Que desde siempre las mujeres han participado como protagonistas en la
historia mundial es algo que no puede negarse sin faltar a la verdad. La mujer,
según nos dicen los expertos, fue muy responsable de la aparición de la
agricultura en el planeta, y esto permitió a la humanidad dar un gran salto
hacia adelante.
Sin agricultura la civilización no hubiese sido posible. Mientras los
hombres cazaban y recolectaban, las mujeres sembraban las semillas de los frutos
que comían, aprendiendo los secretos de las plantas y los ciclos de las
cosechas. Gracias a la llamada revolución agrícola, las sociedades humanas
pudieron hacerse sedentarias. De ahí en adelante surgieron las aldeas y las
ciudades, y la historia humana fue otra cosa.
El papel histórico de las primeras mujeres de esta isla quedó registrado en las crónicas españolas del siglo 16. Estas crónicas dan cuenta de la función económica de las mujeres taínas como tejedoras, alfareras, educadoras y cocineras. Muchas mujeres tainas encabezaron el movimiento de resistencia a la Conquista oponiéndose a que sus hijos nacieran en la esclavitud y optando por el aborto y el suicidio, antes que brindar los frutos de sus vientres a los conquistadores.
Aquellas indias que quedaron embarazadas por los invasores españoles fueron
vehículos del mestizaje que contribuyó a formar la base racial de la nación
dominicana. Muchas de ellas fueron violadas, pero otras se juntaron
voluntariamente con los españoles y tuvieron descendientes mestizos con ellos.
Las esclavas negras que fueron traídas por la fuerza de África también jugaron un papel histórico. Los documentos
testimonian que muchas de ellas ayudaban a huir a los esclavos de las
plantaciones para recuperar su libertad. Los historiadores normalmente
describen a los líderes masculinos cimarrones, pero dejan de lado a las mujeres que los acompañaban.
Muchas esclavas fueron también embarazadas por sus amos europeos, y sus
descendientes terminaron conformando otro de los elementos étnicos de la futura
nación dominicana. el censo de población de 1606 registra que 5 de cada 100
personas eran descendientes de europeos y africanos. Este fue el primer conteo
de los mulatos que forman hoy la mayoría del pueblo dominicano.
Para ser protagonistas en la historia social dominicana, las mujeres no
tenían que ser monjas escritoras, ni esposas de gobernadores, ni compositoras
musicales, ni heroínas de guerra. Bastaba ser lo que tenían que ser en aquella
época dominada por los hombres: madres, trabadoras, agricultoras, tejedoras,
alfareras, rezadoras, catequistas, maestras, cocineras, libres o esclavas no
importa, pero siempre lubricando con su sudor anónimo l vida cotidiana de la
colonia.
Los archivos contienen miles de documentos que retratan numerosas mujeres
mientras construían la temprana historia social dominicana. Tanto en el Archivo
general de las Indias, en Sevilla, como en el Archivo General de la Nación, en
Santo domingo, existen muchos legajos que permiten reconstruir el papel de las
mujeres durante los siglos 16, 17 y 18.
En esos documentos surgen los perfiles de mujeres de peso en la vida económica
y social. Mujeres propietarias, dueñas de grandes cantidades de tierra y de
importantes hatos de ganado, mujeres negociantes que prestaban dinero, que
hacia hipotecas, que recibían y dejaban herencias, que iban a la iglesia y que
sostenían a sus familias cuando faltaban sus hombres, y que criaban a sus
hijos y nietos como hacían todas las
mujeres.
Había también mujeres pobres que iban a la iglesia y mantenían a sus
familias con su trabajo de sirvientas, costureras, vendedoras de comida,
fabricantes de dulces, prostitutas o concubinas. Estas mujeres pobres de la
época colonial han sido mal apreciadas y poco piensan que pudieron haber jugado
algún papel histórico, pero si lo jugaron pues ellas también formaban parte del
tejido social dominicano.
En estos días en que algunas personas piden, con razón, una nueva historia que incorpore a las
mujeres, conviene recordar que la vida cotidiana es historia. Si la política ha estado dominada por los
hombres, entonces ellos son los protagonistas visibles de la historia política.
La historia social fue originalmente protagonizada por mujeres. Las personas
interesadas pueden descubrir esta historia buscando en los archivos. Las invito
a que investiguen este tema. Si lo hacen, no se arrepentirán.
RUMBO. Año 1 No 7. 1994.
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