domingo, 31 de octubre de 2010

Virginia Camila Báez Casilla: Discurso Agradecimiento Promoción 2006-2007, 52 Graduación Instituto Politécnico Loyola, San Cristóbal


Buenas Noches,

Padre Francisco Escolástico Hidalgo sj, Rector del Instituto Politécnico Loyola, Licenciado Marino Brito Guillén, Vicerrector Académico del Instituto Politécnico Loyola; Padre José Ramón López sj, Decano de estudiantes del Instituto Politécnico Loyola; Licenciado Pedro Hernández, Director del Bachillerato Técnico del Instituto Politécnico Loyola, y demás personalidades que acompañan en la mesa de honor, profesores, padres, graduandos y demás, muy buenas Noches.

En éste día tan especial y en nombre de todos mis compañeros que hoy cumplen su más anhelada meta de hace cuatro años de graduarse de bachiller técnico, quiero dar las gracias primero a Dios porque por El estamos aquí como resultado del gran esfuerzo y empeño puesto para lograrlo; porque Él dispuso que todos estemos dando este paso y nos dio la vida, fuerza y esperanza necesarias para seguir sin rendirnos.

En segundo lugar, agradecemos a cada padre y madre, por ser ellos nuestra mayor motivación; los que nos incentivaron a entrar a ésta institución, los que se preocuparon por darnos el sustento y todo lo necesario para la faena diaria; los que madrugaron y los que trasnocharon con nosotros para acompañarnos junto al sofá del tiempo en esos soporíferos trabajos que nos tomaban largas horas para hacerlos; los que salieron apartándose de su rutina diaria para, en medio de la noche, recogernos al finalizar nuestros proyectos. Gracias padres por inspirarnos y darnos tanto apoyo que sin él éste sueño no se estuviera haciendo realidad.

Nuestros excelentísimos profesores, verdaderos maestros, ejecutores fehacientes de la filosofía ignaciana les agradecemos por haber compartido sus conocimientos en busca de desarrollar habilidades para así crecer como verdaderas personas que amen y sirvan a los demás y no pasar desapercibidos en ésta sociedad que tanto necesita de hombres y mujeres de bien. Gracias profesores por las infinitas tareas que nunca se quedaban y por los tediosos trabajos y proyectos que nos hacían perder el sueño y calificarlos como profesores “Enérgicos” que sólo querían hacernos trabajar de más; pero ya hoy nos dimos cuenta del por qué de sus exigencias, del por qué del “repítalo hasta que lo haga bien”, del porqué del “analicen y luego resuelvan”; y la verdad es que estamos bastante agradecidos y convencidos de que por ustedes siempre marcamos la diferencia en el conglomerado. Realmente estamos agradecidos.

Ah, no crean que se me olvidaban a ustedes, Jesuitas que con su dedicación y entrega han logrado hacer del Loyola un guayacán académico que como árbol fuerte surca sus raíces apegado a unos principios y valores ignacianos innegociables; y a ustedes autoridades por aguantar y entender cada episodio hostil escenificado en las aulas, laboratorios, talleres, área de recreación, y que hoy guardan en sus muros todas las aventuras escolares, y que como adalid de la pedagogía ignaciana supieron elegir la manera correcta de compensar nuestras faltas y exaltar nuestros logros

Y a ustedes compañeros será difícil la separación pero necesaria pues la vida espera y otras metas por cumplir. Les exhorto que continúen trillando caminos, persiguiendo el éxito sin olvidar las enseñanzas, los valores familiares y los inculcados en el Politécnico Loyola enfatizando en la justicia, amor, honestidad y solidaridad. Hay muchas puertas, saber elegir y rechazar. Hagamos de ésta formación recibida el cimiento para seguir triunfando en la vida. No olviden que en estos cuatro años nos convertimos en hermanos, amigos que lloramos y sufrimos juntos las penas y fracasos, disfrutamos y saboreamos logros y alegrías.

Estar ahí cada día y saber que llegaríamos se convirtió en un motivo más para escalar éste peldaño.

No todos tuvieron el privilegio que nosotros hemos tenido, algunos se quedaron rezagados, otros emprendieron su vuelo por razones diversas, pero algunos aunque no están físicamente, su espíritu vive entre nosotros y hoy nos acompañan en tan despampanante celebración.

Por éstas y por infinitas razones más, agradecemos la labor de todos y cada uno de los que hicieron posible que estemos dando este paso y que a partir de ahora caminemos por estas calles no como simples civiles ciudadanos, No, ahora caminamos y todos nos miran porque somos técnicos especializados egresados del Instituto Politécnico Loyola con una formación técnica, humana y religiosa.

Muchísimas gracias; que Dios les bendiga siempre.

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