jueves, 1 de noviembre de 2012

MI OTRA MITAD EN EL ESPEJO (2002) / JESUS ARIAS


Palabras del autor

Para contar un cuento que cuenta con un lector pertinaz y solitario.

Contar es enumerar porque el cuento es sentencioso. El sentencia desde los hechos más extraordinarios hasta a más significantes del quehacer humano.

Contar es describir con elementos intranscendentes, de esos que habitan en los cotidianos esfuerzos que a veces pasan desapercibidos, para dar al traste con un acontecimiento de singular importancia en la individualidad del ser.

El cuento construye y destruye, hilvana y deshilvana, entrama y desentrama, duda y cree; jamás cuenta pasivamente las aventuras que le enrostra su destino de narra.

No importa los fantasmas de Sábato, ni los laberintos de Borges, ni la flecha de Quiroga, ni el tigre de Bosch, ni la esfera perfecta de Cortázar; para el cuento éstos son sólo instrumentos de reinventar todo lo que se ha inventado. Por eso tiene la magia de parir, de resucitar y de iluminar.

En estos catorces cuentos intento denudar el alma vivencial y su entorno. Tarto de libera el drama y el suspenso donde habitan los desengaños y las tristezas; y todas la derrotas que soporta el genero humano entre la vida y la muerte: Ellos, ni aun la muerte es un fin en si mismo, es mas de un eslabón del material divino que conformamos, reafirmándonos que somos algo mas que esos despojos descompuestos que sobreviven a la existencia. Por eso en este parto riesgoso con rostro de libro intento, con herramientas de unidad temática y textual, plantear que la solución vestida de felicidad y de paz es la respuesta dialéctica más próxima al fracaso.

“Mi otra mitad en el espejo”, es búsqueda constante presente en todos los cuentos escritos en este volumen y en los que están por escribirse, porque ella es la eterna intranquilidad de todo lo que tienen vida en el universo y que el escritor asume como un reto apasionado que abraza siempre en forma de primer amor.

JESUS ARIAS. Ingeniero y escritor. Nació el 9 de junio de 1962 en la ciudad de San Cristóbal; República Dominicana, siendo hijo de un matrimonio de inmigrantes banilejos. Realizó estudios, secundarios y técnicos, en el Instituto Politécnico Loyola de esa ciudad. Posteriormente se graduó de ingeniero electromecánico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y luego realizó estudios de maestría en economía en la Pontificia universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM):

A la par de sus aprestos profesionales ha ejercido una militancia cultural que los llevo a ser fundador y participante en diversas organizaciones culturales y talleres literarios en su comunidad natal, entre ellas la Casa de la Cultura.

En el año 19998 participo en el concurso anual de literatura, en el género que organizó la Secretaria de Estado de Educación y Cultura, con el libro titulado: “Soledad, perfectamente sola”; otorgándole el jurado un voto de reconocimiento. Ha publicado poesías y ensayos en periódicos y suplementos culturales de circulación local y nacional.

AD VITAM AETERNAM

“A Tom Lluberes, porque Jesucristo vive en todo lo humano”.

_¡Un ladróóóóóóónnn!...

El barrio se invadió de pánico ante aquella voz aguda chillona; uniéndose a ellas a otras tantas no menos alarmantes: Se formaron varios coros desorganizados, pero bien definidos en cuanto al objetivo que perseguían furiosamente. Ese objetivo lo era un presunto ladrón callejero, de esos que roban enseres del vivir cotidiano. Su correteo desesperado apenas permitía definir con la mayor incertidumbre, aun hombre de tez negra y ropaje de pobre diablo, que lo hacia más vulnerable a la persecución..

Sin lugar a dudas, toda esa vocinglería había roto mi concentración ante las paginas del periódico, leyendo los sensacionalismos económicos, sociales y políticos que globalizaban al mundo de hoy; por lo que tome la resolución de dejar de leer todas esas barbaridades y observar este espectáculo anarquizado por gente que se unía desde otros barrios, sin saber hacia que objetivo corrían.

La obsesión por convertirme en observador omnisciente de este hecho me lanzo a correr tras la multitud y así poder ver como la torpeza del cansancio e aquel hombre le hizo tropezar bruscamente y caer de bruces sobre el pavimento. Una autentica desgracia para esta infeliz criatura del destino sobre el que cayeron toda clase de golpes, pedradas, garrotazos, puñaladas, puñetazos, patadas, hasta unos cuantos disparos de armas de fuego de policías. Todo esto hasta convertirlo en un esperpento humano irreconocible siquiera por una madre no abnegada de concebirlo.

Con el rostro desajustado a base de torturas y las manos abiertas casi destrozadas, este mortal permaneció boca arriba con los brazos tendidos cada uno a un lado. Yacía vergonzosamente muerto, por lo que fue necesario tirarle encima una sábana blanca para cubrirlo hasta de las miradas pavorosas que lo seguían matando.

Permaneció allí, cubierto completamente por espacio de tres días; junto a el la gente que cuidaba aquello de manera celosa por si daba señal de algún diferencial de vida, hasta que llego el fiscal de la jurisdicción a levantar el cuerpo. Deslumbro a todos la figura transformada de aquel hombre al levantar la sábana blanca. Entonces era otro. Eternizado de limpieza,. Tenía tez blanca y el rostro angelical, barbas y pelos lacios, una corona de espinas en su frente, un paño cubriendo sus partes púdicas; y bajo aquel frágil cuerpo una cruz de madera, sujetándolo a ella groseros clavos a través de sus tiernas manos y sus indefensos pies. Y por los siglos de los siglos es símbolo de reivindicación, redención y esperanza de los bienaventurados del género humano.

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