sábado, 20 de junio de 2020

EL PUEBLO CATOLICO DE ESTA COMUN (San Cristóbal) / FELIX REYES.



El 18 de enero de 1826, por medio de una orden expresa de los gobiernos militar y eclesiástico, que recibió el Padre Juan de Jesús Fabián y Ayala y García, cura propio de esta población se procedió, en Pueblo Nuevo, Hoy pueblo arriba, a tirar las líneas de longitud, para la excavación de la construcción de nuestra Santa Iglesia parroquial. Estas líneas fueron tiradas por el Agrimensor Público Don Pedro Parreño, en presencia de las autoridades del pueblo y del Padre Juanico, acompasados de un numeroso público, de lo más granado de aquella época en esta población. Por no haber podido asistir, por  impedimento, el Juez de Paz, asistió en su lugar el suplente Don José Asención Pereyra, quedando así iniciado en ese día los trabajos para la construcción  de nuestro templo católico. Esta iglesia, que como llevamos dicho, al levantarse sirvió de rápido progreso al Pueblo Nuevo, se construyó con la ayuda eficaz de los gobiernos militares y eclesiásticos, con parte de sus propios recursos, con el que le prestaron habitantes de la común, que desde el mas encopetado, contribuyo de la manera mas espontanea con su óbolo para la obra en proyecto, por lo que pudo después de un rudo batallar de 12 años terminarse a fines del mes de septiembre del 1838, teniendo lugar su inauguración el 6 de octubre del mismo año, asistiendo en dicho día, que fue declarado de fiesta comunal, una multitud de personas de los campos, y de la población, que mereció los mejores comentarios por lo muy concurrida; siendo esta primera fiesta de mayor esplendor habida en esta común de San Cristóbal después de su fundación. En esa misma época dio a luz el virtuoso Padre Juanico, la Novena del Patrón San Cristóbal, siendo también digno de elogio el brillante sermón que pronunció ese día en el recinto de la santa iglesia, por lo que fue felicitado por los miembros del Consejo de Notables y demás autoridades, y por las demás personas presentes en ese solemne acto.

Esta iglesia que por lo que representa su fachada no responde a los adelantos modernos, requiere que como un reclamo al adelanto de urbanización de esta población, cada día en mayor auge, se le hagan las reparaciones indispensables del caso.(1).

1. Con el paso en 1979 del Huracán David, la iglesia de San Cristóbal como todo el pueblo, fue seriamente afectada, ordeñándose su restauración, hoy luce hermoseada.


MITOS Y LEYENDAS TAINAS (Marcial Báez) / DANILO DE LOS SANTOS.


La pintura nació como arte para expresar el mito, cuando todavía las palabras no podían ser escritas porque no existía el alfabeto. Entonces el pincel es dialogo, voz y alma. El pincel es además cuento, leyenda o anécdota. El pincel es fundamentalmente prehistoria o historia. Y aun hoy, si quisiéramos escuchar a nuestros aborígenes, a los tainos, solo bastaría con observar sus pinturas en  cuevas y cavernas; esos trazados milenarios nos hablan en el universal idioma de la imagen. En la única lengua en que se expresan las divinidades, revelando al mundo terrenal misterios y secretos.

Los tainos eran los pobladores más numerosos e importantes que habitaban en la isla al momento del descubrimiento. Habían logrado el desarrollo de una cultura independiente, pero menos avanzada si es comparada con las sociedades amerindias de los incas, mayas y aztecas. Eran grandes artistas y, aunque desconocían la escritura, tenían lengua común, elaboraban las cerámicas con fines rituales y para uso cotidiano.

Fabricaban ídolos y amuletos, confeccionados de piedra, madera, concha y otros materiales. Los jefes tainos, llamados caciques, se rodeaban de un vistoso conjunto de objetos religiosos y suntuarios que los diferenciaban de los demás.

En ”Mitos y Leyendas” Marcial Báez interpreta en el lenguaje pictórico su visión de las tradiciones místicas de los aborígenes de Quisqueya. El discurso atrayente persuade, sus recursos artísticos dibujan una emoción poderosa de un pasado que sobrevive en recuerdos y leyendas. Su canto tiene vuelo. Marcial logra plasmar en esta recreación lo que ha encontrado tras una serie de estudios y análisis, dejando su maravillosa muestra a la consideración de los beneficiarios de la colección histórico-pictórica Lienzos de la Identidad Dominicana.


viernes, 19 de junio de 2020

LA TOMA / FELIX REYES


La Toma fue una regola o canal que se construyó mas o menos a partir del año de 1520, para con sus aguas cristalinas regar o mojar los primeros establecimientos agrícolas que se fomentaron en las orillas del rio Nigua, cuyas ruinas de mampostería de dicha regola o canal, a parte de la mampostería que se ve todavía, no en muy mal estado, en el mismo sitio que hoy como paraje de la Sección de El Pomier, hoy Borbón, perteneciente a la común de San Cristóbal, se conoce con el nombre de la Toma, porque era en ese sitio donde comenzaba la toma de agua para realizar el regadío en dichos establecimientos agrícolas, donde a pesar del largo tiempo que ha pasado, en el viejo curso por donde corrían las aguas de la referida regola o canal de la Toma, por distintas partes se ven todavía restos de mamposterías y de no mamposterías, por donde entraban las aguas a regar o mojar los cultivos de las Haciendas y estancias que existieron durante la Era colonial Española, en ambas orillas del rio Nigua, hasta su boca, según los hemos podido comprobar, en exploraciones que hemos hecho a este respecto.

Se puede asegurar que el motivo por el cual los españoles hicieron la toma de agua, en el arroyo que en el curso de los años ha perdido su verdadero nombre, para llevar el nombre de la Toma, que es el que actualmente lleva y no el rio Nigua, porque dicho arroyo de la Toma, siempre tiene agua abundante y el rio Nigua se seca en tiempo de sequía, por lo que solamente conserva agua permanente, de donde caen las aguas de dicho arroyo de La Toma, para abajo, cuyo arroyo la Toma, tiene más o menos como un kilómetro de curso, debido a que muy próximo a su nacimiento, desemboca en el mencionado rio de Nigua.

Los datos más antiguos que con respeto a La Toma hemos tenido a la vista, son los que trae el ilustre Padre Licenciado Antonio Sánchez Valverde, en su meritoria obra “Idea del Valor de la Isla Española”, publicada en Madrid, España, en el año de 1785, y después los que aporta el ilustre francés-martiniqueño M.L. Moreaux de Saint –Mery, en su importante obra “Descripción de la parte Española de la isla de Santo Domingo”, publicada en el año de 1796 el cual con muy poca diferencia dice casi lo mismo que lo dicho por el padre Licenciado Don Antonio Sánchez Valverde, por lo que cuyos datos de dichas obras citadas, de la manera de que nos hemos propuesto a escribir sobre La Toma, de nada nos han servido, porque lo importante para nosotros en este caso sería saber con exactitud el año en que se hizo La Toma y el nombre primitivo del referido arroyo de La Toma, pues según me dijo una vez mi buen amigo Don Luis Oscar Uribe Albert, alisas Sisito, que el finado notario Público Don José Altagracia Pérez y Domínguez, alias Purró, sabia el nombre primitivo del arroyo de la Toma, porque lo había visto en un documento muy antiguo, cuyo nombre primitivo del mencionado arroyo de la Toma, fue anotado en un papel por dicho señor Don Luis Oscar Uribe Albert, alias Sisito, el cual se le perdió, sin haberle quedado gravado en su memoria el dicho nombre primitivo del ya mencionado arroyo de la Toma, pero no obstante esto, tenemos siempre la esperanza de conseguir algún día tales objetivos, sobre tan importante asunto, toda vez que la Toma tiene de importancia para nosotros, que fue la primera regola o canal que se hizo en nuestra isla y muy especialmente en la hoy Común de San Cristóbal, cabecera de la Provincia Trujillo.

 


martes, 16 de junio de 2020

LA CIRUGIA MORAL / GIOVANNI PAPINI



El doctor Anosh-Uthra ha venido al Claridge a proponerme su cura que comienza, según dice, a ser bien acogida en Inglaterra. Un subsecretario del Colonial Oficce, que la experimentó, me ha hablado con entusiasmo, y he mandado a buscar al médico o mejor dicho al cirujano, para que me visite en el hotel.

Anos-Uthra, que se vanagloria de un origen persa y casi regio, es un hombre todavía joven pero de una seriedad concentrada como no había visto nunca hasta ahora. La cara color de plomo con vagos reflejos de oro se halla dominada por una barba lujuriante y hosca, que le desciende hasta el estómago y le hace semejante a los reyes de Asiria que se ven en British Museum. No se le descubren los ojos, escondidos detrás de unas antiparras ahumadas. Hablando con el se tiene la impresión de hablar por teléfono con un ausente enmascarado.

-No sé –ha dicho--, si nuestro común amigo le ha dado la idea de mi nueva terapéutica. El origen es sencillísimo. Durante mis estudios me sentí impresionado por dos hechos: que nadie es capaz, ni el demasiado alabado Freud, de curar los disturbios mentales y por otra parte que la medicina general es bastante menos eficaz, como cura resolutiva, que la cirugía. Mi descubrimiento consiste en haber introducido la cirugía en el tratamiento de las enfermedades del espíritu. Yo soy, si quiere una definición, el primer cirujano del alma.

“No ignoro que algunos cirujanos han intentado intervenir e la cura de enfermedades propiamente nerviosas y que se ha tratado de curar la epilepsia interviniendo en el riñón, y la demencia precoz con los injertos endocrinos. Pero nos hallamos ante operaciones puramente físicas contra males psíquicos. Yo, en cambio, opero directamente sobre el espíritu con operaciones espirituales. Son parte de nuestra alma que se pudren, que se gangrenan, que crecen demasiado en perjuicio de otras. Hay canceres morales, tumores intelectuales, la apendicitis del vicio y del pecado. Yo puedo, a voluntad, obtener la amputación radical del órgano o zona del alma que perjudica. Ya he extirpado a algunos de mis clientes, a este la holgazanería, a aquel la sensualidad, a otro el espíritu matemático, la avaricia, la infidelidad. Si el terror de la muerte le turba, si le oprime la indigestión de la excesiva cultura ingerida, si la ambición política o deportiva no le deja en paz, diríjase a mi. Mis operaciones son rápidas y sin dolor. no le obligó a hacer confesiones, como hace el mago de Viena, no recurro al hipnotismo como en Nancy, no le hago contar sus sueños como en Zurich. Ni, mucho menos, corto y abro su carne.

-¿No se puede dar algunos detalles de su manera de operar?

-Si se los diese no los podría comprender. Sepa que Anosh-Uthra no es mi verdadero nombre. Estas palabras iránicas significan Hombre Ángel, y son el nombre del Mesías de la religión mandea. Mi secreto procede, como todos los secretos, del Asia, y no se puede revelar en términos occidentales. Pero los experimentos felices son mucho mas evidentes y claros que la teorías. Sométase a mi cura y le libertare de lo que le molesta.

“Y tenga usted en cuenta que yo no opero solamente las malas cualidades, es decir, los moralistas llaman “culpa” o los alienistas “locura”. Si le molesta por ejemplo, un inmoderado amor al prójimo o una manía religiosa y filosófica que pongan en peligro su bienestar, estoy dispuesto a intervenir en las mismas condiciones. Son virtudes mucho más dolorosas, a veces, que los pecados.

“Piense en la transformación que sufrirá nuestra especie cuando mi cirugía moral se haya difundido por todas partes. Todos podrán poseer el alma que más le guste. La extirpación b metódica de los remordimientos y de los temores dará al hombre aquella paz hasta que ahora ha buscado en vano en el estoicismo o en la fe. Añada que las enfermedades del cuerpo se derivan del espíritu; por lo tanto, cuando se haya curado este, disfrutara igualmente de una perfecta salud física. Pruebe. ¿Le molesta la avidez de dinero, la superstición, la envidia, los celos? La extirpación es sencillísima. Le advierto que no se cada una de las molestias que le he citado son necesarios al menos tres meses. Tiempo mínimo si piensa en las interminables curas de los psiquiatras. Debo, sin embargo, advertirle lealmente que si puedo quitar alguna cosa a su alma no puedo añadirle nada. Soy un taumaturgo, pero no un dios.

“El coste de cada operación varía según las dificultades. Mis precios oscilan entre quinientas y tres mil libras esterlinas, a pagar la mitad al comenzar la cura”.

-¿Y podría usted amputa toda el alma si el alma entera es infecta?

-Es una operación que no he hecho nunca hasta ahora- contesto Anosh-Uthra, alisándose la barba- pero se  podría intentar.