Los Caracteres morfológicos de las Antillas son un caso único pues casi todos sus relieves altos y bajos están en forma de arcos, la mayoría de los cuales son convexos hacia el norte, con excepción de la isla de santo domingo y algunas islas más al Este que tienen tendencias convexas hacia el Sur.
Estas combaduras se ven en las estructuras físicas de las Antillas tanto en
sus sierras y se sus cordilleras como en las fosas submarinas cerca de ellas,
como la Fosa de Bartlett, y la agrupación misa de estas islas también está en
forma de arcos.
El eje central de las Antillas es el núcleo montañoso de la República
Dominicana, que se prolonga hacia el este hasta Higuey y hacia el Oeste hasta
la vecina República de Haití.
Este espinazo rocoso, llamado aquí Cordillera Central, se denomina en Haití
Macizo del Norte y Cadena de San Nicolás, principia en las costas orientales de
Higuey con colinas bajas., aumentándose gradualmente su altura hasta llegar al
Pico Trujillo (Hoy Duarte), y perdiendo elevación poco a poco en su extensión
hacia el este.
La Cordillera Central tiene una sólida estructura varias ramificaciones
hacia el Sur; la de Sierra Prieta que llega casi a Villa Mella en el Distrito
de Santo domingo; el martillo rocoso que reata en la común de San Cristóbal con
el Monte Resoli; y la hilera de lomas y montañas que llegan hasta la
desembocadura del rio Ocoa en la bahía del mismo nombre. Pero la prolongación más importante de la cordillera
central hacia el sur está en el empate con la sierra de Neyba que se efectúa
por la Montaña Negra en territorio de Haití.
Al pie de la sierra de Neyba está la Cuenca del Lago Enriquillo, y
paralelamente a ella se alza otra
cordillera, la de Bahoruco. Este sistema montañoso se prolonga también hacia el
oeste hasta el Cabo Tiburón en el Canal
de los Vientos.
La Sierra de Neyba tiene hacia el Este una prolongación de lomas, en forma
de martillo, que se llama la Sierra de Martín García, y que se
extiende desde el cauce del Río Yaque del Sur hasta Punta de Mart
Al Norte de la isla, paralelamente a la Cordillera Central y separada de
ella por el fértil valle del Cibao, está la Cordillera Septentrional. Esta
arruga de la corteza terrestre principia en el Morro de Monte Cristi y termina
en Samaná.
Ninguna de estas tres cordilleras tiene aspecto uniforme, por el contrario;
tienen siluetas sumamente dentadas y accidentadas. Entre estas cadenas
montañosas hay valles profundos y picos abruptos, seguidos de sistemas
secundarios de lomas y colina más o menos altas.
Una estructura orográfica, si es tan montañosa como la de aquí, tiene que
tener por Ley Natural todas las ventajas de un perfecto sistema hidrográfico.
La República Dominicana goza en efecto de una maravillosa distribución de aguas
naturales, con excepción de dos regiones, una en Monte Cristi y la otra en las
provincias de Azua y Barahona, donde las aguas naturales se pierden por
filtración y también por evaporación.
Estudios Mineralógicos en la República Dominicana. Willy Legweller. 1949.
Sociedad Dominicana de Bibliófilos Inc. 1981.
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