En el artículo del pasado martes 9, se señalaba lo siguiente: “Michael
Elías de mi distracciones, el enemigo es otro y me urge atenderlo, pero debo
decirlo antes de terminar a tí y a los que se han llegado a creer otra cosa,
que ms convicciones no han variado nunca y algunos se han equivocado al verme
renovado, que es el secreto de la permanencia en política, en lo cual, en la
capacidad de renovarse, el doctor Balaguer ha dado lecciones magistrales, atado
siempre al Paréntesis de la Tebaida Lirica” .
Algunos lectores, sobre todo los lectores jóvenes, y no tan jóvenes, me han
solicitado el texto de ese paréntesis inmortal y nunca cerrado, paréntesis
definitorio de una personalidad como la del doctor Joaquín Balaguer, ya
entonces, en 1924, destinada a jugar un papel capital en la historia
dominicana.
Era el premio a su tercer libro. Antes, en 1920, había publicado Psalmos
Paganos y Claros de Luna.
Ahí va el texto huésped, tan desconocido como importante, en el cual solo
se hace una exclusin en odios a ejercer en forma unánime. Paréntesis de cuya
lectura pude sacarse a la luz del entendimiento para mucha cosas.
“Paréntesis”
“Abro este paréntesis para llenarlo de odio y gratitud. Odio a los que en
plazas y corrillos me combatieron acerbamente; odio a los poetas afeminados que
envidian la virilidad de mi arte; odio al que escondió en el “bouquet de rosas
de un elogio una mal disimulada flor de envidia”; odio a los consagrados que no
han querido tenderle la mano al jovenzuelo imberbe que los abruma con su
orgullo, y odio, finalmente, a todos los Pachecos
que, no atreviéndose a combatir con la pluma, se encogieron de hombros
cuando vieron al mozuelo audaz cruzar la apolínea caravana… Y entre el rebaño
de intelectuales imbéciles y de escritores verdaderos, gratitud solamente para
aquellos que al aparecer mis CLAROS DE LUNA me tendieron la mano como a un
hermano menor. César Tolentino fue el primero que me saludó como a un compañero
novel acogiendo en las columnas de LA INFORMACION los partos de mi fantasía; y
a él es al primeo y quizás al último que puedo agradecer algo, porque aún tengo
el orgullo de ser, en nuestro medio árido, como una planta rara que sólo necesita
vivir de la savia de su arte y del aire que respira en la atmósfera de sus
sueños. Por eso pongo entre este zarzal de odios una sola flor de gratitud”.
“MI TEBAIDA LIRICA molestara a muchos (yo gozo molestando) y algunos
borricos rebuznaran (yo gozo oyendo rebuznar) en la estéril sabana de letras…”
“Pero yo, como el Poeta Adán Aguilar, a todos los espero para combatirlos”.
“Uno a uno como caballeros, o a todos juntos como malandrines”. J.
Balaguer.
EL SIGLO. Del Mundo y sus
cosas. Jueves 11 de Febrero de 1993. Pág. 7.
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