En
Hechizo de Lluvia de Ramón Mesa, uno se sumerge en su reflexión existencial de
conjuros, misterios y canciones.
Aceptar
la invitación del amigo Ramón Mesa para presentar su libro Hechizo de Lluvia es
reencontrarme con Pablo Neruda, uno de sus escritores citados, al margen de la lluvia, de sus recuerdos de
infancia, tanto en lo positivo como en lo negativo, sino porque es el hilo
conductor estructural de este hechizo visceral que como Neruda “comienza a ser
parte material de un ambiente infinitamente espacial, de un ambiente a la vez
submarino y subterráneo; a entrar por galerías de vegetación extraordinaria a
conversar a pleno día con fantasmas, solares a explorar la cavidad del mineral
escondido en el secreto de la tierra, a determinar las relaciones olvidadas del
otoño del hombre”.
La atmosfera se oscurece y la aclaran a veces
relámpagos recargados de fosforescencia y de terror; en este caso muy
experimental, muy de Ramón Mesa, nos induce, nos hechiza, para deambular por su
Hechizo de Lluvia a través de los misterios, esos que venimos arrastrando día a
día, cuestionándonos con insistencia quiénes somos, llevando a cuesta a la
muerte segura con sus noches y sus hombres.
La
poesía de Ramón Mesa es experimental, viene “atada” a su entrega constante,
sistemática con la búsqueda de talentos rurales, urbanos, que les permiten
extraer la cotidianidad de “ahí, ahí” y sentir como Neruda el temor de la
fuerza destructora de la lluvia cuando “desesperada”, a borbotones recorre y se
“aparea” con el río; que siempre ha sostenido que la tarea del escritor no es
misteriosa ni mágica, sino que, por lo menos, la del poeta es una tarea
personal de beneficio público, y como una letanía, cerramos los misterios
plenos de mezcolanzas de las letras de boleros con música, eso que las
multitudes hacen suyos por los siglos de los siglos.
El
otro escritor citado es Milán Kundera, cuyos libros llegaron a la librería La
Trinitaria en 1986… “La insoportable levedad del ser”, “La vida está en otra
parte”… “La Despedida”… “El libro de la risa y el olvido”, nos previene sobre
las metáforas, porque enamoran, porque hechizan; pero en la poesía de Ramón
Mesa se desparraman a borbotones magistralmente a través de la sensibilidad del
artista visual, los colores donde justo el cerebro transforma la imagen en
realidad, y nos enamoramos de este talento que nos sumerge en su mundo mágico
de conjuros?, de misterios? , de brujas?, de sueños?, de espantos?, de
soledad?, de muerte?, de cábalas?, de mitos?, de aquelarre?, de hechizos?, de
credo?, de dolor?, de abuso? de gozo?, de noche?, de lluvia?, de suerte?.
Y
este hilo conductor que aglutina elementos comunicantes: poetas, pintores,
lluvia, nos remite a Borges, completando la trilogía de los citados, siguiendo al cimiente del río
que alude a la muerte de cada noche, lentamente, día a día, el paso del tiempo
en él es una constante en su poesía, a través de ella pretende dilucidar ese
misterio… ¿Qué trama es esta del será, del ser y del fue?
Y
es que Ramón Mesa en Hechizo de lluvia nos expresa cómo debe ser la poesía…
ante todo tiene que ser reflejo de nuestra vida (debe ser ese espejo que nos
revela nuestra propia cara).
Nos
va entintando de vida, de mundo, de pasión, de verdades, de letras musicales,
en canciones sufridas muy adentro, porque esta sumatoria nos regresa a muchos
para vivir o morir de nuevo; pero él, en su recuerdo vivencial hacia las
interioridades siente la necesidad expresa de agradecer, de apuntalar, todo ese
paroxismo y eternizarlo en un poema que trasciende la muerte, la noche, las
estrellas, los sueños, los miedos que destila esa realidad que le acompaña en
el ser y estar, el hechizo de lluvia que se enquistó en su alma de poeta y que
no lo abandonará más.
Puesta en circulación en la III Feria del Libro Sancristobalense.17, 11,
2018.
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