jueves, 18 de marzo de 2021

MANIFESTACIONES DE MUJER. 2004. Exposición Mujeres de la Asociación de Artistas Plásticos de San Cristóbal.

 



Desde el principio de los tiempos la mujer ha ido conquistando y defendiendo el lugar que le corresponde en la sociedad;  siendo un ente de equilibrio, símbolo de admiración y abnegación, manifestándose en un todo existencial: Madre.

Pr cuanto las artistas de nuestra institución le rinden un homenaje a las madres dedicándole esta exposición pictórica: “Manifestaciones de Muer”, constituyendo con los conceptos plasmados en los lienzos a exaltarlas en su cotidianidad de la mano de la  naturaleza; siendo niñas y vírgenes, profesionales y obreras, urbanas y rurales, felices y maltratadas en busca de su libertad.

La Asociación de Artistas Plásticos de San Cristóbal altamente satisfecha, apoya esta primera muestra femenina en conjunto, la cual siguiendo las directrices de nuestros objetivos hace un aporte significativo al desarrollo cultural de San Cristóbal, dejando su impronta en la Historia de las Artes laticas Sancristobalenses y reafirmando en cada una de estas manifestaciones, que cuando el esfuerzo es compartido se hace más corto el camino al éxito.

MARCIAL BÁEZ

Presidente Asociación Artistas Paleticos de San Cristóbal.

 


MARIBEL DIONICIO

Nace en San Cristóbal. Es licenciada en Arte Publicitario. Ha realizado estudios de dibujo y pintura con Fabre Sallent, Teté  Marella, Albeto Bass (1992), Katia San Millán (1996) y actualmente con José Pelletier.

Es miembra fundadora de la AAPSC y ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.


CELESTE PUELLO

Es nativa de San Cristóbal. Asistente de laboratorio, profesora y empresaria.

Estudio dibujo y pintura en la escuela de Miguel Mella de San Cristόbal, donde fue reconocida con el premio al Esfuerzo y en la del pintor German Ricardo en 1997.

 Es miembra de la AAPSC y ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.



 RAQUEL MADERA

Nace en Loma de Cabrera. Casada con un sancristobalense, establece residencia en San cristobal, procedente de San Juan de La Maguana.

 Es licenciada en orientación, graduada en de la UNPHU.

 A partir de 1989 estudia dibujo y pintura en la Escuela de Miguel Mella donde en 1993 es galardonada con el 4to Premio Honorifico y en 1997 en la Escuela de Germán Ricardo. Es miembra fundadora de la AAPSC donde actualmente es 2da vocal.

 Ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.



KENDIA TINEO

Nace en San Cristóbal. Es licenciada en Arte publicitario, mención diseño gráfico. Ha realizado estudios de pintura y dibujo respectivamente con los pintores Samuel Machuca (1998), y José Pelletier (2001).

 Ha participado en la mayora dela exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo), Itinerante (Instituto Cultural Dominico Americano), y Carnaval.

 Es miembra de la AAPSC, y actualmente ocupa el cargo de Secretaria de Actas y Correspondencia de la Asociación.

 


JOSEFINA HILARIO

Nació en Santo Francisco de Macorís. Es odontóloga. Ingresa a la escuela de Miguel Mella 1994, y en la del pintor German Ricardo en 1997. Realiza el curso taller de pintura con la profesora Emelinda Peña en el Museo del Hombre, Santo Domingo.

 Es miembra de la AAPSC y ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.


 

LUZ OLIMPIA

Nativa de San Cristóbal. Es Licda. En Enfermería y Derecho.

Estudio en las Escuelas de los pintores: Miguel Mella y Germán Ricardo en santo Domingo (1997).

 Es miembra de la AAPSC y ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSCÑ Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.

 


ANDREA TORRES

Nace en San Francisco de Macorís. Reside en san Cristóbal desde 1966. Gran parte de su vida la ha dedicado a la educación.

A su tercera edad empieza a incursionar en las artes plásticas.

Es miembra fundadora de la AAPSC y fue secretaria de finanzas durante dos periodos (1995-2000).

 Ha participado en todas las exposiciones colectivas de la AAPSC: Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.


 

LOLY VALDEZ

Nativa de San Cristóbal. Desde su adolescencia inicia sus estudios de pintura en la Escuela de Candado Bidό. (1979-1981), luego ingresa a la escuela de bellas Artes (1981-1983) y más tarde estudia con el artista Enriquillo Rodríguez Amiama (1985-1988).

 Actualmente es profesora de Pintura en el Instituto Cultural Dominico Americano.

Es miembra de la AAPSC (Secretaria de Actas 2000 y Secretaria de Organización 2002).

Ha participado en las siguientes colectivas:

“Al viento”. Biblioteca República Dominicana 1984.

“Huellas”. Instituto Cultural Dominico Americano.1995

“Danzas de primavera” Instituto cultural Dominico Americano 1997.

Así como en la mayoría de las exposiciones colectivas de la AAPSC: Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.

 


TATY ZAPATA

Nace en San cristobal. Es Licenciada en Bioanalisis.

En 1992 ingresó a en la escuela de Miguel Mella en San Cristóbal, 1997 a la Escuela de German Ricardo en Santo Domingo y actualmente con José Pelletier en San Cristóbal.

Es miembra fundadora de la Asociación de Artistas Plásticas de San Cristóbal, donde ha desempeñado los cargos de Secretaria de Atas 1995 y Secretaria de Finanzas 2002-2004.

 Ha participado en la mayoría de las exposiciones colectivas de la AAPSC: Patronales (Homenaje a Ramón Oviedo) Itinerantes (Baní, Yaguate, Nigua, Instituto Cultural Dominicano Americano, Feri Arte en el Hotel el Embajador) y Carnaval.

 Ha impartido talleres en el campamento del Instituto politécnico Loyola de San Cristóbal.

 

miércoles, 17 de marzo de 2021

EL LENGUAJE EN GUAGUA / Luchy Placencia

 



Los estribillos, muletillas, bordones, cantinelas y expresiones hechas que sazonan el habla popular criolla pueden ser verdaderas modas de difusión súbita, arbitrarias o efímeras o, a veces, el resultado de exitosas campaña publicitarias.

“¡Y eso, que tú no sabe na americana!”, frase construida por mercadόlogos y creativos publicitarios para una firma licorera local, fue durante mucho tiempo el último “guay” en l comunicación callejera, con efectos tan miméticos que muchos jóvenes trataron de copiar los gestos del chofer aquel.

Una de las mayores tendencias de la moda no vestimentaria es el uso de expresiones breves que corresponden a lo que, la lingüística, roman Jackobson denomina fatemas, por su función fática o de simple contacto acústico, como el “¿quiay?”, por el “¿qué hay?”

Pero a esta pregunta generalmente hipócrita-porque en muy pocos casos al emisor le interesa la respuesta del receptor, de ahí su carácter fatico-se suele responder con frases ingeniosísimas, frecuentemente relacionadas con apuros económicos:

“Aquí, e la brasa”.

“Frenando en el hierro”

“En la olla, mano”

“Abarandao”

“Listo y servido”

“Mal, pero tú no tienes la culpa”.

 

Posteriormente, el emisor del “¿quiay?” aconsejara a quien este “feo pa la foto y arrugao pal carné” que a su situación “no le de cráneo” y se despedirá sin más, dejando a su interlocutor con la queja: “me sacό los pies” o, aún más reciente “me sacό los buggies”.

No tá” el dominicano al que “se lo está llevando el diablo”, quien “Ta frito” vive diciendo a sus amigos que “dejen la chercha”; por oposición, al feliz mortal que  le diagnostican un “tu tá”, o un “tu tá guisando”, “tu tá buchú”, puede considerarse el “grenú”, el “as” dentro de su círculo social.

Al “cerebro de cacaíto”, al que “tá totao” se le saluda con un “to tá mal”, porque a poca gente le gusta andar con alguien que “ta quedao” aunque el día que logre comprarse unos tenis caros se le espete un “¡Diañe loco, pero qué patine”.

A una expresión, actuación o confesión inesperada se reacciona mediante un “¡sopla!” o “¡ataja!”, que también puede brotar de labios de cualquier tiguere de esquina al compás del “culipandeo” de una dama más o menos agraciada.

Mami, dame una patá que me haga un chichón”, bien puede ser el piropo elegido, al que la fémina ripostara un “corta, corta”. Herido en su vanidad, el galán no atinará más que a decirle: “tu tá pasa” y, ella es lo suficientemente hábil, tal vez le responda: “pero no  por tu colador”.

Y eʹfácil”, se observa ante una propuesta descabellada, ilógica o materialmente imposible, como la de “hacerle un moño a la cabeza del puente”.

Eso tiene cocorícamo” significa, en acepción popularizada por el actor Juan María Almonte, que el asunto es oscuro o encierra algún peligro.

A esta advertencia puede seguir la de que “no te tires paʹlo hondo” o, asimismo, que “no le des mente al indio” (porque “lo que mata es la flecha”).

En esta época de “cacuses”, “cadenuses” y “rocapiedras”, aborda un autobús del transporte público es toda una oportunidad para empaparse de expresiones de moda en el lenguaje popular.

El sociólogo Juan Antonio Cruz Triffolio enumera, entre otras: “Péguense, como anoche”, frase con la que el cobrador insta a los pasajeros a colocarse “como sardinas en lata”.

“¡Donde hay dos, cabe otro!” y “¡Derecho, con música, café y aire… en las gomas!”, dan al usuario de guaguas publicas la efímera esperanza de que era cómodamente transportado.

Para estimular el algo del pasaje, el cobrador grita: “¡moneda!”, “¡con ello en la mano!”, “¡que se cantee el de la esquina!”, mientras que “¡rueda!” y “¡muévela”, anuncian el inicio del desplazamiento.

Al humorista de televisión  Roberto-“El vale”- Valentín le parece que los cobradores de guaguas tienen la retaguardia incompleta, por su constante clamor: “¡completamente atrás!”.

Si bien los dominicanos se entienden en sus charadas,  en sus jergas, en sus invenciones lexicales, quienes suelen pasarla mal son los extranjeros, como el lingüista español que sufrió cefaleas durante una semana, tras intentar descifrar la siguiente conversación entre criollos:

-¿Tati tai?

-No Tati no tá.

-Sí, Tati tá, pero Tati tá cotá.

Revisita DDT. Año I No 5. 1994.

 

 

 

martes, 16 de marzo de 2021

CUARENTENA PARA LA INFLUENZA / Frank Moya Pons



La epidemia de la influenza que llegó al país en noviembre de 1918 produjo gran preocupación de las autoridades sanitarias. Tratando de prevenirla, el gobierno impuso una cuarentena terrestre y marítima entre Haití y la República Dominicana y prohibió el tráfico por la frontera a partir del día 12 de ese mes.

Esa cuarentena incluyó a los barcos procedentes de Barahona y Azua. Al arribar a otros puntos del país procedentes de esos puertos sureños, los barcos deberían mantenerse a 200 metros de la costa durante 7 días.

El día 28 de noviembre la cuarentena fue extendida a todos los buques provenientes del extranjero. Las autoridades fueron tajantes: “El medico de cuarentena no aceptara la manifestaciones de ninguna persona de abordo en cuanto a su estado de salud sino que practicara el examen personalmente”.

“En caso de que alguna persona abordo presente síntomas de influenza o gripe o neumonía, el buque será puesto en rigurosa cuarentena y nos e permitirá a ninguna persona abandonar el buque sino como se dispone en este reglamento”.

No obstante esas medidas, la epidemia se difundió rápidamente. Para evitar lo peor, el 14 de diciembre las autoridades sanitarias prohibieron las reuniones púbicas en teatros, casinos, clubes, centros de recreo y otros establecimientos análogos, en los cuales quedaron “suprimidos los bailes y todos los espectáculos y fiestas públicas”.

También fueron clausuradas todas las escuelas públicas y se prohibieron las reuniones y velorios en las casas de los fallecidos a causa de la influenza. “Los cadáveres de los fallecidos por influenza serán puestos en sus ataúdes inmediatamente y enterrados a la brevedad posible”.

Simultáneamente con esas medidas publicaron varios documentos conteniendo “consejos para vetar la influenza”, un “memorándum profesional” destinado a los médicos, y una “dirección general para el tratamiento de la influenza”.

Había clara conciencia entre los médicos de que la influenza era una forma de gripe asociada con los brotes anuales de gripe, incluyendo con la gran epidemia de 1889-90. Los médicos sin embargo, no sabían que el germen causante de la influenza era un virus y trataban de prevenirla con medidas destinadas a eliminar un bacilo llamado Influenze bacillus considerado erróneamente como responsable de la enfermedad.

Para entonces ya existía la aspirina y las autoridades recomendaron su uso para bajar las fiebres y calmarlos dolores. Este medicamento debía ser combinado con tratamientos tradicionales como los purgantes de Calomer, y el uso de enemas de bicarbonato de soda y agua de menta o de citrato de potasa y agua de menta.

La noción clínica más extendida era que la influenza de por si no mataba, a menos que la enfermedad degenerara en neumonía, y por ello se recomendaban gárgaras con una solución antiséptica de quinina o bicloruro de mercurio. Para la tos se recetaba tomar una solución de carbonato de amoniaco cada dos horas.

Conociendo que el germen se trasmitía por boca  nariz a las vías respiratorias, las autoridades sanitarias recomendaron el uso de mascarillas de gasa y tela de algodón para tratar o visitar a los enfermos. Mucha gente utilizaba las mascarillas para salir a la calle, y algunas personas rellenaban las suyas con cristales de alcanfor o dientes de ajo.

Es probable que las mascarillas hayan protegido a muchas personas, pero dado que el virus dela influenza es filtrable, algunas se contagiaron de todas maneras y la epidemia siguió avanzando.

Ante el avance de la epidemia, las autoridades extendieron el alcance de las medidas precautorias el 24 de diciembre de 1918 ratificando la cuarentena interprovincial, prohibiendo” todas las reuniones públicas de cualquier clase”, cerrando todas las iglesias “hasta segunda orden”, y anunciando que “todas las reuniones del pueblo en parques, calles y en cualquier otro sitio, serán dispersadas todo cuanto sea posible por las autoridades correspondientes”.

Con todo, la epidemia siguió su curso avanzando de pueblo en pueblo. A mediados de febrero, las enfermedades y las  muertes se concentraban en el Cibao Central. Entre los días 16 y 22 de ese mes, el poblado de Castillo tuvo 600 enfermos y 62 muertos, San Francisco de Macorís, 469 enfermos, Salcedo 96 enfermos y 19 muertos, y la Vega, 268 enfermos y 9 muertos. Más al oeste, ya en las montañas, Jánico tuvo durante esa misma semana564 enfermos y 7 muertos.

Casos de Influenza 6-22 febrero 1919

Ciudades

Casos

Muertes

Sto. Dgo.

1

 

Azua

137

 

San Juan

9

 

Bani

18

 

San Pedro

10

 

Seibo

3

 

Hato Mayor

35

1

Pimentel

35

 

Cotuí

25

7

Castillo

600

62

San Francisco

469

 

La Vega

268

9

Moca

64

 

Salcedo

96

19

Santiago

4

 

Jánico

564

27

Bajabonico

1

 

Montecristi

5

1

Sabaneta

5

 

 

RUMBO. Año 1No 29. La Historia tiene otra historia.1994 Santo Domingo.

EL BRAGUETAZO (Revista DDT-1994).

 



Dos muchachas de Inglaterra

vinieron a hacer turismo

y un inmenso magnetismo

las amarro en esta tierra.

Hoy cada una se aferra

a un gran idilio sin frenos,

y se encontraron tan buenos

los criollos que conquistaron

que cuando a Londres volaron

se llevaron sus morenos.

 

Mucha gente preconiza

que el amor no tiene edad,

raza o nacionalidad,

mas, tampoco tiene vista.

Cuando el avión aterriza

en británico terreno,

un inspector, muy sereno,

les dice: “No doy entrada”,

y sin explicar más nada

devuelve a los dos morenos.

 

Se afirma que los sajones,

al actuar con tal dureza,

no quieren que las inglesas

hagan sus comparaciones.

De acuerdo a sus aprensiones,

las viejas y las de estreno.

presas de un gran desenfreno

puede que vengan por cientos

buscando ms rendimiento,

y se lleven sus morenos.

LOS CHINOS VIENEN DE LEJOS / Frank Moya Pons

 

 


Los chinos se encuentran entre los grupos de gente sin historia en la República Dominicana. Muy poca gente sabe de dónde vinieron los primeros chinos que se establecieron en el país a finales del siglo 19 y durante la primera mitad del siglo 20.

Los chinos se hicieron visibles desde el principio y algunos alcanzaron rápida notoriedad en varias ciudades dominicanas como dueños de lavanderías y restaurantes, y como comerciantes de tejidos, alimentos y bebidas.

La inmigración de chinos fue un fenómeno bastante extendido en muchos países de América Latina en Norteamérica y Australia. En estados Unidos, por ejemplo, hubo compañías mineras y ferrocarrileras que contrataron miles de trabajadores chinos a mediados del siglo 19 para suplir la falta de mano de obra en California y otros estados del oeste norteamericano.

Muchos “culíes” chinos no sobrevivían a las duras condiciones de vida de las minas y las canteras. Pese a ello, los chinos siguieron emigrando a los Estados Unidos para escapar de la extrema pobreza de sus provincias de origen.

Una larga historia de opresión y miseria condujo a muchos habitantes de China a refugiarse en el opio creando un vasto mercado para esta droga que los británicos se apresuraron a abastecer desde la India. Las llamadas Guerras del Opio de 1839-42 y 856-60 debilitaron económicamente a China y agravaron las condiciones sociales de sus meridionales.

Previamente a estas guerras, dos de esas provincias (Fukien y Kwantung) tenían una larga tradición migratoria pues descargaban sus excedentes demográficos en las islas circunvecinas, incluyendo Taiwan, y en los países de la antigua Indochina y el sudeste del Asia, la Península Malaya y los archipiélagos de Java y Filipinas.

El deterioro de las provincias meridionales de China coincidido con una grave crisis de mano de obra de Cuba y las Antillas británicas. En el Caribe británico esta crisis fue acelerada por la abolición de la esclavitud en 1838. En Cuba, la falta de mano de obra se debió a la expansión de la producción azucarera mientras la marina de guerra británica obstaculizaba el tráfico de esclavos desde África.

Tanto Cuba como el Caribe británica los dueños de ingenios se vieron precisadas a buscar trabajadores “libres” para cortar la caña y muchos recurrieron a la importación de culíes de la india y de China. El mismo gobierno británico abrió oficinas en Asia para asistir a los dueños de plantaciones en la contratación de trabajadores hindúes y chinos para laborar por un mínimo de cinco años en los campos de caña de las Antillas y Guyana.

El tráfico de indúes contratadas comenzó casi tan pronto como fue abolida la esclavitud en 1838. En Cuba el tráfico de chinos comenzó varios años después, siendo organizado por las mismas compañías negreras que abastecían esa isla de esclavos africanos.

Sin embargo, algunos chinos se quedaron viviendo en Cuba y de allí pasaron a otros países, incluyendo la República Dominicana, en donde se establecieron como hombres libres. La expresión “hombres libres” no es gratuita pues casi el 100 por ciento de los chinos que emigraron temporalmente a las Antillas fueron individuos del sexo masculino.

Las noticias de la República Dominicana como una sociedad menos opresiva que la cubana para los trabajadores asiáticos atrajeron algunas familias chinas eran procedentes de las regiones circundantes de las ciudades de Cantón, Macao y Hong Kong, en el sudeste de China.

 La actual inmigración de chinos que está enriqueciendo étnicamente la República Dominicana procede mayormente de esas mismas regiones. Esta nueva olead migratoria tiene otras causas y otras características. A diferencia de las anteriores migraciones, este movimiento de chinos llegados recientemente es mejor conocido y tal vez sea útil comenzar a estudiarlo desde ahora para que estas familias no se queden, como las otras, como gente sin historia.

RUMBO. Año I No 26. 1994. Santo Domingo.