sábado, 1 de mayo de 2021

PALACIO DE COLON. Memoria (1955). D. Javier Barroso.

 



Fragmento.

Antes de pasar a describir el destino de los locales de cada planta, creo oportuno advertir que el proyecto no debe considerarse definitivo en sus líneas esenciales, como fruto de un estudio detenido del problema, si bien siempre será posible durante su realización el alterar algún detalle caso de que surgieran caos nuevos y auténticos sobre el palacio primitivo-lo cual no crea haya de ocurrir-, u opiniones que resultasen dignas de tenerse en cuenta.

En la planta baja, por su entrada principal por la pate de tierra (fachada Oeste) del porche, se asa al zaguán o vestíbulo que sirve de pieza central del reparto, pues en la distribución totalmente respetada, que es bien clara y definida, las habitaciones son de paso y no existían lo que hoy día llamamos pasillos. A la derecha de este vestíbulo, racionalmente estaría la parte de servicio como marca la escalera de caracol y en ella se ha pensado instalar la típica cocina delas habitaciones de la servidumbre.

A la izquierda, en cambio, y se marca por el contrario la parte residencial de estancia y recibo. Se reconstruye bajo la escalera de la fachada Este el oratorio de la Virreina, tal y como obtuvo en su tiempo, y bajo la otra escalera (fachada Oeste) se instala en un perfecto disimulo un aseo que es preciso para cualquier necesidad en su función de museo.

En la planta superior, como en los planos se indica, queda a parte puramente residencial del Palacio con un gran salón central de recepciones y todas las piezas añejas a l, con el departamento vivienda de los Virreyes.


No sabemos quién fue el autor de esta singular Casa del Almirante. Antes apuntamos el hecho de que la construcción se encuentra a medias entre la residencia particular y la sede oficial. En España apenas hay antecedentes de las dos galeras superpuestas. Existe, como indica el profesor Lamperez, un palacio de traza parecida, el de Saldueña en Sarracín (Burgos), pero es de época posterior y su arquitectura del más puro Renacimiento. En cambio el palacio de Cuernavaca o casa de Hernán Cortés es una consecuencia inmediata y directa de la casa del Almirante, cosa no extraña porque Hernán Cortes conocía el Palacio de don Diego Colόn. El estado de la artes del edificio que aún se conservan con los deterioros naturales producidos por los siglos es de solidez en lo que se refiere a fundaciones y muros, pues no se aprecian grietas inquietantes, ni movimientos denunciadores de asientos, ni fallos de importancia. Pero a pesar ello considero indispensable una primera fase de consolidación en la que deberá aprovecharse las ventajas que brinda la técnica moderna, según ya indique en mi informe anterior al estudio del proyecto. Pues cuanto se haga por asegurar a la reconstrucción la más larga vida posible redundara en beneficio asimismo de la trascendencia que esta decisión del Gobierno Dominicano puede y debe tener.

Por ello, previo reconocimiento cuidadoso de los elementos resistentes, será útil-y así se proyecta- establecer una ligazón de todas las fábricas por medio de correas o zunchos de hormigón armado embebidos en los muros y ocultos en ellos para que sirvan de asiento y de atado a los forjados de los pisos que se han de hacer. Estos mismos forjados han de tener carácter definitivo, y dado que las luces de los vanos a cubrir son pequeñas, están proyectados de ligera y resistente losa de hormigón armado que después quedara oculta en su parte inferior con las vigas de madera y sus bovedillas de entrevigado, en unos casos, y por los artesonados, en otros. Con lo cual queda dicho que estos elementos últimos serán puramente decorativos, lo que garantizara una más larga conservación al ser nulo su trabajo, y pese a que tendrán la misma apariencia del primitivo entramado.

Lo mismo puede decirse de la cubierta. Por lo que se deduce delos signos existentes, la construcción primitiva era una de unas roscas de material de barro o acopladas en forma de bóveda con el bombeo mínimo y suficiente para que discurriesen las aguas de la lluvia. Esa bóveda estaba colocada sobe vigas ligeramente inclinadas en las crujías exteriores, y a nivel, en la central. Pues bien, este sistema puede emplearse hoy con idéntica apariencia, pero con mucha  ligereza y resistencia, a la vez que totalmente impermeabilizado. Una bóveda de hormigón armado, para que su espesor sea mínimo, nos permitirá cubrirla con las mismas piezas de baldosas de barro, si bien ahora tendremos la garantía de una impermeabilidad perfecta y de un aislamiento grande.

Como se ve por lo antes dicho, esta consolidación se hará simultáneamente con la reedificación de lo que ha de ser completado, de donde se derivara la ventaja que la ligazón se consiga con carácter totalmente definitivo.

Tendremos así el edificio asegurado y completado en cuanto afecta a elementos resistentes. La segunda fase del trabajo será la terminación con los elementos de carácter accesorio, pro que por tratarse de una reconstitución tan importante, no pueden ser descuidados ni aun en los detalles que los legos en la materia podrán considerar desprovistos de significación.

De la pureza de la elección delas soluciones, tanto de pavimentos como de techos y del resto de los elementos decorativos, dan perfecta idea, y parece inútil insistir en ello, los planos que con todo detalle acompañan a esta Memoria. Entre estos elementos se han tenido en cuenta la restauración de las pinturas murales y esgrafiados cuyos estos se señalan actualmente y de los cuales hay ejemplares muy similares en España.

Hace más de doscientos años que el ingeniero Gonzales Villamar decía textualmente debía reparar y conservar este edificio para dejar  la posteridad el único irrefragable monumento del Descubrimiento y conquista de este Nuevo Mundo: de que no hay exemplar en las historias”.

“Se

 

1 comentario:

  1. Hola, Nefertiti. Soy José Muñoz y en mi tesis doctoral incluyo un apartado sobre el palacio virreinal de Santo Domingo. La restauración realizada por Javier Barroso en 1955-1957 no es prioritaria en mi investigación, pero me gustaría conocer algo más de esa Memoria cuyo fragmento publicas: ¿cómo podría consultarla? Saludos. José Muñoz

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