domingo, 17 de agosto de 2014

EL VINCULO EROTICO EN LAS CERAMICAS Y ESCULTURAS DE FERNANDO SILVESTRE LEMOINE / Marcial Báez






En los inicios del arte, la evolución de las formas, nacidas al azar, de la solución práctica exigida por el uso de un objeto e impuesta también por su naturaleza material en principio una exigencia utilitaria, se convierte poco a poco en inútil y sin razón justificable se transmite en ordenación ornamental y continúa luego por el solo placer decorativo, convirtiéndose en una obra de arte, entre esas formas se encuentra la Cerámica, la propuesta que el artista de San Francisco de Macorís radicado en San Cristóbal Fernando Silvestre Lemoine  presenta en su exposición “Entre Escultura y Arte Taíno” junto a sus esculturas en madera en la Universidad APEC (Acción, Pro Educación y Cultura), Santo Domingo.

Sobre las Cerámicas taínas, el Dr. Marcio Veloz Maggiolo en su obra “Arqueología Prehistórica de Santo Domingo, expresa: “Las culturas cerámicas antillanas son probablemente una continuación de culturas del mismo tipo localizables en los principios de nuestra era en la zona norte de Venezuela y en la desembocadura del Orinoco. El taíno está considerado como el grupo cultural más avanzado dentro de ámbito Arawaco. Su cerámica es incisa punteada con continuidad de motivos y secuencias decorativas, hasta el logro de complicadas formas de decoración en todo tipo material. Presencia del vaso – efige de forma vasicular, muy característico, que tiene así como la presencia de botellas o potizas”, las que observamos en las piezas de Fernando  Silvestre Lemoine de “características cotidiana y ceremoniales, votivas con las cuales le rendían culto al agua, a los murciélagos.”

En las cerámicas y esculturas de Fernando Silvestre Lemoine, está presente el erotismo  explícito en un vaso-efigie de dos figuras zoomorfas en actitud amorosa, figuras masculinas desnudas mostrando sus partes íntimas y una potiza de forma fálica; también implícita, ya que el artista, pone su ingenio al colocar falos en la parte inferior de algunas tapas; las esculturas siguen el hilo conductor de la muestra a partir del vínculo erótico  haciéndole culto a la naturaleza mediante el tallado de imágenes femeninas desnudas.

El culto a la sexualidad no es nuevo; en tiempos primitivos, las representaciones eróticas eran a menudo un subconjunto del arte indígena o religioso de cada cultura. El arte erótico aplicado al arte de contenido sexual y especialmente, al arte que celebra la sexualidad humana, se deriva de eros, la palabra griega para el amor físico, por otra persona, proporcionando también a otras culturas, una fuente de inspiración. En algunas culturas “las escenas explícitas de sexo aparecen en vasos, platos, cuencos y copas, fueron regalos que muchos estaban dirigidas a amantes y cortesanas.”.



Fernando Silvestre Lemoine en su original idea de realizar réplicas del Arte Taíno nos presenta una gran variedad de cerámicas en color ocre: amuletos, cachimbos, cemíes (inhaladores para aspirar alucinógenos) y una representación del Dios de la Lluvia, potizas con representación antropomorfa en el cuello, que generalmente componen parte del cuerpo de las piezas, otras con rostros, vasijas elípticas onitomorfas profusamente decoradas con vaso eferoidal flexado, cuadrangulares y circulares, vasos antropomorfos con figura femenina, personaje masculino de piernas gruesas, antropomorfo con lóbulo separado; así como motivos geométricos que fusionados originan una “decoración laberíntica”.

Los 47 años de Fernando Silvestre  Lemoine en el arte, se reflejan no sólo en las cerámicas realizadas con sumo rigor, apegado a los originales, transportándonos a la época de las cavernas; sino también en las esculturas en madera, cuya impronta, detallista, determina la armonía, la elegancia y la sensualidad. Lo estético sigue los parámetros escultóricos de los grandes maestros, donde cada terminación invita a través de lo visual, a palpar la suave textura y los sinuosos relieves de los cuerpos desnudos, “en un diálogo continuo con la materia” resaltando el concepto de  la fecundidad como lo hicieron los primitivos del Auriñaciense a través de “las venus” de Willendorf, de Lespugue, de Savignano y de Grimaldi.


Cuando se visita una Exposición de Arte que nos abstrae en el tiempo y nos sumerge en lo conceptual-didáctico sobre temas de nuestra identidad cultural, nos resulta gratificante, porque mantiene nuestra creatividad a tope, motivándonos a hurgar en la Historia, valorando más el patrimonio cultural y las manifestaciones artísticas primitivas, razón para que todos tengan la oportunidad de apreciar y valorar este rescate del ayer, convirtiéndola en una exposición itinerante para el hoy.

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