Marcial Báez
A la llegada del siglo XXI donde la comunicación y el tecnicismo son puntales importantes en el desarrollo de las naciones, la clase empresarial debe tomarlos en cuenta, manifestándose con todas las corrientes que sumen conocimientos. No sólo con las que de forma palpable aumentan su caudal, sino también con aquellas que elevan el espíritu y que deberán ser orientadas a través de un departamento de Relaciones Públicas, capaz de crear una imagen que incida con efectividad en el pueblo, sin olvidar una dosis de altruismo en el empeño.
Arrancar de raíz la idea que se tiene del comerciante o empresario, de que “son unos ignorantes a todo movimiento social y cultural; que viviendo en el lugar y disfrutando de los beneficios que este les ofrece, se replegan a un aislamiento propio de incivilizados”.
Preciso estimular la conciencia de los que se sientan seres humanos, para mantenerse a la altura de su genero como miembros de una sociedad organizada y buscar los medios existentes para su crecimiento intelectual y afectivo, sin pretender formar letrados; pero si a hombres capaces de asimilar los cambios y adaptarse a los tiempos actuales, respondiendo a las necesidades de su entorno, mediante cursos de oratoria, de Redacción, de Etica Profesional y de Etiqueta y Protocolo, que les permitan tener soltura en cualquier evento social o entrevista por radio, prensa o televisión y sobre todo en trato con sus semejantes. Conferencias que les suministrarán los últimos adelantos y técnicas para el mejor desenvolvimiento de sus empresas y la oportunidad de conocer momentos importantes de nuestros orígenes, así como a los valores artísticos y literarios de esta provincia de San Cristóbal. Excursiones que les llevarán a contemplar y disfrutar de los matices de la naturaleza; la visita a los museos les suministrará esa quietud que los transportará a través de las reliquias a las evoluciones que sufrimos, para llegar a ser lo que somos. Conversatorios que les acercaran más, haciendo de ese conglomerado una gran familia, donde las opiniones surgirán libres de complejos y egoísmos, basamentadas exclusivamente en el bien común. También los conciertos y el teatro deberán formar aparte de esta intención.
Enmendar el craso error de no apoyar con su asistencia y contribución a las manifestaciones artísticas y culturales. Una de las más afectadas por estos lugares son las artes; olvidándoseles a los amigos empresarios, que la protección a éstas, los acercará más a sus raíces, a su historia; encontrando de esta manera, el camino más rápido para llegar al éxito.
¿Sería injusto involucrarlos a todos en la respuesta abierta a esta falta de interés, de apoyo?¿Sería necesario que se confesarán a sí mismos o que contemplaran en el rostro de los suyos, de su compañera que tal vez no contribuyo a sensibilizar sus sentimientos y a pulir sus costumbres, para no continuar transmitiendo de generación en generación la falsa idea de que la preocupación por las artes, la cultura y la educación esmerada es cosa de vagos, de hombres flojos, de maricones... ?
Para muchos esto será una estupidez, una pastilla difícil de digerir; a éstos quiero recordarles que el hombre desde su despertar al medio circundante, ha buscado insistentemente la forma de comunicarse. Su trabajo mancomunado, algo inevitable lo hizo concebir lo mas idóneo para satisfacer sus necesidades. Mediante la expresión artística se de tuvo en los signos, otorgándoles sonoridad, haciéndolos agradables y entendibles a los oídos, sobre la organización del ritmo... nació el lenguaje.
Por acá hemos tenido la oportunidad de presenciar muchos ejemplos, siguiendo al pie de la letra la famosa frase “Pasarás por mi vida sin saber que pasaste”, de personas que se dedicaron obsesivamente al trabajo echando a un lado a la caridad y al goce espiritual, llevándose al morir, hasta la memoria de su nombre, ya que no les fue posible dejar su impronta en algunas de las áreas que complementan el desarrollo social de la tierra que los hizo prósperos.
Gibran Jalil Gibran, el poeta libanés, nos amplía en ese sentido al expresar: “¿Y existe alguna cosa que desearais guardar? Todo lo que tenéis será dado algún día. Así que dona ahora, que la estación de las dádivas pueda ser vuestra ahora y no de vuestros herederos”.
Entonces mil veces esforzarse a sumar conocimientos y edificar una conciencia ciudadana, que pasarse toda una vida representando el papel de ridículos en la sociedad.
El Siglo XX quedó atrás. Libro. 2000.
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