martes, 19 de julio de 2022

SAN CRISTÓBAL, UNA COMÚN DE GRANDES PRIMACÍAS / Ramón Puello Báez.


 


La común de San Cristóbal, elevada a esa categoría geográfica-política en 1822, ha sido, junto a los vastos territorios que conforman la provincia, lugar de grandes primacías en la historia de la isla, y de la República Dominicana. Por eso se ha dicho con justa razón, que “no hay solo un hecho importante del país, donde San Cristóbal no haya estado presente de manera protagónica”.

Cuando se inició la colonización española donde primero apareció el “oro a flor de tierra”, fue en lo que es hoy la sección de Hormiguero, común de San Cristóbal, donde el adelantado Bartolomé Colon fundó la villa de la Buenaventura y se construyó una fortaleza y una fundición de oro. Desde esos territorios, se inicia también el proceso de las encomiendas y la distribución de tierra a los hidalgos, así como el desarrollo de la industria azucarera, y por eso se conoció lo que es hoy la común, como Partido de los ingenios de Nigua.

Precisamente en Nigua, en el año 1796, tiene lugar una de las rebeliones de esclavos más importantes en la parte española, que estallo en el ingenio azucarero propiedad del Duque de Aranda, por lo que la lucha por la libertad y los derechos humanos universales, tienen en Nigua, San Cristóbal, una dramática historia, que fue saldada con sangre por los colonizadores.

En los años que siguieron a la invasión haitiana de la parte Este, por Jean Price Boyer, en 1822, la común se convirtió en un centro de rebeldía revolucionaria contra el régimen haitiano. Cuando se produce el pronunciamiento separatista, Antonio Duvergé, José María Cabral y Luna, Eusebio Pereyra, Aniceto Martínez, Eusebio Araujo, junto al “Batallón Nigua”, se convirtieron en los principales soldados sancristobalenses de la Guerra Patria, quienes con su actuación y valentía, se encumbraron a la cima de la proceridad.

Los aportes de la común al movimiento separatista y su conocida fiereza y fidelidad a la causa, determinaron que fuera el lugar escogido para que los primeros constituyentes elaboraran el primer estatuto jurídico de la nación, la Constitución fundacional de 1844, por lo que San Cristóbal tiene el honor de ser Cuna de la Constitución de la República, posteriormente bautizada por el Congreso Nacional, en atención a este hecho histórico, como “Ciudad Benemérita”.

En la Guerra de la Restauración, el otro hecho trascendente de historia nacional y la lucha por la independencia, San Cristóbal pasó a convertirse en centro estratégico de las fuerzas restauradores. La denodada lucha de los soldados sancrsitobalenses contra las tropas españolas liderada por Eusebio Pereyra, José María Cabral y Luna, y Aniceto Martínez, a la que se integró Gregorio Luperón, fue reconocida por el Gobierno Restaurador, que declaro la común como “Baluarte inexpugnable de la revolución restauradora en el Sur”.

En cada hecho importante que haya ocurrido en el ámbito nacional o en cualquier manifestación humana, los sancristobalenses se han distinguido y han alcanzado posiciones cimeras. En las luchas por la libertad y la dignidad nacionales, en la historia, la cultura, la literatura, las artes, la agricultura, la música, los deportes y el desarrollo en general, los sancristobalenses han escrito páginas admirables en la historia dominicana.

El desarrollo industrial del país se inició en San Cristóbal, conjuntamente con Santo Domingo, en los primeros años de la década de los 50. En la común tuvimos la primera fábrica de armas, la primera fábrica de vidrio, la primera fábrica de sombreros, y la primera fábrica de tubería sanitaria, entre otras importantes industrias. También la primera escuela pública para la enseñanza agrícola se abrió en la común, en 1909, que por cierto, San Cristóbal ha sido siempre granero de Santo Domingo, y hoy, además de alimentos, también recibe de sus ríos, parte esencial del agua potable que consume la ciudad capital.

Recientemente el futbol dominicano se creció en Honduras y clasificamos por vez primera a un Mundial de Futbol de la FIFA, para Indonesia 2023 y Paris 2024. Sabía usted que el Futbol dominicano se desarrolló en San Cristóbal en los años 1964-1970 con el equipo “Refor Club”, por lo que oficialmente el Instituto Preparatorio de Menores (Reformatorio) pasó a ser considerado “cuna del balompié en República Dominicana”?. En el equipo que ganó en Honduras, hubo la participación de tres destacados sancristobalenses.

Uno de los últimos acontecimientos que conmocionaron la nación, fue la segunda intervención militar de los Estados Unidos en nuestro país, en el siglo pasado. El rechazo a ese abominable atropello que hirió la soberanía nacional, tuvo en los sancristobalenses, como siempre, actitudes patrióticas protagónicas. En la lucha librada, desde el estallido del movimiento cívico-militar de abril de 1965 al enfrentamiento de las tropas estadounidenses interventoras, cientos de militares y civiles de la común dijeron presentes. Un hecho determinante en esa lucha, fue que el comandante de las unidades blindadas de la Fuerza Aérea Dominicana, el sancristobalense Fernando Cabral Ortega, se unió con los tanques de guerra al movimiento. En los comandos de defensa que fueron estructurados para el combate en las trincheras de la zona colonial, participaron decenas de ciudadanos y ciudadanas de la común. Entre ellos, Rafael Duvergé, Eleazar Montas, Rafael Boissard, Alejandro Brioso, Rafael Rivera Martínez (Barriguita), Héctor Díaz Polanco, Rubén Marcano y Modesto del Rosario, así como una gran participación de la mujer sancristobalense, representadas en las personas de Norma Valdez, Naya Pereyra, Clarissa Brioso, Julia Peralta, Hilda Barinas y Norma Lazala, entre otras.

El espacio no es holgado para resumir las primacías sancristobaenses, por lo que esperamos que esta apretada síntesis, ofrezca una idea de la importancia de esta ciudad benemérita en el devenir de la República Dominicana, que acaba de arribar al bicentenario de su elevación a común en 1822.