martes, 6 de abril de 2021

CRÓNICAS DE SAN CRISTÓBAL. Ramón Puello Báez.

 



Fragmento.

Nunca hubo una fundación de San Cristóbal, sino un ensanchamiento de la aldea que existía para 1822.

Como bien  puede apreciarse por los datos históricos anteriormente ofrecidos la ciudad de San Cristóbal no fue fundada como han sostenido y repetido insistentemente algunos historiadores. Su evolución, primero como batey de una hacienda y más tarde un caserío de cierta importancia económica y política, hasta ser elevada a Común, ocurrió por un proceso espontaneo, donde convergieron una serie de circunstancias históricas, económicas y políticas.

Fue el batey, el embrión de la futura ciudad. Cuando se produce su elevación a Común, se le designa con el nombre de “Común de San Cristóbal” en recuerdo de la antigua hacienda de ese nombre, donde se estableció el batey. Ese es pues, el origen del nombre de la ciudad de San Cristóbal.

La compra de una caballería de tierra para ensanchar el poblado, por parte de las autoridades haitianas de ocupación, es considerado por algunos historiadores como el punto de partida del pueblo de San Cristóbal, pero incurren en un error. Se ensancha algo que existe para hacerlo mayor. No se erigió la entonces aldea de San Cristóbal con esa caballera de tierra que se adquirió, sino que se expandió y se modernizό. Es por eso que durante mucho tiempo a la nueva parte del caserío que se expandió, se le conocía con el nombre de “Pueblo Nuevo”. Esa denominación todavía exista a comienzos del Siglo XX.

En 1950, el ya citado Félix Reyes, publicό su valiosa y documentada obra: DESCRIPCION HISTÓRICA, de las antiguas haciendas, estancias y hatos, que durante la Era Colonial Española, existieron en el Partido de los Ingenios de Nigua, hoy San Cristóbal, y en ella aclara el error relacionado con la fundación de San Cristóbal. En su artículo sobre la Antigua Hacienda San Cristóbal, nos dice lo siguiente:

“Como se ha dicho erróneamente que fue el ilustre Padre Juan de Jesús Fabiana Ayala y García, el fundador del pueblo de San Cristóbal, es bueno que aprovechemos el momento para aclarar que con la fabricación de dicha iglesia, fue únicamente el fundador del referido Pueblo Nuevo, y no de la población total de San Cristóbal, la cual como se ve en el presente libro, dependió del caserío o batey, de la antigua hacienda de San Cristóbal, que fue fundada más de dos siglos antes de verificarse el nacimiento del Padre Jun de Jesus Fabián Ayala y García”

Han sido principalmente los sacerdotes escritores y algunos historiadores quienes han repetido constantemente este error, ya que atribuyen “la fundación” de San Cristóbal al presbítero Juan de Jesus Fabián y Ayala y García.

… Existe un documento de gran importancia sobre este tema, que estimamos contribuye a establecer esta verdad histórica. Se trata de la necrología que apareciera en el periódico La Actualidad de Santo Domingo, No 17 de fecha 11 de septiembre de 1879, firmada por los miembros del ayuntamiento de la Común de San Cristóbal, para expresar públicamente su pesar ante el deceso dl Padre Ayala. En dicho documento los miembros del ayuntamiento nunca llaman al Padre Ayala “fundador de la ciudad”. Lo llaman “bienhechor, Padre y amigo querido”.  También lo califican de “verdadero padre del Pueblo”, pero en ninguna parte de este importante escrito se le llama fundador.

Sin restar ningún mérito a quien entregό prácticamente su vida en favor del pueblo de San Cristóbal, debemos poner las cosas en su justo lugar y escribir la historia como reglamente ha sucedido. El pueblo de San Cristóbal, que originalmente fue un batey de la hacienda de San Cristóbal, propiedad de los hermanos Serrano, fue creciendo de manera espontánea, fruto de los movimientos humanos que se dieron en un determinado momento y que son un conocido y comprobable hecho histórico. Las Autoridades del gobierno de Dominación Haitiano y el Padre Ayala, contribuyeron a su expansión, modernización y desarrollo. Esta es la única verdad histórica, que incluso algunos prefieren ocultar por razones de discriminación racial y sectarismo cultural.

CRONICAS DE SAN CRISTOBAL Ramo Puello Báez. 2001. Pág. 19.

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