miércoles, 2 de diciembre de 2009

De Salud y Otras Cosas: DICIEMBRE, mis metas.



Cesar Mella

¿Qué voy a hacer en estas navidades y el próximo año?

Los seres humanos más organizados y responsables con el discurrir de su vida tienden a hacer propósitos, pero de ahí a la realización de los mismos se requiere constancia, disciplina y que factores externos a nuestra voluntad sean favorables.

Veamos:
“Voy a rebajar”. Iniciar una dieta en estos días compite con las festividades en donde el pastel en hojas, el cerdo asado y otras exquisiteces de la cocina criolla conspiran en contra de la “fuerza de voluntad”…

“Voy a hacer ejercicios”. Mucha gente suele acostarse más tarde de lo habitual; el frío mañanero invita a permanecer en cama.

Las explicaciones que ofrece para alejarse de la actividad física a veces son risibles. “Es por falta de tiempo”…

“Voy a ahorrar”. Diciembre y Enero son posiblemente los meses de mayor tendencia a comprar. Si a esto se suma la disminución del circulante, al dominicano se le hace difícil no colocar su árbol de navidad; no separar unos chelitos para los Reyes de los muchachos o comprar, aunque sea un Ponche Crema para el día de Nochebuena.

Los reflejos de consumo llevan a muchos parroquianos a “pintar la casa”; a comprar adornos exóticos para el hogar y a “encargar la ropita de las pascuas”…

Quiero decir que la meta del ahorro se ve dificultada y muchas personas de los barrios populares “se lían” a tal punto que venden por anticipado el salario 13, llamado regalía pascual, otros, toman a crédito y “sin inicial “electrodomésticos, que luego y de forma forzosa, están devolviendo en febrero. “ Y que… por lo menos lo disfruté” afirman, refiriéndose a un telerreceptor de 40 pulgadas que apenas pudieron entrar en la destartalada sala del hogar.

La presencia de los hijos en el hogar por las vacaciones constituye una presión de consumo adicional.

Por pobre que sea una familia los muchachos siempre demandan obsequios y atenciones navideñas, máxime, si su rendimiento escolar ha sido bueno.

Definitivamente algunos excesos de diciembre traen los dolores de cabeza de enero.

Apriétese el cinturón y dentro de la situación general, ingéniesela para no quedar fuera de las festividades, pero al mismo tiempo, que su comportamiento en términos de metas y planes no lo lleve a sobregirar.

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