martes, 1 de enero de 2013

INTIMO (2011) / ANIBAL MONTAÑO


Cuando un amigo se va: nos queda su poesía. (Fragmento)

Ramón Mesa

Aníbal Montaño fue en su momento y en su lugar un poeta excelso, uno de los artistas más poderoso de su generación. José Bobadilla.

Debemos asumir su poética como una descarga continua de su negación a existir ante la mediocridad, ante tanta miseria, no solo económica, sino espiritual. Pero aún así era feliz en su sueño y su poesía, de tardes y noches de encuentros en nuestro dinámico espacio literario de la librería Thesaurus en Santo Domingo, al que se unieron Ana Brígida Gómez, y José Cepeda entre otros. Sospecho que la felicidad para Montaño no era una meta posible sino a través de la poesía. Pero una tarde, en la espera a que le llegara su manojo de libros, papeles y notas sobre sus nuevas lecturas, nos lego por el la noticia: esta vez la muerte pasó de canto a llanto desesperante, inconsolable. Montaño había fallecido desangrado en el Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal (12 febrero de 2003), después de un accidente en el nombrado “Cruce de Madre Vieja”, cuando intento cruzar la peligrosa vía para tomar la guagua que lo conduciría nuestro encuentro en la librería Thesaurus: Era miércoles por la tarde, y sentimos que el mundo se nos haría Trilce para siempre. Y lo velamos como el hubiese pedido: con la música de Bethoven, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Alberto Cortes.

Su muerte provocó desconcierto y rabia en muchos intelectuales que lo conocieron. El poeta Adrián Javier escribió en su columna Islario del periódico Listín Diario: Ha muerto el poeta del Círculo Literario Yelidá y todo queda para después, o para la vida insaciable y miserable del lector trashumante que somos lo cual es lo mismo, ¡Qué vaina! Ahora lo veo con los ojos cerrados, porque así mira el recuerdo sus cadáveres amados.

El intelectual y novelista José Bobadilla, a quien Montaño consideraba su mentor, escribió, a raíz de su muerte: Aníbal Montaño fue en su momento y en su lugar un poeta excelso, uno de los artistas más poderosos de su generación.

Eran palabras que se nos adeudaban y que solo a veces el desconcierto de la circunstancia es capaz de arrancar de los labios, por lo que Bobadilla sigue diciendo: La muerte quiso que Montaño fuera breve: A muerte cerro la puerta de un hombre que alzaba la voz: La muerte despejo la carne de la palabra. LA muerte nos trajo el reto de la eternidad. Así, con el y para siempre, quienes ahora contamos con la presencia de Montaño en nuestros días acumulados antes, no solo tenemos el reto de descubrirlo sin cesar en el placer de sus aciertos y en la ternura de lo que fue, sino en hacer valer con lo propio, con lo que nos dio ese acervo que la dominicanidad merece para que nadie tenga la oportunidad del olvido, para que nadie deje de encontrar en la humanidad construida en el vero el rumbo de lo que los hechos le deben tanto al genio como voluntad.

La muerte de Montaño arruinó los sueños de muchos de los que compartíamos con el. Pero Ysabel Florentino y yo nos resistimos, y cuando nos toco la oportunidad de estar frente a la Dirección Provincia de Cultura de San Cristóbal (2004-2005) asumimos los talleres como tarea fundamental, formando una Red de Talleres Literarios que abarcaba municipios, barrios, escuelas publicas y colegios, entendiendo los talleres literarios como el modo más eficaz para incorporar jóvenes al quehacer cultural de manera protagónica; porque como Martin Luther King, nosotros también tenemos un sueño, seguir soñando el sueño de Aníbal Montaño, a través de la Fundación que hoy lleva su nombre.


Aníbal Montaño nació en San Cristóbal en 1972, y murió en el 2033. Enes misma ciudad fue fundador, junto a un grupo de jóvenes talentosos, del taller literario proyección artística 2,000, que se convertiría luego en círculo literario Yelidá.

Alcanzo a matricularse en las carreas universitarias de Psicología Industrial y filosofía y letras, desertando posteriormente de ambas. Algunos de sus poemas aparecieron en publicaciones periódicas dispersas y en antologías, pero dejo varios libros inéditos.

La fundación Aníbal Montaño, con sede en San Cristóbal, rinde homenaje a su nombre y memoria a través de una intensa promoción literaria, el arte, la cultura en general y la educación.

INTIMO

Yo
hijo de la sombra y el polvo
nudo indescifrable del tiempo y sus plumas
del árbol con olor a brisa
del mundo con aliento a sexo
hijo de todos los caminos que cruzan a los hombres
diré que soy el sentir de las cosas
que mueren buscándose en el cielo
en las noches habitadas en los ojos
en espera de la muerte que se hace redonda
que vuela como ángeles en el sueño
como sonido de lluvia
con cuerpo de hoja que se dobla en los ojos
yo que solo canto a los hombres
para oírme en sus voces
para oír el latir de sus gargantas
arrastrando mi llanto de palabras
mi sonido de pájaro
y hombre como Dios
como mujer con sueño de serpiente
eso que soy cuando me arrastro
cuando canto con mis manos
lo que los dioses cantan con amuletos
e imágenes
cuando canto con el dios que también soy
pero a distancia.

ECO

Hasta cuando el vacio. hasta cuando este deseo de marcharnos.de irnos como el amor. ese valle de tormentos. que de trágico y hermoso tiene la vida que todo duele. para que quedarnos. para que vivir si la muerte nos hace libres. de esta sombra de remordimientos que no terminan. Iros ahora es sufrir menos. abordar un lenguaje de mundos infinitos. sin días ni tiempo. ya no es preciso vernos sino en el dolor. y en los derrumbes de corazón. la vida es una herida y el camino mas corto para sanar es ausentarnos. porque es triste vivir y vivir tanto sin una alegría.

DEL VACIO Y LAS SECAS LLAMAS

Pensar es aislarse, yo soy el mismo, distinto como los ojos que pasan por e aire, humano solo cuando me nombran las cosas, tal vez ignore yo, que naci del tamaño de la luz; que tengo la estatura del viento y los brazos que sostienen a la muerte, en el preciso instante en que pasa; fugitiva como una hoja sin rumbo, sujeta al hombre de una niña, que agoniza recordando los tempranos humos del corazón; los cados de a vida, que se van tal como llegaron, turbios y desnudos, secos y vacios, que vuelan sin que alguien pueda retenerlos, se marchan sin haber probado las locuras; las llamas y el correr d e las caricias, en existencia, allí donde sucede la humana presencia del odio y el miedo, donde nada existe a no ser lo que yo nombro, lo que mi látigo de voces alcanzo a medir, lo que alcanza a medir esta mirada de tártaro, árbol, animal y hombre juntos, lanzo mi voz al mar para oírme en su tortura, pero se pierde en la inmensidad y no escucho mas que el desafío de los ecos, cambiándose en el agua, regreso a mi estado anterior; demencia o conducta para componer un himno que no logro reconocer, y construyo la delgada imagen de cómo pretendo verme en las cosas, en esta tierra de cielo, de aeroplanos verdes; y nada queda después a no ser un corazón de nublados afectos.

Intimo. Ediciones Rumbo Sur. (74 páginas) Santo Domingo. R. D. 2011 www.fundacionliterria.com.

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