“¿De dónde vienes? ¿Cuánto tiempo permaneces aquí abajo?¿Para hacer
qué? ¿Los tilos exhalan un aroma inmortal”. Ina Seidel.
Al paso de los días
la sumatoria de los problemas que aquejan a la sociedad en que vivimos se va
haciendo incontable, la presión aumenta y los que conforman la mayoría, van
cambiando su existencia hacia la difícil trayectoria de la crisis, convertida
en una vivencia del siglo XVIII o más atrás.
Retornamos al uso
de las planchas de carbón, lámparas de gas, tinacos y muy pronto a los animales
de carga, si permitimos que la telaraña
de unos pocos nos haga olvidar lo que somos y lo que nos corresponde.
Adentrarnos en lo
que nos hará tomar una real conciencia de las cosas, de los semejantes ¿y por
qué no? Demostrar la capacidad de ser algo más que simples gobernados.
Sin olvidar el
agravante que nos traga, detenemos a descubrir el enigma de Georgios Seferis:
“¿Dónde recoger los mil pedazos del ser humano?”, para determinar a partir de
la decisión que nos permitirá llegar más allá de lo palpable.
Descorrer el velo
de la ignorancia a una realidad que nos muestra sin pérdida de tiempo, el
canalizar nuestros sentimientos edificando una personalidad basamentada en la
unidad del esfuerzo común.
Entender que la
vida se desliza siguiendo el recuento de lo presente; que preguntarse el porqué
de lo que representamos es ganancia de energía; enfrentar la situación es
desdoblarse a la satisfacción de saber dόnde nos encontramos y para qué.
Descubrir cada una
de las cualidades componentes, dispersas en los demás, es suficiente para tomar
la vía exitosa hacia el fin determinado.
La oportunidad al
desarrollo del despertar interno cuesta, el momento actual es el propio. Están
ganando terreno e indiscutiblemente nuestro. Desde el inicio de la historia han
usufructuado el Poder hasta disgregarlo y todavía hoy, repartirlo como los
pétalos de la margarita...
Ya es hora.
¡Despertemos! La necesidad de acción nos espera, en esta oportunidad el arma
que dará en el clavo es el conocimiento humano, el cual debemos multiplicar y
diseminar como la Trinitaria de los tiempos modernos, lo científico debe tener
un espacio especial en este proceso de socialización actualizada, el resultado
nos dará la razón.
Aprenderemos a
vivir... la igualdad será el estandarte, cada quien desempeñará el papel que le
corresponda (ni más, ni menos), recogeremos el fruto al vencer lo primitivo,
moldeando los impulsos naturales, filtrando actividades positivas que en
definitiva nos harán sentir más humanos y comprenderemos que la integración es
necesaria para minimizar la fuerza de los que apelando a los sorprendentes
cambios nos quieren mantener sometidos en esta tierra de Dios?...República
Dominicana.
* El Sol. Santo
Domingo, R. D., Viernes 18 de octubre de 1991. Págs. 6 y 7.
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