De COLOQUIO
El gallo que canto tres veces antes de que Pedro negara a su maestro comenzó
a sufrir temblores. Luego del último canto las plumas se le derritieron
formando una masa plástica que les cubría las patas por eso tenía frío. Una
misteriosa gallina azul se le había acercado girado en torno a su imagen de
gallo casi derretido. De pronto se dio cuenta de que pensaba. ¡Un gallo pensante!
entonces cantό de nuevo y en vez de sonido de ave emitió palabras
tales como: ¿Yo aquí desnudo, en medio de la noche? La gallina azul hablό
diciendo: ¿Soy tu ángel de la guarda? ¿No sabes que los ángeles tienen alas
como las gallinas azules y como los gallos peones? Por la mente del gallo
cruzaron pensamientos que ni el mismo sabía lo que lo eran. Porque en verdad
era un milagro esto de pensar con pensamientos de gente. La gallina de la guarda le explicό entonces que en los
libros estaba escrito que un tal Pedro negaría a su maestro antes del canto del
gallo; ¡tres veces antes el canto del gallo! Desde luego, el gallo era él, y
se había producido el hecho de que una vez que comenzó a pensar se le cayeran
las plumas, se quedara desnudo. La
gallina de la guarda-tornasolada con el brillo de luceros- le dijo al gallo
de la Pasión que caminaran juntos por allí, por donde estaba el llamado
¨maestro¨. ¿Acaso no eres un predestinado? ¿Acaso no estaba escrito que
cantaras antes dela entrega? ¨pero he perdido mis plumas discutió el gallo: sí, pero
has comenzado a pensar, y hablas y hasta tienes ya un pasado¨, dijo la gallina
de la guarda., aleteando. Salieron- gallo y gallina- rumbo a los alrededores de
donde estaba el Samedrín. Allá, a poca distancia, distinguieron al reo. Tenía
en medio de la cabeza una corona de espinas. No hablaba, sino que miraba compasivamente.
El gallo se acercó lentamente hasta verle el rostro. Le miraba desde abajo, y Jesús
le sonreía. ¿Pero bueno, qué clase de animal es este, desplumado y
triste?, debió preguntarse el Maestro. Entonces lo escupió, y la saliva rodό por
el cuerpo desplumad del gallo de la Pasión, y de pronto comenzaron a nacerles
plumas azules, y la gente se quedó estupefacta: La gallina de la guarda se erizό, ¿milagro?, dijo para
sus adentros. Cuando el gallo terminό de emplumar, cuando dejo de pensar, porque
lo del pensamiento fue solo cosa de momento, ya Pedro, el que negara, había
sido puesto en libertad. Entonces el gallo cantό consecutivamente, y la
gallina de la guarda se transformó en ángel, y señalό lo siguiente: ¨este
último milagro del Señor, será relatado dos mil años después¨.
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