miércoles, 26 de enero de 2022

¿PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO? / RAMÓN. E.COLOMBO.

 



El hombre es blanco, algo pecoso, colorado en sus sudor, que no huele a grajo de humano, sino a fina esencia fina de madera. Viste bermudas de puro lino checo, camisa de alegre colorido Benetton, gafas Gucci de dorada montura y un sombrero Panamá que el regalo su padre, a quien se lo dejo hace mucho tiempo el inolvidable y muy famoso abuelo.

Pese a sus cincuenta y largo pico de años, camina erguido y con paso acelerado delante de un caddie “siseñor” negro, of course, que es su sombra silenciosa para los pesados efectos de cargar palos.

Al llegar al refrescante Hoyo 19 del fin de la jornada golfista, pide una copa de anisete Marie Brizard y se concentra desde una esquina del regio salón, a observar la acalorada discusión política de cinco o deis de su clase.

Unos defendiendo a Balaguer y otros a Peña Gómez, que definitivamente ya tiene una alma blanca, pues compite en las encuestas del Country Club; unos atacan las reformas mostrencas del primero y otros la dudosas promesas del segundo. A modo de breves distracciones, se menciona a Juan Bosch, Fernandito, Jacobo y Jacinto. Los demás no existen.

Y nuestro personaje, aquel glamoroso burgués capitalista que se relaja allá en la esquina, sentencia, igual que Zabalita, el de la Conversación en la Catedral) (y perdonen el símil): “¡este país se jodió!”.

Su lamento es tan genuino y amargo cono el del proletariado (y perdone el símil) que reclama la justicia.

Para el, la discusión presenta el cuadro, de matices grotescos, de una clase social que ha diluido su prosapia en un acelerado, variado y explosivo crecimiento numérico en apenas veintitantos años (propiamente desde que a Balaguer le cogió obsesivamente con hacer reforma agraria y fabricar nuevos ricos en serie).

Porque es que nuestro personaje, el de la discreta esquina del Hoy 19, es nieto de un caudillo Presidente de al Republica que ocupo el máximo protagonismo ente fines del siglo diecinueve y principios del veinte. Porque es que el biznieto de otro caudillo que fue Vicepresidente en el periodo de la Segunda República y tienen en sus genes cuatro apellidos de la rancia oligarquía, aquella a laque durante añales todo aspirante a la Presidencia tenía que acudir para pedir anuencia, apoyo o permiso (si no, no llegaba, aun teniendo el apoyo de al gran masa popular).

Porque antes, es cierto y él lo sabe, el verdadero Poder radicaba en (cito en orden estrictamente alfabético): Ejercito, embajada, Iglesia y oligarquía.

Cualquiera de los cuatro tenía capacidad para allanar resistencia en los otros y abrir brechas segura hacia la presidencia de la Republica: un sol combinado con cualquiera de los otros, hacia la ecuación Triunfo o la otra ecuación Golpe de Estado, Mon Cáceres o Juan Bosch, dos presidentes constitucionales. La excepción fue Donald Reid Cabral, precisamente un oligarca gobernante (el único en la historia contemporánea) que fue tumbado sin el consentimiento de ninguno delos cuatro Poderes, y ya ven ustedes el resultado: una Revolución, la de abril, que motivó el urgente llamado directo a nada más ni menos que 42 mil marines, para que vinieran a recomponer el cuadro.

Pero en nuestros días el concepto oligarquía ha perdido, por variadas causas, su antiguo y grandilocuente significado.

De hecho, la oligarquía no existe, como clase coherente de rectoría centralizada, de ideología única y decantada en los procesos políticos y sociales.

Es más, ser oligarca es un anacronismo y algunos hasta se ofenden si les dicen simplemente “burgueses capitalistas”, porque no acaban de comprender que forman parte de una clase avanzada con graves responsabilidades en al reforma permanente de la sociedad y su Estado.

Nuestro personaje sabe que el crecimiento y diversificación del capital en la Republica Dominicana  a tal grado que hasta Corporán de los Santos estuvo a punto de ingresar al Country Club) ha dividido profundamente a su propia clase, hasta en parcelas familiares y generacionales.

Y, consecuentemente, están divididas y debilitados sus instrumentos formales de acción política y social, Tony Isa, el de Herrera, discute de tú a tú  con José Vitienes, el del Consejo Nacional de Hombres  de Empre, que recibe también el fuego de Andrés Dauhjre, el importador neoliberal, quien a su vez, dirige la Asociación de Industria.

Entonces, cuando nuestro amigo del Country Club dice que “este país se jodió” es porque está convencido  de que su clase a perdido el poder político de antaño y su futuro depende, al revés de dueños del dinero simplemente para que les financien los gastos electorales.

Sabe que no hay Clase, en sentido político sino “grupos empresariales”… que no es lo mismo.

Por eso, ya no pueden poner o quitar gobiernos, ni consagrar ni anular candidatos.

REVISTA RUMBO. Crónica de un rosca izquierda. Año I No 11. Del 7 al 13 de Abril de 1994. Santo Domingo.


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