede de la Academia se convertirá en un “Santuario Nacional de peregrinación”.



Estamos preparando un brochoure sobre Liborio como personaje y la tarja que llevará la escultura tendrá más o menos el siguiente texto:

“El Dios Liborio” (1878 -1922)
Mateo Ledesma

Sacerdote de la religiosidad popular,
líder campesino, guerrillero,
luchador antiimperialista.
Murió para nacer.
Vive en el corazón del pueblo como héroe.
Dicen que Liborio ha muerto
Liborio no ha muerto ná,
Lo que pasa
es que Liborio a los Iñaki
no le come pendejá.

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