domingo, 14 de marzo de 2021

MUJERES EN LA COLONIA / Frank Moya Pons.

 


Que desde siempre las mujeres han participado como protagonistas en la historia mundial es algo que no puede negarse sin faltar a la verdad. La mujer, según nos dicen los expertos, fue muy responsable de la aparición de la agricultura en el planeta, y esto permitió a la humanidad dar un gran salto hacia adelante.

Sin agricultura la civilización no hubiese sido posible. Mientras los hombres cazaban y recolectaban, las mujeres sembraban las semillas de los frutos que comían, aprendiendo los secretos de las plantas y los ciclos de las cosechas. Gracias a la llamada revolución agrícola, las sociedades humanas pudieron hacerse sedentarias. De ahí en adelante surgieron las aldeas y las ciudades, y la historia humana fue otra cosa.

El papel histórico de las primeras mujeres de esta isla quedó registrado en las crónicas españolas del siglo 16. Estas crónicas dan cuenta de la función económica de las mujeres taínas como tejedoras, alfareras, educadoras y cocineras. Muchas mujeres tainas encabezaron el movimiento de resistencia a la Conquista oponiéndose a que sus hijos nacieran en la esclavitud y optando por el aborto y el suicidio, antes que brindar los frutos de sus vientres a los conquistadores.

Aquellas indias que quedaron embarazadas por los invasores españoles fueron vehículos del mestizaje que contribuyó a formar la base racial de la nación dominicana. Muchas de ellas fueron violadas, pero otras se juntaron voluntariamente con los españoles y tuvieron descendientes mestizos con ellos.

Las esclavas negras que fueron traídas por la fuerza de África también  jugaron un papel histórico. Los documentos testimonian que muchas de ellas ayudaban a huir a los esclavos de las plantaciones para recuperar su libertad. Los historiadores normalmente describen a los líderes masculinos cimarrones, pero dejan de lado a las  mujeres que los acompañaban.

Muchas esclavas fueron también embarazadas por sus amos europeos, y sus descendientes terminaron conformando otro de los elementos étnicos de la futura nación dominicana. el censo de población de 1606 registra que 5 de cada 100 personas eran descendientes de europeos y africanos. Este fue el primer conteo de los mulatos que forman hoy la mayoría del pueblo dominicano.

Para ser protagonistas en la historia social dominicana, las mujeres no tenían que ser monjas escritoras, ni esposas de gobernadores, ni compositoras musicales, ni heroínas de guerra. Bastaba ser lo que tenían que ser en aquella época dominada por los hombres: madres, trabadoras, agricultoras, tejedoras, alfareras, rezadoras, catequistas, maestras, cocineras, libres o esclavas no importa, pero siempre lubricando con su sudor anónimo l vida cotidiana de la colonia.

Los archivos contienen miles de documentos que retratan numerosas mujeres mientras construían la temprana historia social dominicana. Tanto en el Archivo general de las Indias, en Sevilla, como en el Archivo General de la Nación, en Santo domingo, existen muchos legajos que permiten reconstruir el papel de las mujeres durante los siglos 16, 17 y 18.

En esos documentos surgen los perfiles de mujeres de peso en la vida económica y social. Mujeres propietarias, dueñas de grandes cantidades de tierra y de importantes hatos de ganado, mujeres negociantes que prestaban dinero, que hacia hipotecas, que recibían y dejaban herencias, que iban a la iglesia y que sostenían a sus familias cuando faltaban sus hombres, y que criaban a sus hijos  y nietos como hacían todas las mujeres.

Había también mujeres pobres que iban a la iglesia y mantenían a sus familias con su trabajo de sirvientas, costureras, vendedoras de comida, fabricantes de dulces, prostitutas o concubinas. Estas mujeres pobres de la época colonial han sido mal apreciadas y poco piensan que pudieron haber jugado algún papel histórico, pero si lo jugaron pues ellas también formaban parte del tejido social dominicano.

En estos días en que algunas personas piden, con razón,  una nueva historia que incorpore a las mujeres, conviene recordar que la vida cotidiana es historia.  Si la política ha estado dominada por los hombres, entonces ellos son los protagonistas visibles de la historia política. La historia social fue originalmente protagonizada por mujeres. Las personas interesadas pueden descubrir esta historia buscando en los archivos. Las invito a que investiguen este tema. Si lo hacen, no se arrepentirán.

RUMBO. Año 1 No 7. 1994.

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