viernes, 8 de enero de 2010

De Salud y Otras Cosas: LA SEXUALIDAD DE LOS FAMOSOS



Cesar Mella

“Todas las noches varios jóvenes frenéticos invaden mi cama. Anoche me hicieron compañía tres de ellos”.

¿Quién escribió esto? Pues nada más y nada menos que el gran pintor Paul Gauguin en una carta desde Tahití…

El maestro Modigliani creía que era imposible pintar a una mujer desnuda sin tener sexo con ella.

Rodin convencía a sus modelos de que abrieran las piernas al parecer para observarlas con mayor profundidad.

Picasso escarbó profundamente el sexo de sus mujeres y modelos. Muchas veces pintaba totalmente desnudo.

En unos poemas que el genio Miguel Ángel dedicó a Tommaso de Cavalieri expreso: “El amor al que me refiero tiene alcances mayores y es muy diferente al de las mujeres, ningún corazón tiene derecho a crecer ardiente para ella, si es sabio y masculino”.

Renoir aconsejando al ilustre Amadeo Modigliani le escribió lo siguiente: “Debes pintar con alegría, con la misma alegría que sientes al hacerle el amor a una mujer. Antes de pintar, yo les acariciaba el trasero durante horas”…

“Mi problema es que siempre he sido un eyaculador precoz, tanto, que a veces me basta con el ver para tener un orgasmo”. Esta afirmación pertenece a Don Salvador Dalí.

Diego Rivera, el gran muralista mexicano, al que conocemos por su tormentosa relación con la también pintora Frida Karlo, confesó lo siguiente: “Angelina Belot me dio todo lo que una buena mujer le puede dar a un hombre. A cambio, yo le di todas las penas y las miserias que un hombre puede causarle a una mujer”…

Es indudable que toda la historia del arte esta relacionada con la sexualidad, no sólo porque la expresan en el lienzo o en sus esculturas, sino por los escándalos de pintores y escultores.

Entre el artista y sus modelos se crean corrientes recíprocas de conexión sentimental que muchas veces devienen en una intensa relación sexual.

Para articular esta exposición me he auxiliado del libro: “Las vidas sexuales de los grandes artistas” del escritor Nigel Cawthorne.

¿Después de lo que usted ha leído, seria capaz de pensar en las intimidades sexuales de su artista preferido?

La conducta psico-sexual de estos genios no es más ni menos que la de todos los mortales, lo que pasa es que los actos de las personas que alcanzan notoriedad en la sociedad, cuando sus intimidades son reveladas, nos parecen extraordinarios.

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