miércoles, 7 de abril de 2021

ENSAYO CLÁSICO. Reflexiones sobre el Vitruvianismo en la historia de las ciudades. Eugenio Pérez Montas.



Fragmentos:

I PROLEGÓMENOS

La historia y la crítica de la arquitectura no se mueven en paralelo, pero si orientadas por la influencia de las obras de arquitectos urbanόlogos. Su interpretación es otra cosa. ¿Está la Arquitectura en crisis? Ciertamente no. Es la crítica, la lectura actual de la historia lo que se encuentra en discusión. Estos comentarios se mueven pues en un terreno inestable. Solo se vuelven firmes cuando encuentran el sólido suelo de prerrequisitos teóricos, interpretaciones que definan una clara lectura cultural.

Las ciudades son al fin y al cabo un tomo siempre abierto, donde los objetos arquitectónicos, desde un palacio florentino a una basílica paleocristiana, configuran un discurso que ha sido interpretado en los libros que se escribieron en su época. Cada época tiene su libro. Cada época tienen su plaza mayor que “a través del simbolismo de sus edificios y de sus espacios, inculca un imaginario de autoridad y jerarquía”. No obstante, como ha señalado alguien, es preferible hacer la historia del presente hacia el pasado. ¿Cuál sería entonces el libro? El presente ensayo se apoya un poco en esta premisa aunque su estructura general aparezca como estrictamente cronológica.

II DE LOS DIEZ LIBROS DE VITRUVIO A LOS DIEZ LIBROS DE ALBERTI

La única obra ligada al urbanismo y al arte de construir escrita en roma que ha llegado hasta nosotros son los diez libros de Marco Lucio Vitrubio Polión. Diez rolos (Volumina) seguramente ilustrados con planos y figuras, que al ser copiados por distintas manos durante la Edad Media perdieron las imágenes y vieron complicada su sintaxis, malinterpretándose términos e ideas. No obstante, al llegar al siglo XV e iniciarse la renovación urbana patrocinada por el rehacimiento, la admiración por la Edad Antigua o Clásica convierte el texto vitruviano en una larga secuencia de traducciones, y en una especie de libro mitológico al que se rendía culto entre los arquitectos y sus mecenas. Tres ediciones incunables (libros que se imprimieron desde la invención de la imprenta hasta el año 1501), escitas en latín, aparecen a partir de 1486.

III DE LOS LIBROS DE SERLIO A LOS CUATRO LIBROS DE PALLADIO

En el marco del vitruvianismo de segunda generación se inscribieron numerosos tratados. Tres de ellos, orientados en la línea de Alberti, tienen particular importancia. Parten del estudio de la Roma imperial, del carácter de sus ruinas y de la magia del texto vitruviano. Los monumentos romanos fueron medidos por los nuevos autores, y los planos de sus obras fueron consignados en páginas en las que se alternan monumentos debidamente mesurados y descripciones de sus detalles. Sus autores utilizan las lecciones que estos les brindan para aplicarlas en la solución de la arquitectura creada por ellos. Reutilizando el lenguaje clásico, abordan el espacio interior y exterior así como la función urbanística de los volúmenes arquitecturales. Avenidas y plazas asumen la imagen del tiempo nuevo que tiene por teatro principal determinadas ciudades italianas.

IV VITRUVIANISMO DE SEGUNDA Y TERCRA GENERACIÓN

Como ya pueden ver, el presente ensayo tiene como protagonista un libro y un escritor a quien se identifica como la imagen perfecta de la arquitectura clásica. El texto de Vitruvio, contenido en diez segmentos, mantuvo su vigencia durante la Edad Media y fue asumido por los grandes teóricos del renacimiento. Estos libros, además de las artes liberarles, que se dicen siete, y que el autor convierte en diez: Gramática, dibujo, Geometría, Aritmética, Óptica, Jurisprudencia y Astronomía, señalan (libro primero) seis condiciones que han de concurrir en todo edificio.

V EL VITRUVIANISMO EN ESPAÑA

El siglo XV lo gastaron los monarcas españoles conquistando territorios culturalmente complejos, donde e arte de construir y fundar ciudades se apoyaba en formulas dictadas por tradiciones distintas cuya vanguardia artística (a finales del siglo) estuvo sujeta a la influencia italiana: el plateresco. Su retaguardia, una melodía incierta: lo hispano-musulmán. Sin embargo, el siglo XVI le tiene reservado un capitulo mayor que las siguientes centurias abultan para crear un escenario inmenso que solo ahora está siendo estudiado: porque la vara con que se ha medido América ha sido siempre ajena. El capítulo colombino y el gobierno de los reyes Católicos son solo un paréntesis en este ensayo. Se entra en terreno seguro con la llegada de Carlos y Felipe, cuyas realizaciones llenan el siglo XVI. En sus primeras décadas, la arquitectura de exportación huele a nervaduras y bóvedas de crucería. El Arrabá escarpado de las Casas Reales de Santo Domingo es todavía una expresión de la arquitectura extremeña de aceres y Trujillo, tierra de torres mochas y caballeros de frontera, judería portuguesas y barrios musulmanes.

VI LOS TRES CARIBES EN SANTO DOMINGO

En el mismo mar hay tres caribes: el primero es el tradicional de las Antillas y Panamá; el segundo es el del Golfo de México, desde Campeche y Mérida hasta la Florida; y un tercero es el acribe exterior o del norte, desde las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos, cruzando el Banco de la Navidad y el dela Plata, hasta la Isla de San Salvador y Puerto Rico en la isla de San Juan, donde empalma con el arco antillano limitado… del primer Caribe. En estos territorios insulares, en insulares y cotinentales, la civilización europea construye ciudades, puertos, fortalezas, plazas mayores y murallas abaluartadas con frontones y columnas vitruvianas.

VII HISTORIOGRAFIA, NEOCLASICISMO Y VITRUVIANISMO DE CUARTA Y QUINTA GENERACION.

El neoclasicismo, pensando como la primera etapa de la arquitectura moderna, nos convoca al disfrute de espacios interiores suntuosas y grandes espacios exteriores en los que bóvedas de planta circular monumentales se erigen como elementos espaciales dominantes. Entre la gran cúpula de Bruneleschi, mencionada en el capítulo IV, y la de Sainte Genevieve, de Jacques Germanine Soufflot (hoy el Panteón de Paris, 1757-1780), existen varios antecedentes entre los cuales habría que mencionar en primer lugar la cúpula del crucero del Gesú, de Vignola, iniciada en 1568 y terminada en 1590 con un portal de Giacomo de la Porta; la gran cúpula de la Basílica de San Pedro; la iglesia del Hospital de los Inválidos, de Jules Mansart (168-1707); la del Val de Grace de Francoise Mansart y Jacques Lemercier (iniciada en1645); y la catedral de San Pablo de Londres (construida entre 1675-171º).

VIII EL LENGUAJE CLÁSICO Y LE VITRUVIANISMO DE SEXTA GENERACIÓN

La reedición del American Vitruvius, libro con cuyo señalamiento concluimos el capítulo anterior, incorpora un vitruvinismo nostálgico, designación honorifica argumentada desde 1922-fecha de la edición original-, y ahora en 1988, año de su reedición. El vitruvianismo ha pasado mientras tanto de una quinta a una sexta generación. El subtítulo de esta obra que explica el contenido, es: An Architetcs Hand-book of Civic Art. El autor del prefacio de la reedición cuestiona la manera en que las ciudades de hoy se expanden como lugares de  masas. Señala, asimismo, que el mensaje de la obra está fundamentado en la calidad del arte cívico como un complemento trascendental de la ciudad.

IX A MANERA DE EPÍLOGO.

Este epilogo podría comenzar refiriéndose a las columnas toscanas del Alcázar de Colόn y a sus arquerías de formas puras y simples: cinco en la fachada occidental y seis en la oriental. Estas, de fuste liso, son apropiadas al carácter domestico del edificio que algunos autores reaccionan con un Palacio de Nápoles diseñado por Serlio. El castillo virreinal fue una campanada  la que siguió la basílica de Geraldini. La Catedral es un monumento clave. Fue su fachada, de autor desconocido, la que recogio los rasgos característicos de aquel grupo de tratadistas del cinquecento Alberti-selio-Vignola. Su portada plateresca se labraba hacia la tercera decada del siglo XVI por alarifes formados bajo influencias españolas e italianas. Gráficos de la fachada catedralicia recogidos en este ensayo arrojan como resultado una composición cuyas líneas generales y marco de referencia se mueven dentro de los cánones vitruvianos: un eje de simetría, órdenes clásicos, composición en la que se percibe el manejo axial del cuadrado y el círculo que transcriben geométrica y simbólicamente el cielo y la tierra. Desde luego, un discurso teológico acompaña la composición: Pedro, pablo,, evangelistas, armas del poder temporal y elementos ornamentales complementarios.

En nuestros días el vitruvianismo de sexta generación se divierte en la ciudad contemporánea, en el polígono central, en Naco transformado, en Gazcue regimentado, y en edificios gubernamentales de los noventa injertados en la trama vial del barrio San Carlos.

Ya no se fundan ciudades ni se requieren escribas que relaten el procedimiento mágico que se utilizaba desde la edad antigua para seleccionar el sitito, el lugar. Las ciudades de ahora se dirigen hacia un universo distinto, cibernético y mecanizado: la ciudad espacial, flotante y móvil, capaz de trasladarse ubicua, tecnológicamente alta.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario