Marcial Báez
De urgencia se nos consume el alma,
se nos oprime el corazón,
se nos seca la garganta,
se nos va la respiración,
se nos escapan los recuerdos,
se nos achica el tiempo,
se nos nubla la razón,
el cielo ya no es cielo,
la tierra ha oscurecido
porque la luna,
se ha llevado al sol en su interior.
De urgencia la soledad regresa,
se nos ha perdido la voz,
las palabras no responden,
el latido se convierte en dolor,
un torrente de lágrimas fluyen,
a los sentidos los abandonó la pasión.
De urgencia se debilita la esperanza,
de urgencia clamamos al creador,
una grieta profunda, desbordante, ardiente,
desde el fondo de nuestro corazón,
palpitante como un susurro,
observa el rostro de Nuestro Dios.
De urgencia se nos consume el alma,
se nos oprime el corazón,
se nos seca la garganta,
se nos va la respiración,
se nos escapan los recuerdos,
se nos achica el tiempo,
se nos nubla la razón,
el cielo ya no es cielo,
la tierra ha oscurecido
porque la luna,
se ha llevado al sol en su interior.
De urgencia la soledad regresa,
se nos ha perdido la voz,
las palabras no responden,
el latido se convierte en dolor,
un torrente de lágrimas fluyen,
a los sentidos los abandonó la pasión.
De urgencia se debilita la esperanza,
de urgencia clamamos al creador,
una grieta profunda, desbordante, ardiente,
desde el fondo de nuestro corazón,
palpitante como un susurro,
observa el rostro de Nuestro Dios.
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