Fragmentos:
I PROLEGÓMENOS
La historia y la crítica de la arquitectura no se mueven en paralelo, pero
si orientadas por la influencia de las obras de arquitectos urbanόlogos. Su
interpretación es otra cosa. ¿Está la Arquitectura en crisis? Ciertamente no.
Es la crítica, la lectura actual de la historia lo que se encuentra en
discusión. Estos comentarios se mueven pues en un terreno inestable. Solo se
vuelven firmes cuando encuentran el sólido suelo de prerrequisitos teóricos,
interpretaciones que definan una clara lectura cultural.
Las ciudades son al fin y al cabo un tomo siempre abierto, donde los
objetos arquitectónicos, desde un palacio florentino a una basílica paleocristiana,
configuran un discurso que ha sido interpretado en los libros que se
escribieron en su época. Cada época tiene su libro. Cada época tienen su plaza
mayor que “a través del simbolismo de sus edificios y de sus espacios, inculca
un imaginario de autoridad y jerarquía”. No obstante, como ha señalado alguien,
es preferible hacer la historia del presente hacia el pasado. ¿Cuál sería
entonces el libro? El presente ensayo se apoya un poco en esta premisa aunque
su estructura general aparezca como estrictamente cronológica.
II DE LOS DIEZ LIBROS DE VITRUVIO A LOS DIEZ LIBROS DE
ALBERTI
La única obra ligada al urbanismo y al arte de construir escrita en roma
que ha llegado hasta nosotros son los diez libros de Marco Lucio Vitrubio
Polión. Diez rolos (Volumina) seguramente ilustrados con planos y figuras, que
al ser copiados por distintas manos durante la Edad Media perdieron las
imágenes y vieron complicada su sintaxis, malinterpretándose términos e ideas.
No obstante, al llegar al siglo XV e iniciarse la renovación urbana patrocinada
por el rehacimiento, la admiración por la Edad Antigua o Clásica convierte el
texto vitruviano en una larga secuencia de traducciones, y en una especie de
libro mitológico al que se rendía culto entre los arquitectos y sus mecenas.
Tres ediciones incunables (libros que se imprimieron desde la invención de la
imprenta hasta el año 1501), escitas en latín, aparecen a partir de 1486.
III DE LOS LIBROS DE SERLIO A LOS CUATRO LIBROS DE
PALLADIO
En el marco del vitruvianismo de segunda generación se inscribieron
numerosos tratados. Tres de ellos, orientados en la línea de Alberti, tienen
particular importancia. Parten del estudio de la Roma imperial, del carácter de
sus ruinas y de la magia del texto vitruviano. Los monumentos romanos fueron
medidos por los nuevos autores, y los planos de sus obras fueron consignados en
páginas en las que se alternan monumentos debidamente mesurados y descripciones
de sus detalles. Sus autores utilizan las lecciones que estos les brindan para
aplicarlas en la solución de la arquitectura creada por ellos. Reutilizando el
lenguaje clásico, abordan el espacio interior y exterior así como la función
urbanística de los volúmenes arquitecturales. Avenidas y plazas asumen la
imagen del tiempo nuevo que tiene por teatro principal determinadas ciudades
italianas.
IV VITRUVIANISMO DE SEGUNDA Y TERCRA GENERACIÓN
Como ya pueden ver, el presente ensayo tiene como protagonista un libro y
un escritor a quien se identifica como la imagen perfecta de la arquitectura
clásica. El texto de Vitruvio, contenido en diez segmentos, mantuvo su vigencia
durante la Edad Media y fue asumido por los grandes teóricos del renacimiento.
Estos libros, además de las artes liberarles, que se dicen siete, y que el
autor convierte en diez: Gramática, dibujo, Geometría, Aritmética, Óptica,
Jurisprudencia y Astronomía, señalan (libro primero) seis condiciones que han
de concurrir en todo edificio.
V EL VITRUVIANISMO EN ESPAÑA
El siglo XV lo gastaron los monarcas españoles conquistando territorios
culturalmente complejos, donde e arte de construir y fundar ciudades se apoyaba
en formulas dictadas por tradiciones distintas cuya vanguardia artística (a
finales del siglo) estuvo sujeta a la influencia italiana: el plateresco. Su
retaguardia, una melodía incierta: lo hispano-musulmán. Sin embargo, el siglo
XVI le tiene reservado un capitulo mayor que las siguientes centurias abultan
para crear un escenario inmenso que solo ahora está siendo estudiado: porque la
vara con que se ha medido América ha sido siempre ajena. El capítulo colombino
y el gobierno de los reyes Católicos son solo un paréntesis en este ensayo. Se
entra en terreno seguro con la llegada de Carlos y Felipe, cuyas realizaciones
llenan el siglo XVI. En sus primeras décadas, la arquitectura de exportación
huele a nervaduras y bóvedas de crucería. El Arrabá escarpado de las Casas
Reales de Santo Domingo es todavía una expresión de la arquitectura extremeña
de aceres y Trujillo, tierra de torres mochas y caballeros de frontera, judería
portuguesas y barrios musulmanes.
VI LOS TRES CARIBES EN SANTO DOMINGO
En el mismo mar hay tres caribes: el primero es el tradicional de las
Antillas y Panamá; el segundo es el del Golfo de México, desde Campeche y
Mérida hasta la Florida; y un tercero es el acribe exterior o del norte, desde
las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos, cruzando el Banco de la Navidad y el
dela Plata, hasta la Isla de San Salvador y Puerto Rico en la isla de San Juan,
donde empalma con el arco antillano limitado… del primer Caribe. En estos
territorios insulares, en insulares y cotinentales, la civilización europea
construye ciudades, puertos, fortalezas, plazas mayores y murallas abaluartadas
con frontones y columnas vitruvianas.
VII HISTORIOGRAFIA, NEOCLASICISMO Y VITRUVIANISMO DE CUARTA Y QUINTA
GENERACION.
El neoclasicismo, pensando como la primera etapa de la arquitectura
moderna, nos convoca al disfrute de espacios interiores suntuosas y grandes
espacios exteriores en los que bóvedas de planta circular monumentales se erigen
como elementos espaciales dominantes. Entre la gran cúpula de Bruneleschi, mencionada
en el capítulo IV, y la de Sainte Genevieve, de Jacques Germanine Soufflot (hoy
el Panteón de Paris, 1757-1780), existen varios antecedentes entre los cuales
habría que mencionar en primer lugar la cúpula del crucero del Gesú, de
Vignola, iniciada en 1568 y terminada en 1590 con un portal de Giacomo de la
Porta; la gran cúpula de la Basílica de San Pedro; la iglesia del Hospital de
los Inválidos, de Jules Mansart (168-1707); la del Val de Grace de Francoise
Mansart y Jacques Lemercier (iniciada en1645); y la catedral de San Pablo de
Londres (construida entre 1675-171º).
VIII EL LENGUAJE CLÁSICO Y LE VITRUVIANISMO DE SEXTA
GENERACIÓN
La reedición del American Vitruvius, libro con cuyo señalamiento concluimos
el capítulo anterior, incorpora un vitruvinismo nostálgico, designación
honorifica argumentada desde 1922-fecha de la edición original-, y ahora en
1988, año de su reedición. El vitruvianismo ha pasado mientras tanto de una
quinta a una sexta generación. El subtítulo de esta obra que explica el
contenido, es: An Architetcs Hand-book of
Civic Art. El autor del prefacio de la reedición cuestiona la manera en que
las ciudades de hoy se expanden como lugares de
masas. Señala, asimismo, que el mensaje de la obra está fundamentado en
la calidad del arte cívico como un complemento trascendental de la ciudad.
IX A MANERA DE EPÍLOGO.
Este epilogo podría comenzar refiriéndose a las columnas toscanas del Alcázar
de Colόn y a sus arquerías de formas puras y simples: cinco en la fachada
occidental y seis en la oriental. Estas, de fuste liso, son apropiadas al
carácter domestico del edificio que algunos autores reaccionan con un Palacio
de Nápoles diseñado por Serlio. El castillo virreinal fue una campanada la que siguió la basílica de Geraldini. La Catedral
es un monumento clave. Fue su fachada, de autor desconocido, la que recogio los
rasgos característicos de aquel grupo de tratadistas del cinquecento
Alberti-selio-Vignola. Su portada plateresca se labraba hacia la tercera decada
del siglo XVI por alarifes formados bajo influencias españolas e italianas. Gráficos
de la fachada catedralicia recogidos en este ensayo arrojan como resultado una
composición cuyas líneas generales y marco de referencia se mueven dentro de
los cánones vitruvianos: un eje de simetría, órdenes clásicos, composición en
la que se percibe el manejo axial del cuadrado y el círculo que transcriben
geométrica y simbólicamente el cielo y la tierra. Desde luego, un discurso
teológico acompaña la composición: Pedro, pablo,, evangelistas, armas del poder
temporal y elementos ornamentales complementarios.
En nuestros días el vitruvianismo de sexta generación se divierte en la
ciudad contemporánea, en el polígono central, en Naco transformado, en Gazcue
regimentado, y en edificios gubernamentales de los noventa injertados en la
trama vial del barrio San Carlos.
Ya no se fundan ciudades ni se requieren escribas que relaten el
procedimiento mágico que se utilizaba desde la edad antigua para seleccionar el
sitito, el lugar. Las ciudades de
ahora se dirigen hacia un universo distinto, cibernético y mecanizado: la
ciudad espacial, flotante y móvil, capaz de trasladarse ubicua,
tecnológicamente alta.
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